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¿Adivinen qué?

¡Solomon lo logró!

¿Qué cosa?

El conseguir que Vicente lograra la querencia en su máximo esplendor.

¿Qué quiero decir?

Dejen y les explico.

La querencia es un lugar en el cual se encuentra fuerza, donde uno se siente en casa; el lugar dónde se encuentra el más auténtico yo.

¿Pero, no está en su casa ya?

Verán ¿No han visto, o conocen, a gente dónde estando en su casa se siente en un lugar totalmente ajeno a su casa?

Pues eso, Vicente no es que se sintiera ajeno, más bien no se sentía lo suficientemente cercano al apartamento para decir aquí pertenezco yo.

Pero de una manera más sentimental podría decirse que ya considera el apartamento y toda su estructura como su hogar. Su lugar al donde puede decir que siempre volverá y que, si se llega a mudar será como haberle arrancado parte de su corazón, después de todo, el lugar también tiene recuerdos que atesorará hasta el día que muera.

Por eso, cuando por fin se dio cuenta, lloró.

Lloró como un recién nacido, siendo entregado a los brazos de sus madre.
Que ahora ya no son de madre sino de su esposo.
Que lo recibió tan a gusto, que decidió acompañarlo en su llanto, uno silencioso pero seguía siendo llanto.

Porque él sabía que con él pertenecía.

Por ello, también dice que es un arte estar bajo techo, aunque esto no se lo quiso decir a su esposo en el momento.

Estaba agradecido con la cuarentena pero muchísimo más con él hombre que decidió pasar el resto de su vida.

Después de todo, el conformista fue quien le enseñó lo que es en verdad estar bajo techo y dentro de un hogar.

El arte de estar encerrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora