XXXV. Pastillas

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Nota: De ahora en adelante el texto en Cursivas son la narración del recuerdo ;]

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Mientras miras el pequeño trozo de papel que tienes en las manos, repasas lo que aún te falta por buscar. Estabas en un supermercado junto a Glenn, Noah y Daryl en busca de suministros, suspiraste al ver que lo único que faltaba eran...

Pastillas, ¿en enserio Denise? ¿Pastilla del día siguiente?
Soltaste un pequeño gruñido, para qué quería la chica pastillas de ese tipo, ni ella o Tara las necesitaban, miraste al rededor y entonces divisaste la sección donde estaba el pequeño cubículo de farmacia, caminaste ahí.

Y es que se preguntaran el porque de tu enfado, bien... Daryl y tú habían discutido y terminado, sí tal como lo escuchan, después de superar tanta mierda juntos, él había roto con lo suyo por algo tan estúpido en una discusión sin sentido. Y es que... Dixon no podía entender que tú también podías tener amigos, sabias que los celos de Daryl se debían mayormente a que no estaba acostumbrado a compartir, era algo posesivo y aunque amabas esa parte de "eres mía y sólo mía" no podías a veces sentirte más ofuscada, Maggie te decía que la razón de ello quizás era porque eras mucho más joven que él, que tenía miedo a perderte y eso, pero lo amabas y te parecía algo infantil y patético que tirara a desconfiar por cualquier cosa que te incluyera en cualquier interacción que tuvieras con algún espécimen masculino que no fuera él, suspiraste.

Eder era un tipo asombroso, era agradable y carismático, te gustaba hacer guardia con él porque no había día en el que no te hiciera reír, eran buenos amigos, y sólo eso, amigos. Eder sabía que estabas con Daryl y aunque su trato contigo parecía coqueteo no se le acercaba ni un poco, era un hombre de veinticuatro años con madurez de catorce, que en el fondo sabias que gustaba de Maggie, ahí sí ni por donde hacerle, ya que Grenne era toda una esposa embarazada y comprometida con su marido Glenn.

Ambos reían y es entonces que Daryl no pudo contenerse y caminó hasta ustedes.

-¿Están de guardia o coqueteando?- los miró a ambos.

-Amor...- con las mejillas coloradas trataste de acercarte a él pero no te dejó, se giro a ver al hombre a tu lado.

-Te gusta mucho flirtear con mi novia ¿no?- Eder frunció el ceño.

-¿Flirtear?- te llevaste la mano a la frente. Ahí lo tenían, ni siquiera sabía lo que significaba.

-Deja de hacerte el gracioso.- Dixon bufó.

-Vamos hermano, sólo estamos riendo, no estamos haciendo nada malo.

-No soy tu hermano.- Eder rodó los ojos. Podías ver que en cualquier momento Daryl se le iría encima.

-Vamos Daryl, si quisiera quitarte a ________, desde hace un tiempo ya lo habría hecho.- Dixon caminó hasta él sintiéndose furioso.

Eder dio unos pasos hacia atrás totalmente arrepentido de lo que dijo.

-Repitelo.- El cazador miró al muchacho, sabiendo que las cosas de verdad podían ponerse feas, rápidamente te metiste entre ambos.

-Daryl ya basta.

-¿Vas a ponerte de su lado?

-Eder tiene razón, no estamos haciendo nada malo.

-¿«Eder tiene razón»?- rápidamente te arrepentiste de usar esas palabras, Dixon te miró.

-No es lo que quise decir.- él asintió con los labios apretados, miró al muchacho detrás de tí.

-Bien,- volvió a mirarte. Eder no sabía a dónde mirar pero el cazador volvió a dirigirse a él. -no hace falta que me la quites. Yo te la regalo.

DARYL DIXON ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora