Ch23: Sabe cómo se siente 2

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Lolanord la miró con detenimiento a Deméter, la pobre campesina no sabía si la condesa le respondería con afirmación.

—Sí, desde mi posición de noble os puedo asegurar de ello —le daba lo solicitado.

—Si usted es alguien de confianza, ¿No os molestará que os cuente una calamidad, pero solo para usted, condesa? —no podía mirar a los ojos a la condesa.

—De ninguna manera dama agricultora, además, no he ser alguien que revele confesiones hechas y con el favor solo de ser escuchadas y nada más —le respondió de la forma que más le diera confianza.

La aldeana se mordía los labios, miraba a otro lado. Ella no quería meter en problemas a otras personas, pero realmente quería poder aplacar su pena sustrayendo los motivos.

—Sucedió como hace cinco años, conocí a un hombre, el cual es el señor de varias tierras en este pueblo. Yo vine a estas tierras siendo muy joven junto a unos parientes lejanos. El punto es que aquel hombre no era de por aquí tampoco porque nació de dónde vengo, pero se hizo de bastantes tierras debido a que antes sirvió a un gran monarca del cual ya no se sabe nada. Pocas veces era visto en estas tierras, eso se debe a que posee muchos vasallos a su servicio, tiene aires de realeza. Al conocernos quedamos cautivados por el otro. Con el tiempo lo conocí mejor... pensé que podría cambiar su forma de ser, pero recién al último me enteré de su verdadera forma de ser... es alguien que desposa con varias mujeres y toma cierto poder sobre las personas al tener que ver algo con su descendencia... mando a alguien a amenazarme con llevarse a nuestra hija si no le daba una especia de tributo, las cosas que me pidió son las semillas y frutos de mi huerto que sus alquimistas necesitan para sus experimentos, y ahora último me pidió los secretos de la buena cosecha, que son enseñanzas de mi familia acogidas por generaciones, iniciadas por una creencia pagana hacia una diosa de la agricultura. Solo sé que él se beneficia mucho de esto porque esto le perpetuaría en el pequeño poder que se ha hecho. Pero si le doy todo eso hasta el día de mañana terminando el atardecer... mi hija, mi hija no se irá de mi lado, es lo más preciado junto a mis conocimientos y mi aprendiz. Con ella supe que la cosecha no siempre es en la tierra y que se debe llevar con mejor cuidado, yo la llevo y la llevaré con amor —la campesina no quiso esconder nada, necesitaba contar su terrible situación—. Pero él tiene entendido que la cosecha y recolección de este fruto y semillas es muy difícil por ello me ha pedido más...

Todo eso le era muy parecido a la melancolía de su madre, la diferencia radicaba en que el destino de su hija dependía en cumplir todo lo del acuerdo. Le llegó a su corazón... la historia se iba a repetir.

—Deméter... no es que yo haya pasado por eso, pero sé de alguien que ha sentido eso que usted me ha dicho y aún siente... pero ella no pudo salvar a sus hijos... nunca supo que alguien se los iba a arrebatar —se sentía triste al recordar todo lo de su madre, pero decidió quitar ello por la aldeana—. Usted, aldeana, puede cambiar eso. Dios le ha dado la oportunidad de poder evitar aquello... nos puso en su camino, siento que me ha dado la oportunidad de evitar para evitar que alguien pase por lo que pasó mi madre —comenzaba a pensar que lo de la aldeana era un deber.

Lolanord se levantó con firmeza, le tomó su mano con las dos suyas, la miró a los ojos para decirle algo.

—Dama agricultora, no tema por lo que pasará con su hija, prometo que mis súbditos y yo le brindaremos la ayuda necesaria en este poco tiempo, confíe en nosotros. Le aseguro que no le fallaremos —se decía dentro de sí misma—. No fallaré, nadie pasará lo de mi madre.

Deméter se arrodilló y beso las manos de la condesa, las cuales estaban lavadas con lágrimas. Realmente no pensaba conocer a una joven noble que le prometiera ayuda y sobre todo que la entendiera. Secó aquellas manos con sus cabellos.

Como un cuento de hadas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora