Capítulo 1

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ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 1–

Dos sombras, escondidas entre los arbustos y las oscuridad que les ofrecía el bosque ya nevado a causa del invierno acechaban a lo que parecía ser un venado que se encontraba sólo bebiendo agua de un pequeño lago

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Dos sombras, escondidas entre los arbustos y las oscuridad que les ofrecía el bosque ya nevado a causa del invierno acechaban a lo que parecía ser un venado que se encontraba sólo bebiendo agua de un pequeño lago.

El más grande de los depredadores, tomó el rostro de la más pequeña y la obligó a mirar al venado, solo podía mirarlo con pena.

—No dudes. —habló, despacio mientras con su vista aguda lo veían a una distancia segura —. Es comida, no olvides que en este bosque, ellos son las presa y tu —Presionó con su dedo el pecho desnudo de la pequeña —, la cazadora.

—No sé si pueda...

—¿Le tienes lastima?

—No confió en mis capacidades. No soy tan buen cazador como tú —murmuró agachando sus orejas.

—¿Y que harás cuando no esté? ¿Comer conejos toda tu vida? —Ella bajó la mirada —. ¿Y si llega un humano? ¿Permitiras que nos cacen como a nuestros padres?

—No quiero...

—Nosotros somos los depredadores —Acarició sus orejas con algo de ternura —. Que no se te olvide.

Había llegado la hora. La pequeña licántropo de pelo negro se acercó sigilosamente a cuatro patas hacía el venado quien aún no sentía la presencia de los depredadores que los acechaban.

«Perdoname, es para...sobrevivir. Asi es la naturaleza» Pensó la loba con lástima, repitiendo las palabras que le decía su hermano mayor día a día y alguna vez, su padre a él.

Cuando estaba a punto de atacar, piso una rama que provoco un leve sonido que alerto al venado.

Por instinto salio corriendo en dirección opuesta, intentó seguirlo pero el venado era mucho más rápido que ella. Cuando parecía que iba a escaparse el lobo mayor lo interceptó y con sus filosos colmillos ahogó al venado en su propia sangre.

La hembra se acercó sorprendida ante la tenacidad de su hermano, a los segundos se sintió apenada, cosas tan simples para él aun le resultaban imposibles. ¿Que pensarían sus padres al saber que su cría no era capaz de cazar por si misma? Ya estaba en edad de cazar, pero de solo verla cualquier licántropo pensaría que sigue siendo un cachorro.

—Lo siento mucho, Tanjirō.

Se disculpó, ante la atenta mirada de su hermano.

—Ya que, quizás te falta un poco más de práctica, Hanako —Acarició su cabeza suavemente —. Lo intentaremos de nuevo mañana, ¿te parece?

Ella asintió, ¡al día siguiente lo lograría! O eso esparaba.

Ambos se fueron de vuelta a su cueva, el mayor jaló al venado de una pata todo el camino.

Caza al Lobo | TanjiKana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora