Memorias: Hashibira InosukeAño 1882, Saint Douglas.
—¡Alto, al ladrón!
Un vendedor se encontraba corriendo entre la multitud —acompañado de unos colegas— persiguiendo a un pequeño niño que huía con unas cuantas manzanas entre los brazos. No pasó mucho tiempo para que uno de los hombres se le adelantara y tomándolo del cuello de su prenda superior, lo sometiera contra el suelo.
—¡Lo tengo! —exclamó esperando a que los demás se acercaran.
—¡Maldito niño! —El vendedor se acercó y lo tomó de sus negros cabellos enojado —¡¿Otra vez tu?! ¡¿Cuando dejaras de robar?!
—¡Dejame idiota, dejame, te golpearé! —gritaba inútilmente.
—Demosle una lección, para que aprenda que robar es malo. —sugirió uno de los hombres preparando sus puños.
—Buena idea.
—¡Vamos, mocoso!
Lo tomaron de ambos brazos mientras el vendedor comenzaba a desquitarse dándole numerosos golpes en el rostro y torso. Pasaron varios minutos, el rostro del niño se encontraba todo magullado y lo soltaron sin delicadeza en la tierra.
—¡Y no vuelvas a robar! —gritó dándole una patada para después retirarse junto a los demás.
Sólo. Se levanto apenas siendo observado de mala manera por los transeúntes de la zona. Caminó por la calle adolorido hasta llegar una sede de departamentos baratos ubicados al extremo de la ciudad. Subió las escaleras y se adentró en una pequeña habitación que tenía por hogar.
—¡Mamá! —corrió hacía donde se encontraba en cama —¿Como estas?
—Inosuke...
La débil voz de su madre se manifestaba siempre como una feroz puñalada en su pecho. Verla tan débil debido a las enfermedades, temía que después de una plácida noche a su lado, cuando el sol cubra la ciudad de Saint Douglas ella no volviera a abrir esos bellos ojos que le había heredado y pasará a la conocida mejor vida.
Se aferró fuertemente a su mano, mientras ella hacía el esfuerzo de devolverle la mirada.
—¿Que te paso en el rostro? —Fue lo primero que preguntó, pues aunque su vista no fuera relativamente buena, podía notar de igual manera las heridas que tenía su hijo.
—Me peleé con unos niños, ellos...
—¿Otra vez?
Le dolió escuchar esa pisca de decepción en sus palabras.
Maldecía al imbécil de su padre por abandonarlos, solos a ella y él, viviendo en una pequeña habitación barata con apenas para comer.
También al alcalde, a toda la ley en general. Tantas cartas mandadas, apelando ayudado por la enfermedad de su madre, pero nunca respondían.
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Caza al Lobo | TanjiKana |
Hayran KurguLos rumores dicen que un temible licántropo vive en las profundidades de un bosque, acosado continuamente por la crueldad humana. Ellos quieren matarlos. Construir en su tierra y enterrar su cabeza en una pica. ¿Él? solo quería proteger a la única...