IX

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Mustafar, 53 DBY.

Ben dio un grito atroz retumbó en toda al estancia, abrió los brazos y subió su cara hacia el cielo. Una especie de niebla de un gris oscuro salió de su pecho y se agrupo cerca al trono. Cuando el hombre se quedó sin aire se desplomó en el suelo.

Ver el cuerpo sin movimiento de su papá hizo que una parvada de emociones negativas llegaran a Anakin, eran cual aves migratorias, eran muchas y hacían ruido en interior de su alma, tenia sentimientos encontrados.

Apretó con fuerza el mango de su sable y miro con furia y miedo la niebla que tomaba forma de un hombre alto, media como dos metros y cuarto (2.15 CM). Cuando la niebla tuvo una forma concisa todos pudieron ver que era como un fantasma de la fuerza, pero no irradiaba un brillo azul, sino que parecía desprender oscuridad.

Los rasgos del hombre eran extraños, con una cara alargada, sin cabello, muy pálido y muy delgado, parecía no tener nariz humana y su ojos eran amarillos, dignos de un Sith y estaba vestido con una  túnica que parecía ser negra; pero su voz generó en todos escalofríos de lo tétrica que era – Mira lo que has hecho, joven Anakin.

El mencionado sintió que le hervía la sangre del coraje pero no tuvo tiempo de responder porque el Sith volvió a hablar.

– Te preguntas porque me parezco a Snoke – dijo mirando a Rey quien todavía estaba débil y le era difícil mantener sus defensas – Veras, Sidious nunca se olvido de su maestro y casi de forma inconsciente creo a Snoke a mi imagen y semejanza.

– ¡Vas a pagar por lo que hiciste! – dijo la maestra enojada quien a pesar de su estado hacia lo posible por recomponerse.

– ¡No! – su voz de ultratumba se hizo escuchar otra vez – Tu vas a pagar por lo que él hizo.

Acto seguido atrajó a su mano el sable de Anakin que había caído al suelo cuando Ben lo había hecho, lo encendió y se dirigió hacia la Jedi, los caballeros rodearon a su maestra intentando protegerla; Aun así lo que detuvo el ataque en medio camino fue el sable de Leianna.

Anakin, quien había mantenido escondido detrás suyo el sable de su hermana, lo encendió y las dos hojas grises de los sables chocaron y un furioso Ani le daba la cara a su enemigo.

– Pero mira cuanto potencial – alabo Plagueis mirando su rostro – Me pregunto si los Anakin están destinados a caer en el lado oscuro.

Con un movimiento de muñeca, el pelinegro separó los dos sables y volvió a atacar, así empezó el combate entre los dos. Golpes de los sables iban y venían, los demás estaban como espectadores e inconscientemente Anakin intentaba mantener a Plagueis en medio de la sala para que no atacara a sus padres, quienes estaban en los dos extremos de esta.

En un momento el Sith hizo un movimiento extraño en forma de circulo con la mano y una tropa de sus seguidores, como si de perros entrenados se tratara, dejaron la pelea con los soldados de la república y se dirigieron hacia la fortaleza.

Poe, quien hacia cálculos y veía que llevaban la ventaja pensó que eso significaba una retirada por parte del enemigo, pero la voz de Rose en el comunicador le confirmo lo contrario.

– ¡Poe! ¡Algo extraño esta pasando en el castillo!

– ¿Como lo sabes? – pregunto entre el ruido de los disparos de los Blasters.

La piloto, quien se había quedado con Chewie en la nave  había salido de esta cuando una luz gris extraña que venia del castillo se pudo vislumbrar por la ventana del Halcón.

– Algo extraño esta pasando allí, lo ví – le confirmo Tico con temor.

– Ani – susurró Dameron preocupado.

After War - A Star Wars StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora