II

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Coruscant, 53 DBY.

Anakin despertó alterado de aquel sueño. ¿Quién eres? Resonaba en su cabeza.

Tratando de poner su mente en orden, tomo una ducha y se arregló para ayudarle a su tío Poe en lo que pudiera. Se colocó su traje de Jedi, se peinó la melena que, evidentemente había heredado de su padre y salió del cuarto con BB8 pisándole los talones.

Una vez en la sala de comando vió que el ambiente estaba alterado, divisó a su tío entre el personal y se acercó a el. Para ninguno de los presentes era una sorpresa ver a un caballero Jedi por esos lugares, eran unas de las fuerzas especiales de la armada, así que no le prestaron mucha importancia.

– Hola tío – lo saludó parándose a su lado – ¿Las cosas siempre están así de agitadas por aquí?

– No, no siempre – dijo Poe mirando fijamente su tablero.

– ¿Sucede algo?

Poe cerró los ojos con cansancio – Es cómo si todos los muertos quisieran regresar a la vida.

– ¿Qué? – preguntó Anakin extrañado.

– El más grande de todos los Siths ha regresado.

El joven estaba perplejo – ¡¿Qué?! ¡¿El abuelo Palpatine regreso?! ¡¿Otra vez?!

Poe lo miro asustado – Es peor, Darth Plagueis volvió, pero no como lo esperabamos. Su espíritu esta en nuestro mundo y ahora busca a un huésped en el cual hospedarse.

El chico estaba impactado, pero ¿Por qué no había sentido ese despertar en la fuerza? Se desesperó a tal punto que solo una idea pasó por su mente.

Mamá

Se alejó corriendo hacia la puerta, pero un brazo lo detuvo – ¡Oye! ¿A donde crees que vas? – le pregunto Poe.

– Debo encontrar a mamá – respondió él alterado.

– No, no puedes irte de aquí solo – hablo severo el mayor.

– ¡Necesito saber si mamá está bien!

– Yo también estoy preocupando por ella, es como una hermana menor para mí – Poe lo miro con desesperación – Pero ahora lo único que necesito es que estés a salvo.

El pelinegro se tranquilizó un poco y razonó las palabras de su tío. Estaba en lo correcto, ese no era el momento de salir corriendo como un loco desquiciado.

– De acuerdo en que te ayudo, tío – dijo un poco más calmado.

Poe le sonrió – Eso esta mejor – lo llevó de nuevo hacia el panel de control – Necesitamos a los caballeros Jedis. Nos estamos enfrentando a algo relacionado con la fuerza, algo que las personas normales no entenderían.

Anakin lo pensó un poco – Claro, pero tendré que dividir a los caballeros en dos grupos, uno que nos ayude aquí, en la armada y otro que se quede a custodiar la academia – hablo con sabiduría – Todavía hay muchos Padawans muy pequeños que necesitan protección.

– De acuerdo.

Terminada la reunión, el joven Solo se dirigió al halcón, al entrar Chewbacca le preguntó si estaba bien, pero el chico lo único que hizo fue dejarse derrumbar en los brazos peludos de su tío y llorar tendidamente.

Tenia miedo, miedo del futuro y de lo que pudiera suceder.

Se permitió sollozar hasta que se calmó, esa era una de las cosas que más admiraba de su madre, ella siempre le decía – No reprimas tus emociones, déjalas salir, pero no te ahogues en ellas, hazlas parte de tú vida y aprende a vivir con ellas, a sacarles su mejor provecho.

After War - A Star Wars StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora