Día 13: ¿Celos?

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Ayer había sido un día de locos. Terminé en la enfermería por culpa del idiota de Chris Williams. Según me había contado Harry que fue al primero que ví nada más despertar, Chris estuvo a punto de golpearlo hasta que yo me interpuesé. Me dejó un ojo morado y la marca del anillo en la frente, un poco más arriba del ojo, anillo con el que se había apoyado para golpear más fuerte, tal vez por ello me dejó inconsciente.

Aparte de ello ocurrió algo que me molestó un poco. Una chica que se encontraba cerca era quien había ayudado a Harry, había llamado a uno de los profesores cuando advirtió el altercado y junto con el profesor, y Harry fueron los que me llevaron a la enfermería. O eso me habían contado. Sí, le agradezco, pero... Me molestó un poco su cercanía con Harry. Al parecer su nombre era Hana, Hana Spring. Debía admitirlo era muy linda. Y parecía que Harry le gustaba, ella le coqueteaba, y él sonreía y reía junto a ella. Por alguna razón mi pecho se encogió y sentía un hormigueo en el estómago. Ni siquiera se habían percatado de que estaba despierto.

¿Que era ello? ¿Me molestó que Harry no me pusiera atención? ó ¿Me molestó que prefiriera hablar con ella por encima de mi? ¿Que era esa sensación?

Pensar en ello actualmente me hacía volver a vivir lo que sentí, inseguro, molestó, ignorado, mi corazón y mi estómago hormigueaban y sentía una opresión en el pecho.

Acaso... No. ¿Yo celoso, por Harry? No, el es mi amigo, puede que estemos jugando ese estúpido juego, pero en realidad es mi amigo y tiene el derecho de estar con ella si quiere una vez acabe el juego.

¿Pero por qué dolía pensar en aquello? ¿Por qué dolía imaginarme a Harry con alguien más? No debería sentirme así.

Se supone que Harry vendría hoy a mi casa en la tarde, íbamos a pasar el día juntos luego de lo de ayer, en la mañana, en clase las cosas estuvieron normales, o al menos eso me gustaría creer. De nuevo esa chica, busco a Harry en el descanso para hablar con él y yo me quedé solo prácticamente el resto de descanso por qué quien sabe dónde estaban Simón y Erica. Obviamente no le reclamé a nadie, mi orgullo no me dejaba, y tampoco es como que estuviera en derecho de hacerlo, Simón y Erica son mis amigos pero son pareja y necesitan su tiempo, Harry por otro lado no está en la obligación de estar toda la jornada conmigo. Pero no pude evitar sentirme mal, triste, durante ese tiempo.

Y mentiría si dijera que eso no me afectó, o que no me importo el resto del día, por qué la verdad era otra. ¿Y si lo que dijo Eri...? No, imposible. No quiero volver a sentirme así, no quiero volver a enamorarme ni nada por el estilo.

Cómo prometió Harry llegó a mi casa aquella tarde para pasar tiempo conmigo. No era que yo le hubiera dicho era que el se había ofrecido. Yo acepté, no me iba a negar, no después de haberme sentido así por echarlo en falta.

—Hola, Cam —Me saludo alegre como siempre, para luego darme un beso en la mejilla. Y aunque me enojo aquella cursilería y como siempre me sonrojé, terminé por sonreír, hizo que mi corazón latiera tan rápido que aquella opresión que generó aquella chica desapareció.

—Ya entra, cursi.

—Te encantan mis cursilerías.

—Ya quisieras, igual son solo una broma. —Farfullé.

—¿A qué te refieres?

—Y-yo, esto...

Pensé muy bien en que decir, no quería molestarlo con mis estupideces, él no tenía por qué preocuparse por eso, y menos dejar de hacer algo solo por mi. Pero al final termine cediendo a mis sentimientos más que a mí razón, como casi siempre, lamentablemente.

—¿Podemos hablar? —Musité avergonzado desviando mi mirada.

Harry tomo mi mentón y luego me miró a los ojos.

—Sabes que siempre.

Eso a la vez que arrebolarme me hizo sentir feliz. Y nos dirigimos a mi habitación.

—Y, ¿sobre qué querías hablar?

Aún estaba un tanto dubitativo respecto a si decirle o no, pero ya había comenzado y tenía que terminar. Ni siquiera sabía por dónde empezar.

—¿Te gusta Hana? —Inquirí al fin.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices?

Dubité acerca de que responder. No sabía si hacerlo o no, ni siquiera tenía por que hacer ver mis... no, no son celos, no estoy celoso. Simplemente me molesta tal vez haberme quedado solo en el descanso. Aunque al final termine por responder:

—Bien, p-puede que te haya visto junto con ella todo el descanso, y que haya visto como le sonríes y como ella lo hace hacia ti —A este punto ya ni siquiera lo miraba a los ojos. Comencé a hablar con mi voz triste como la de un niño haciendo un puchero. —Y puede que también haya estado solo todo el descanso por eso, y puede que me este sintiendo un poco mal por ello.

Estaba tan rojo como la sangre en ese momento, o al menos así me sentía ya que mis mejillas ardían como el infierno en ese momento. Harry me miraba entre divertido y con incredulidad. 

—¿En serio te sentiste asi? —Me miró sonriéndome con ternura y si era posible me avergoncé mas. —No.

—¿No? ¿A que te refi-

—Me refiero a que no me gusta ella. Para nada, simplemente estaba tratando de ser amable. —Me explicó aun sonriéndome. —Bueno, ella me comentó que yo le gustaba pero le dije que me gustaba alguien más.

—¿Y es cierto? ¿Te gusta alguien más? ¿Quien? —Puede que me sintiera mejor por el hecho de que sabía que no tenia nada ni iba tenerlo con Hana. Pero igualmente eso ultimo me desubicó de nuevo. 

—Sí. Pero, disculpa, en serio no te puedo decir.

—Pero, ¿por qué, Harry? Soy tu mejor amigo.

—En realidad eres mi novio.

—Sí, sí. Recuerdo el juego. Pero en serio Harry, ¿por qué no me lo dices?

—Cam, no es que no te quiera decir. En serio me gustaría decírtelo, pero aun no puedo. —Su cara se notaba nerviosa y afligida así que decidí no molestarle mas ni tocar el tema. —Espera un momento, ¿estabas celoso?

Ahora la vergüenza había regresado a mi, y su cara se había iluminado como la de un niño con un juguete nuevo. Sonreía emocionado como si de verdad fuera a admitir que lo estaba. Y tampoco es como si de verdad lo estuviese.

—¡C-claro que no, idiota! —Espeté. —E-es solo que me sentó muy mal haberme quedado solo, creo.

Su cara en ese instante cambio por completo, creo que paso de molestarme a preocuparse por mí. Bueno, así era Harry. Se lanzo inmediatamente a abrazarme y comenzó a acariciar mi cabello mientras decía que lo sentía. El abrazo me arreboló un poco pero igualmente ya estaba un tanto cansado de negar lo tanto que me gustaba su contacto, sus abrazos en especial.

—De ahora en adelante no me separare de tu lado si tu no quieres. —Susurró a mi oído, provocándome escalofríos. Estuvo a punto de deshacer el abrazo pero no se lo permití, aumente la fuerza de mi agarre y le devolví el abrazo aún más fuerte escondiendo mi cara en su cuello. Puede que luego lo negara, pero ahora lo necesitaba y necesitaba su agarre. Inspiré hondamente y el solo hecho de sentir su aroma me trajo paz, y terminé por acurrucarme a su lado. 

—Wow, hoy estás en plan cariñoso. —Dijo suavemente y a la vez sorprendido, rodeándome con sus brazos y apegándome más a él.

 Y era cierto, normalmente esto es improbable en mi, por no decir imposible. Me quedé ahí, tal y como estábamos nos encontrábamos cómodos. Yo sintiendo su aroma apegado a su pecho y cuello y él abrazándome, recostados en el suelo de mi habitación apoyados en mi cama.

—¿Te gustaría ir mañana conmigo al parque de diversiones? —Me invitó en un susurro, ninguno de los dos quería moverse ni un centímetro de como estábamos.

Sin pensarlo respondí:

 —Nunca podría negarme a cualquier invitación tuya.

Y sin pensar más, me quedé dormido junto a él.

Treinta Y Un Días: Juego De NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora