Treinta Y Un Días: Juego De Novios

Día 20: Asimilación

Reaccioné bien. O al menos mis padres creían eso, porque en mi interior habia mucha mas sorpresa de la que expresé. Simplemente sonreí de manera forzada y luego dije que me parecía maravilloso. Nada mas alejado de la realidad: lo cierto era que me parecía terrible. No mencioné nada a mis padres ya que no sabía explicar muy bien lo que sentía. Encima si decía que me sentía mal por ello podrían tomarlo como celos o como si en realidad tuviera miedo de "recibir menos atención" que claro, es lo típico en estas situaciones. Pero yo estaba consciente de que claramente no era ello lo que me perturba. Un nuevo hermano o hermana significaba muchas cosas. Necesitaba más bien asimilarlo. 

Hoy me esperaba un miércoles largo y duro en la escuela. Por suerte estaba Harry y además mis amigos. Alivianarían un poco el dia y podria comentarles la noticia. Era afortunado al haber arreglado mis asuntos y diferencias con Harry, así la escuela ya no era para mi una razón de tortura o un lugar del cuál quisiera huir. Y no, ni siquiera el hecho de que Neil estuviera allí presente podría arruinar nada. Si soy sincero la agitación por el tema había pasado a un segundo plano desde el momento en el que me concentre mas en Harry. Asimismo el hecho de haber platicado sobre ello con Simón y Eri me habian ayudado bastante. Si bien aún no sabia si podia confiar en el o no, al menos podría verlo a la cara y hablar con el como con cualquier conocido. El hecho de que estuviera superando aquel asunto no significaba que iba a ser de nuevo mi mejor amigo. Ese confidente que alguna vez fue, o al menos el hecho de volver a confiar en el como en un hermano ya era algo que estaba demasiado lejos. No descartaba la posibilidad de que si sucediera, pero era algo que requería tiempo, mucho tiempo.

—Buenos dias, lindo. —No me había percatado. Iba tan distraido en mis pensamientos que no había advertido el hecho de que ya estaba en casa de Harry. Me dio un suave pero rápido beso en la mejilla y se despidió de su madre. Enrojecí un poco, pero la vergüenza que antes sentía hoy en día ya no era vergüenza. No sabría explicarlo bien. —¿Como estás? 

—Hola, Griff. —Saludé dedicándole una sonrisa calida. Desde que habiamos arreglado las cosas ya no me comportaba tan sarcástico o indiferente. O al menos eso trataba de hacer. Estaba enamorado de él, y aunque trataba de disimular ese hecho, no sería justo de mi parte comportarme como un idiota con él. —Si te digo la verdad, un tanto desubicado. No creerás lo que sucedio.

Ya habiamos empezado a caminar en dirección a la escuela. Era una de las primeras veces en un tiempo ya un tanto largo que podiamos andar normalmente y charlando amenamente.

—¿Que sucedió? —Inquirió frunciendo el ceño. 

—Mi mamá esta embarazada. —Solté. 

Abrió los ojos a manera de sorpresa. 

—¡Tendrás un hermano menor! —Exclamó. Aun que casi parecía una pregunta. 

Cruzamos la calle, luego lo observé con una mirada que daba a entender que no estaba precisamente emocionado. Él entendió el mensaje. 

—No te hace mucha ilusión, ¿no es así? 

—No. —Me sinceré. —Pero tampoco se explicar el porqué. 

—¿Que es lo que sientes?

Ya habiamos llegado a nuestro parque, estabamos a poco de llegar a la escuela. 

—Es difícil, pero si estoy seguro de algo. —Dije con seguridad. —No son celos. O sea, no me molesta dividir la atención, es algo que contemplo y al imaginarmelo me es indiferente. 

—Pues entonces podemos descartar el hecho de que recibirás menos atención como la causa. —Afirmó. 

—Sí, nunca he sido un amante de la atención, y no es que sea un malagradecido con la atención que me dan mis padres —Expliqué. —Es solo que siempre he sabido que cuando hay mas de un hijo la atención es dividida. Es normal en las familias de mas de un hijo no pueden dar mucha atencion a todos a la vez, además tambien estoy consciente de que siendo un bebé requerirá más atención que un muchacho de 16. Y ni siquiera eso me molesta.