Me sentía suave y cálido. En general me sentía protegido. Podía sentir un peso sobre mi pero no me resultaba molesto. La luz del sol que se colaba a través de la ventana y las cortinas hizo que me despertará lentamente. Mis párpados se abrieron poco a poco y logré divisar que era lo que sentía. El calor y sensación agradable venían de Harry. En algún momento durante la noche me había rodeado con sus brazos y yo en un reflejo me había aferrado a él. Sonreí. Aunque daría vergüenza que se despertara justo en ese momento.
—Buenos dias, pequeño. —Habló aun con los ojos cerrados y con voz perezosa. La sangre subió a mis mejillas enrojeciéndolas al instante. —¿Como amaneciste?
Giré al lado opuesto de la dirección en la que estaba Harry sin fijarme debido a mis nervios. Y gracias a eso caí directo de la cama al suelo llevandome una de las mantas. Harry se incorporó en la cama y abrió los ojos para mirarme sorprendido.
—¿Estas bien? —Preguntó aún adormilado. Pero notaba que tenia ganas de reirse de lo que habia pasado.
Asentí.
—S-sí. No fue nada. —Aseguré. —Todo bien.
Sobe mi espalda y me levante devolviendo la manta a su lugar. Mientras me erguía divisé algo que llamo mi atención.
—¿Eso es tu ukelele? —Pregunté señalando el lugar donde había visto aquel instrumento. —No sabía que lo habias traido. ¿Como lograste que cupiera en tus cosas? ¿Para eso era esa maleta tan grande?
—Pensé que estaria bien traerlo. —Argumentó. —Y puede que solo haya traido un conjunto de ropa...
Enarqué una ceja y lo mire directo a los ojos.
—Harry Griffin, ¿estás diciento que solo traes lo que te pusiste ayer y esa pijama?
—Puede ser...
Solté una carcajada bastante sonora.
—Bueno, si llegas a oler muy mal no dejaré que me abraces o me toques hasta que volvamos. —Advertí. El hizo un puchero.
—¡Me voy a bañar muy bien! —Prometió. —Y trajé perfume por si lo necesito.
Pensé en si de verdad le molestaba no poder abrazarme. ¿Seria yo la persona que le gustaba? Ahora que lo pienso nunca habíamos hablado siquiera de su orientación.
Solo reí y lo dejé con la palabra en la boca, olvidándome de lo que pensé, mientras me dirigía al baño de la habitación con mis cosas.
En la mañana nuestro horario se dividía en 3 partes. La primera era en la mañana. De 7:00 AM a 8:00 AM teníamos libre para organizarnos. De 8:00 a 9:00 nos daban tiempo para desayunar tranquilamente en el restaurante del hotel. ¿Asi que en eso se iba el dinero de nuestra colegiatura este año? Bueno, al menos lo disfrutamos. Yo no me contuvé, una vez Harry tomó su baño y se vistió con la misma ropa del día anterior, bajamos a encontrarnos con los demas en el restaurante; ahi tomé toda la comida que pude y de la forma mas variada, total, ahi se iría mi colegiatura y debía aprovecharlo.
Luego del desayuno venía la tan esperada, por algunos, excursión al bosque. Puede que no lo conocieramos muy a fondo, pero el pequeño paseo que habíamos dado por aquella arboleda ayudó en que lo conociera mejor que cualquiera que venia a la excursión. Bueno, excepto obvio por el guía. Siempre que conozco un nuevo lugar me gusta observarlo y analizarlo con detenimiento. Me oriento poniendo puntos de referencía que sirven como una forma para guiarme.
La excursión daba incio y yo estaba tranquilo. Simón no era mucho de naturaleza salvaje, y desde ayer estaba un poco nervioso, en especial cuando dimos aquel paseo, no le apetecía tener que volver a entrar al lugar. Por otro lado Erica estaba emocionada de poder regresar ahí. Talía tenia a mano el bolso donde ponia su libreta y sus materiales de dibujo. Neil y yo no haciamos mas que esperar a que acabaran las instrucciones, cada uno en lo suyo. Se supone que estariamos ahi hasta la 1 o 2 de la tarde. Podiamos observar la fauna y la flora, explorar cerca del grupo en las paradas, dibujar como lo hacía Talía, o tomar fotos; básicamente, lo que nos apeteciera. Por otro lado la ultima parada sería para almorzar. Allí nos darían la comida. Luego volveriamos y tendriamos el resto de la tarde libre. Al menos hasta que cayera la noche. Una vez anocheciera teniamos que dirigirnos a los gigantezcos terrenos del hotel donde se encontraba el observarorio. El mismo era como un risco. Era tan grande que podríamos tomar sitios separados cuando todos se dividieran en su propio grupo de amigos cercanos. Y eso me alegraba. Prefería poder irme a mi ritmo y por mi lado con mis amigos, que estar obligado a estar en filas, sentado y rodeado de alumnos con los que apenas e intercambié una palabra en mi vida.
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Treinta Y Un Días: Juego De Novios
Romance"Esta bien, jugaré tu juego. Seré tu novio por treinta y un días" Esas fueron las palabras de Cameron al aceptar el juego de Harry. El aburrimiento y algo mas los llevo a jugar este juego que hará que sus lazos se fortalezcan y crezcan a lo largo de...