—Lo siento, pero no creo poder posponer más esto.
—¿A que te refieres? —Espeté. —¿No estás siendo egoísta justo ahora? ¿Vas a dejar de lado como me siento solo por qué tú quieres hablar de ello ya?
—Lo siento, Cam, pero...
—No me llames así. —Le interrumpí. —Pensé que eras mi amigo.
—¡Y aún lo soy!
—¿Acaso si fueras de verdad mi amigo me hubieras engañado para venir a verte a este lugar? —Vociferé señalando la especie de campo desierto en el que nos encontrábamos. Se encontraba a unas 6 paradas de bus de mi casa y luego a una caminata de quince minutos. En las afueras concretamente. —Viné hasta aquí, ¡más de cuarenta minutos de viaje hasta aquí! Pensé... Pensé que podía confiar en tí. ¿Por qué me dijiste eso solo para traerme hasta aquí?
—Yo... Yo...
—¡¿Tu qué, Neil?! —Grité.
—Lo siento. En serio no pensé en eso, pero es una buena razón.
—¿Buena razón? —Espeté. —Pues espero que sea demasiado buena. Estoy a kilómetros de mi casa, y tú me engañaste. ¿Por qué tenías que decirme que Harry estaba atascado aquí? ¿Cómo inventaste todo? ¿Y por qué Harry no contestaba mis llamadas?
—Le pedí el favor para que no lo hiciera. Le comenté lo que quería hacer.
—Harry sabía. —Suspiré enojado. Sentí que ardía del enojo, enojo dirigido a ambos. Harry había ayudado a Neil en algo que yo no quería. Estaba a punto de derramar lágrimas, que no quería dejar fluir frente a Neil, ni frente a nadie. El recuerdo de lo sucedido, el recuerdo nostálgico de nuestra amistad, y el hecho de que me sintiera traicionado por Harry me hacía sentir vulnerable. Viré hacia el lado contrario y me dispuse a caminar lejos de ahí.
—¡Espera! —Exclamo tomándome del brazo.
Lo mire enojado y trate de zafarme de su agarre.
—Dejame en paz. —Musité. —¡Pensé que habías cambiado, pensé que está vez podía confiar en ti!
—¡Y puedes!
—No. —Vociferé al zafarme. Luego mascullé: —No, no puedo.
—Mira, Cameron, lo siento. —Exclamo casi en lágrimas. —No debí hacerlo de está manera. Pero necesitaba decirte que desde siempre me has gustado y aún me gustas. Ese día fue un error. Mis padres me tenían amenazado por "mis tendencias homosexuales" desde que descubrieron que sentía algo más que amistad por ti. Sé que no fue la mejor forma pero lo que hice fue para protegerte a ti de mis padres. Cuando me trasladaron... —Sus lágrimas comenzaron a brotar descontroladas. Lo noté por sus sollozos yo estaba delante de él dispuesto a irme, pero la sorpresa me dejó estático. —En realidad me trasladaron a un internado católico mixto. Por qué ellos, ya sabes, son pastores y como no encontraron un colegio Cristiano prefirieron eso antes a un colegio "dónde hubiera más desviados". En el fondo yo sabía que estaba bien, pero me sentía mal por ser quien era y mis padres me lo recalcaban. Decían que estaba enfermo, que podían curarme, yo les creí. Por eso te alejé, por eso ese día fuí tan patán. —Yo estaba aún paralizado, no sabía en que creer. —Cuando nos mudamos me llevaron a terapias, a iglesias, a psicólogos y cuando prácticamente todos los psicólogos les decían que estaba bien, que no tenía nada malo, ellos se enojaban, hasta que dieron con un psiquiatra igual de homofóbico a ellos. Talía era la única que me entendía, en realidad cuando la conocí ella tenía una novia, y también había tenido novios. Por ella fue que pude entender que quien era no estaba mal, por eso somos tan cercanos. Puedes preguntarle a ella si crees que estoy mintiendo. Sé que lo que hice fue un error, se que esto no justifica mi comportamiento y como pase por alto tus sentimientos pisoteándolos. Quería que supieras que aún te quiero de esa manera aunque ahora ya no puedas corresponderme. Que yo aún... ¡Te amo!
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Treinta Y Un Días: Juego De Novios
Romance"Esta bien, jugaré tu juego. Seré tu novio por treinta y un días" Esas fueron las palabras de Cameron al aceptar el juego de Harry. El aburrimiento y algo mas los llevo a jugar este juego que hará que sus lazos se fortalezcan y crezcan a lo largo de...