▓ Capítulo 1 ▓

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3 AÑOS DESPUÉS DEL INCENDIO

Mis ojos pasean libremente a través del limpio cristal. Hay mucha gente caminando con velocidad a sus coches, otra abriendo a paso rápido el paraguas como pueden y algunos que otros corriendo porque no tienen ni vehículo ni cómo cubrirse con algún objeto personal.
Yo no sé cuál de todos ellos sería, pues el coche lo utilizo a veces para venir al trabajo, no suelo llevar paraguas porque se me olvida, y tampoco correría hacia casa; me gusta la sensación que me da la lluvia.
No sé, soy extraña, lo admito.
—¡Lisa!
—Oh por Dios, ¿qué pasa, Youngjae? —suspiro, llevándome una mano al corazón, que se me ha acelerado con su grito.
—Llevo intentando regresar tu alma a tu cuerpo como tres minutos contados. ¿Qué tanto mirabas? ¿Algún chico guapo? —cuando acaba su última pregunta me pone una cara pícara y añade un levantamiento de cejas que me hace sonreír levemente.
—Solo piensas en chicos, Youngjae. No tienes remedio —niego con la cabeza divertida y observo el reloj colgado en la pared, justo por detrás de su cabeza.
Hora de volver al trabajo.
—No es verdad, el otro día te hablé de una chica.
—Error, hablaste de ella para criticar su falda de cuadros.
—Mmm, puede —veo como intenta recordar algo y luego abre sus ojos mientras chasquea los dedos—. Sí, es cierto, y como para no hacerlo, esa falda era feísima.
—Bueno, estilista, luego te dejo que sigas criticando su ropa, ahora es hora de volver al trabajo —apunto el reloj y él mira la hora, girándose de nuevo hacia mí y poniendo su cara de angustia al saber que le toca limpiar los baños de los cocineros.
Llevo trabajando en un pequeño restaurante desde hace 6 meses, me encargo de atender a los clientes y apuntar sus pedidos, más servirlos, y otras veces de limpiar el lugar. Cuando me contrataron, Youngjae ya trabajaba desde hacía 3 meses antes, y fue gracias a él que ahora lo sienta como un hogar este lugar y encima gane buen dinero para mantener la casa junto a mis padres adoptivos.
Aún no quiero independizarme, y menos con todas las cosas encima, así que esto es lo que tengo y con lo que me conformo, no espero nada más.
—Venga, vamos, la semana pasada me tocó limpiarlos a mí porque tu cogiste mi puesto, así que no me pongas esa cara de estreñido —le obligo a darse la vuelta sujetándole los hombros y ambos avanzamos a la cocina para ponernos el uniforme.

No es que sea lo más bonito del mundo, pero prefiero utilizar uniforme y mancharlo que manchar mi propia ropa, así que.

Cuando pasamos por la cocina, el resto de nuestros compañeros nos saluda alegremente y siguen con sus tareas. Por suerte, el ambiente de trabajo es muy agradable y no hay malos rollos entre compañeros. Es justo lo que necesito, paz y ningún enemigo. Solo quiero una vida tranquila, por lo menos ahora mismo, dejando todo el pasado atrás y sin pisarlo.

Cada uno va hacia su taquilla y agarra su uniforme, para proceder a cambiarse en los cubículos que hay. Siempre me cuesta abrocharme el estúpido botón de más arriba, y esta vez no es distinto, por lo que salgo para pedirle ayuda a Youngjae, solo que tengo que esperar porque está atendiendo su teléfono.

—Jaebum... Por favor, déjalo en su sitio, yo no sé dónde está ese dinero del que me hablas. No lo he cogido yo —Noto cómo su voz agarra fuertemente angustia y desesperación—. ¡No! ¡No me cuelgues! ¡Jaebum!

Y baja su teléfono con la mano temblando.

—Eh, ¿qué ha sido todo eso? —pregunto, apoyando una mano en su hombro y buscando su mirada.

No consigo que me mire a los ojos, tiene la mirada fija en un sitio y nada más. Muerde su labio inferior y retiene las lágrimas.

—¿Qué ha dicho Jaebum? —Sé perfectamente como es ese capullo y le ha podido decir cualquier cosa para herirle, no es muy difícil para él.

—Dice que va a matar a mi perro si no le doy los quinientos euros que tenia en su armario... —susurra con una voz aguda, como asimilando aún lo que ha soltado.

RETURN ▓ [Lizkook] SEGUNDA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora