RETURN ▓ [Lizkook] SEGUNDA PARTE

▓ Capítulo 23 ▓

—¿Estás bien? Te noto muy cansada —me pregunta Chanyeol durante el turno de mañana.

—Sí, sí, no te preocupes, es que últimamente me cuesta mucho dormir.

—Deberías ir a la farmacia para que te dieran algo. El sueño es muy importante —sacude en el aire su carpeta con los pedidos que tiene que estar firmando cada dos por tres.

—Lo tendré en cuenta, gracias —finjo una sonrisa amable y sigo colocando los champús.

M encantaría darle una sonrisa honesta, pero, si estos días anteriores casi no dormí, esta noche ni siquiera lo he hecho. Después del mensaje de Yoongi, le escribí mil mensajes, esperando a que me siguiese hablando, pero nada. Estuve toda la noche esperando su respuesta. Ni por la mañana la obtuve cuando me estaba preparando.

Debido al sueño que tengo, me confundo varias veces dónde colocar las cosas, pero recapacito antes de tiempo y antes de que me den un aviso. Necesito hacer este trabajo lo mejor posible. Y llevo muy poco, no me quiero permitir fallos.

Lo único por lo que me siento en "paz", es porque mi móvil lo he dejado en el vestuario; no quería verme toda la mañana como una obsesa revisándolo.

Después de comer y un poco antes de mi turno por la noche, quiero ir a comisaría para hablar con Yoongi. Necesito saber dónde demonios ha estado todos estos días y que no me altere la cabeza más porque hay más problemas. Suficiente ha habido estos tres días atrás.

También le agradezco a Jungkook el haberme salvado del tema de Jaebum. Estaría ya en la cárcel de no ser así. Aunque me es demasiado difícil mirar a Youngjae todas las mañanas y a la hora de la cena y no poder contarle lo que he hecho. Sé que él lo odiaba, pero aquellas palabras de Jaebum no salen de mi mente.

«—Tal vez sí se lo merezca, pero como eres tan estúpida no te das cuenta de nada.»

¿A qué se refería con eso?

Jamás vería a Youngjae como alguien que le puede hacer daño a algo o alguien. Me toman desprevenida totalmente las palabras de su hermanastro.

Más de una vez he querido preguntarle, pero no me conviene mentar a ese diablo, que, por suerte, no está más para molestarlo. Todo por mí.

Me da miedo que en el fondo no me importe tanto. Me duele más mentirle a mi mejor amigo que haberle hecho lo que le hice al otro.

Creo que ni siquiera me reconozco.

Es una sensación tan extraña. Han pasado muchas cosas negativas últimamente y es como si no sintiese nada; no remordimientos, no pena...

Cuando mi turno acaba, nos despedimos todos y avanzo hacia mi coche, notando lo congelado que está por las bajas temperaturas que está haciendo los últimos días. Siento los dedos helados cuando entro al coche. Incluso me duelen del frío. Debería coger unos guantes.

La ida a casa se ralentiza debido a la espesa niebla que dificulta mi camino. Hace un día perfecto para estar en casa y no salir; lamentablemente, tengo que seguir trabajando e ir a ver a Yoongi.

Nada más aparcar y bajarme del coche, mi mirada va directa al suelo, recordando aquellas letras que había pintadas hace unos días. Sigo preguntándome qué significarían y, si de algún modo, eran más problemas a mi vida.

La paranoia después de tantas malas situaciones me parece algo normal.

El recibimiento en casa es igual que al resto de días. Comemos todos tranquilamente, yo un poco más lento, pues soy la que alimenta a Suni.

...

Ha llegado la hora.

Tengo los pelos de punta incluso antes de haber recibido alguna noticia. Las piernas están estables en su sitio, y cierta parte de ellas, se quiere quedar donde están.