▓ Capítulo 16 ▓

427 57 9
                                    




—Aléjate, por favor —mi voz sale en un susurro. No quiero posar mis ojos sobre los suyos y solo trato de mirar al frente.

Necesito salir de aquí, y a la vez necesito tantas respuestas.

Necesito alejarme de nuevo de él, y al mismo tiempo, algo dentro de mí siente una cálida nostalgia.

Es obvio que también ha cambiado. Se ha vuelto un poco más cortante de lo que podía haber sido en el pasado.

¿Quién no cambiaría en tres años?

¿Quién no cambiaría después de, supuestamente, haber muerto y ver que en verdad no?

¿Quién no cambiaría después de que le hayan jodido su mayor deseo existente?

Yo era su deseo. Su mayor deseo. Y me repugna, tanto para sentir un pinchazo en el corazón, al darme cuenta de que he sido la prioridad total de alguien. Y también se ve bonito, si tuviera otro contexto.

—Lalisa... —susurra él también, pasando su nariz por mi pelo, oliéndolo—. Sigues teniendo el mismo olor —se agacha todavía más y se entromete en mi vista—. Estás en mi casa, yo decido qué hacer y qué no, así que, relax.

Sus ojos vuelven a absorberme un poco. Hay una necesidad en mí de abrirme paso ante esa oscuridad, y descubrir sus más oscuros secretos; saber qué esconde dentro de esa coraza que siempre ha llevado puesta.

No vuelvo a decir nada más, solo observo la habitación, intentando distraerme con cualquier cosa y evadir esa misteriosa mirada.

Está todo meticulosamente recogido, con los muebles en colores apagados y sencillos.

Jungkook, sencillo por fuera, complicado por dentro.

Viendo mi rigidez, se impulsa del colchón y se pone derecho, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón. Sé que me sigue observando, pero, de verdad, no quiero volver a mirarle desde tan cerca.

—¿Te gusta mi cuarto? —cuestiona. Avanza hasta el final de la cama y vuelve a interponerse en el camino de mi vista.

—Es simple.

—Me gustan las cosas simples.

Muerdo mi lengua, pero no soporto y acabo tirando una pullita.

—Nunca lo ha parecido —meto mis manos debajo de la manta para calentarlas. En este sitio hace un frío...

—Ah, ¿no? —pone una mueca exagerada de incredulidad—. Siempre te quise para mí. Estuve dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguirte. Siempre me perteneciste, y tu miedo, tu miedo mucho más. ¿Ves? Todo es simple.

Suelto un suspiro cargado de rabia, no me puedo creer cómo alguien es tan obstinado y ególatra.

—Mira, nunca pensé ser así de directa contigo, pero creo que sigues metido en ese sueño retorcido tuyo —señalo haciendo círculos con mi dedo mi cabeza—. Nunca fui tuya, nunca. Mi miedo puede, pero todo lo que se considera como yo, en la vida te perteneció.

Se ríe fuertemente en mi cara y lleva una mano a su estómago.

—Te has vuelto más chistosa, eso es bueno —muerde su labio inferior mientras niega con la cabeza—. Nunca dijiste lo contrario cuando te follaba.

Me quedo sin palabras y siento un calor envolver toda mi cara. El frío que sentía hace un momento, se me ha pasado más rápido que una estrella fugaz.

RETURN ▓ [Lizkook] SEGUNDA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora