Día 6: Sostén mi bastón.

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Un akuma había atacado París esa noche. Fue algo difícil de evitar ya que fue uno de los akumas más extraños que Ladybug y Chat Noir pudieron enfrentar. Dañó muchísimo a tanta gente y... Especialmente a una parisina que solía ser fuerte porque tenía un compromiso con su ciudad, con los guardianes, con el Maestro Fu que, aunque perdiera la memoria, por él hacía este deber tan laborioso y que mentalmente, ya le estaba comenzando a estresar.

Terminando la batalla, Marinette, muy cansada, trató de dirigirse a casa.

- Esto está consumiéndome. – dijo Marinette a Tikki. – Me estoy estresando de esto.

- Tu podrás con esto, Mari. Recuerda que lo haces por algún día liberar a esta ciudad.

- Pero ¿qué pasa conmigo? ¿Y si me muero por...?

- ¿Estás pensando en morir en algún momento? Marinette dime que no es una de tus exageraciones extremas. – dijo la kwami poniéndose al frente de ella.

- Soy realista, si no puedo, puede pasarme, es una posibilidad.

- Solo deja de ser tan negativa, no pasará. Confía en mí, mamá kwami. Recuerda que nosotros siendo criaturas mágicas eternas nos volvemos más sabios con el paso de los días.

- Lo sé, gracias por la confianza, Tikki. dijo Marinette siguiendo su camino a casa.

Caminó a la luz de la luna, ya no sabía dónde estaba exactamente. ¿Estaba cerca? ¿Lejos? No lo sabía.

Sintió que su cabeza le daba vueltas y luego...

- Tikki, lo siento... - dijo Marinette cayendo al suelo.

-.-

- Marinette, reacciona. ¡Abre los ojos! ¡¿Estás viva?! Mari, despierta.

No respondía.

- Mari, no me hagas esto. Dijiste que no me abandonarías, guardaespaldas, a la casa de Marinette, ahora.

Se dirigió a la azabache de nuevo.

- Estarás bien, Mari. – dijo Adrien abrazando a su amiga.

Ese día se dio cuenta de que ella era muy importante en su vida y hoy cuando estaba a punto de decirle lo que sentía... apareció ese maldito akuma arruinando todos sus planes, que oportuno era Hawk Moth en mandar sus benditas mariposas.

-.-

Apenas pudo abrir los ojos. Pero no pudo porque tenía algo que lo cubría.

Era un antifaz para dormir.

Intentó quitársela, pero unas manos la detuvieron.

- ¿D-dónde estoy?

- En casa, descuida Marinette. Te cuidaré mucho y estarás bien.

- Me parece familiar tu voz.

- Sí, soy...

- Chat, aléjate de mí.

- ¿Marinette?

- Si sé que eres tú. Tu voz es reconocible aunque no te pueda ver, gatito.

- Espera, Mari yo...

- No, ya sé que dirás: "Hola princesa, tuviste una caída en medio de una miauravillosa noche" o esos chistes muy malos de gatos que me dijiste que le cuentas a Ladybug. – dijo la estudiante tratando de imitar la voz del héroe felino.

Mi gatito y yo ♡ [ Marichat May 2020 - Microrrelatos - Colección de OS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora