❝ Cosquillas ❞

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El Teniente Im había llegado a la misma hora del día de ayer a la cafetería que ahora realmente era el único lugar en donde almorzaba.

Lo acompañaba el más mayor de los soldados, Jichul. Estos habían entrado y como siempre buscaron con su vista un buen lugar en donde sentarse, Jichul iba riéndose de la misma expresión que hacía su Teniente al entrar al lugar. Una cara de perro en celo, buscando al chico que muy apenas lo atendía.

Por Jinyoung cada vez que podía se ocupaba en otra cosa, o siempre inventaba pendientes para no ver al Teniente. Eso habían sido los primeras semanas, hasta que su tía le había dado un tremendo zape en su nuca y diciéndole que el contaba como un cliente muy importante, y debía tener el mismo trato, aunque siempre intentará coquetear.

Así que si, ahora el azabache ya no podía escapar. Este ahora recogía unos platos sucios de una mesa, y al oír la campanita de la puerta volteo haber quien había entrado y saludarlo con una sonrisa. Pero esta no se dio, cuando vio al hombre que le enseguida le sonrió y mostró sus dientes, quitó la sonrisa y rodó los ojos como ahora se le hacía costumbre.

Se acercó de mala gana y fingió sonreír y hablo: — Bienvenidos de nuevo caballeros, siéntense donde gusten.

— ¿Cómo estas bombón? — sonrió y se dirigió frente a él viendo como este lo miraba igual que cuando llegó. — ¿No vas a saludarme?

— Ya lo salude señor, ¿gusta sentarse? — sonrió apuntando a la primera mesa desocupada.

— Oh vamos cariño, salúdame bien.. — intento acercarse a su mejilla derecha y dar un beso en ella.

Pero no se espero que este le empujara lejos de él. — ¿Qué cree que hace? No sea tan confianzudo..

Esta bien, lo siento.. — dijo riéndose alzando sus manos en señal de "me rindo".

Jichul soltó un sonido en burla, yendo a la mesa y sentándose en uno de los asientos. Tomó el hombro de Jaebeom y lo sentó forzosamente en silla, viendo como este no le quitaba la mirada de encima al pobre mesero que se iba a la cocina.

— ¿Por qué simplemente no admites que no está interesado en ti? — le murmuró Jichul, viendo cómo este seguía igual.

— Me vuelve loco, es tan.. tan.. ¡AGH! — sus manos inconscientemente estaban sobre su pecho y también había soltado el gruñido, sintiendo las miradas de los clientes observándolo con confusión.

Este se sentó correctamente en el asiento de la mesa, y tomó una buena posición, como todo buen Teniente. Jichul suspiró al verlo así de infantil, conocía a Jaebeom desde hace tres años y con eso tuvo suficiente para ver la personalidad tan peculiar, y el gran gusto por las chicas y chicos no solo con buenos glúteos, también dar lo mejor de sí para poder tener a alguien especial en su vida.

Lo que no veía justo, es que mucha gente ya lo veía como un "ojo alegre" que solo quería tener un buen rato con las personas. Pero en realidad Jaebeom tenía mucho amor para dar, más que una simple noche de sexo. En sí ahora su amigo se había llevado tantas decepciones de idiotas, que cuando le preguntaban si su reputación era cierta, él sólo asentía con amargura.

Pero al parecer está vez estaba flechado de nuevo,  se notaba que no dejaría pasar la oportunidad de tener una relación con el mesero de cabello oscuro. La voz de su mejor amigo lo sacó de sus pensamientos cuando ahora le ordenaba su desayuno a la chica.

Teniente Im Jaebeom ; 𝖩𝖩𝖯 (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora