De Pequeños Niños [SabiTan]-[GiyuTan]

•|Capítulo 6|•

Tanjiro le sonrió al pequeño Tomioka mientras le sacaba las vendas de su rostro. El de orbes Azulados no podía evitar sentirse avergonzado ante la calidez del mayor, quien en todo momento lo trataba de manera sutil y amable.

—Muy bien, Giyuu-chan

Tomioka movió su brazo, sonriente pues este ya no le dolía. Sin poderlo evitar observó al mayor, quién sonreía amable. Sin embargó una sombra se hizo detrás de este, mostrando unos ojos aterradores qué Giyuu tomó con algo de miedo.

—Tanjiro

Kamado levantó la mirada hacia arriba, sonriendo divertido al observar al azabache.

— ¿Sucede algo, Kaigaku?

Para Giyuu, ese hombre daba miedo. Con su cara enojada y arrogante, grande, y de cierta forma intimidante.

—Tengo una misión larga, quiero pasar un rato contigo

Tanjiro pareció dudarlo, pues observo de reojo al pequeño niño, quién fijo su mirada en él.

—...Iré...— Susurró, luego de pensarlo un poco—...En un segundó, ¿Si?, Solo necesitó fijarme qué sus heridas estén completamente cerradas

Kaigaku se quedó inconforme con su respuesta, se levantó del suelo y se marchó, haciendo que el pelirrojo sólo sonría nerviosamente.

—Parece que no le gustó su respuesta, Tanjiro-san

Kamado río un poquito ante el comentario de Giyuu, Cosa que de cierta manera avergonzó al pequeño.

—Kaigaku es un Pilar bastante difícil de tratar, incluso Senjurou-kun trata de no hablarle mucho, y él es el más bueno y comprensible de los Pilares

Un suspiró salió de los labios del mayor y sin más preámbulo se acercó al pequeño.

—Pero él ya es un hombre, Entiende, sólo qué su manera de amar es más agobiante de lo que pensaba

Giyuu notó un cierto tinte de algo, no sabía cómo definirlo, sin embargó intento no prestarle atención. Cerró sus pequeños ojos y suspiró, sintiendo la fría manó del mayor sobré su pecho, verificando si sus pulmones se encontraban en buenos estados.

—Sabito estaba aquí cuándo desperté — Inquirió Giyuu, Cerrando sus ojos y llamando la atención del mayor— Estaba haciendo algo raro con sus manos

Y aquello le pareció curioso al pilar.

Continuará