Historias Eróticas I

Con el Nerd

—¿En serio tu follaste con Dayron, el nerd? —pregunta Nicol mirándome a través de sus gafas de sol.

—Eres una puta, por Dios, Marlin —chilla Sam poniéndose el bronceador.

—¿Quieren detalles? —pregunto jugueteando con mi pelo.

—Obvio pendeja —dicen al unísono.

Bueno...

—Salí de clase al baño, pasa que en el camino me topé con el maestro de matemáticas y me dijo que estaba jodida en su materia y que ni los millones que tenía mi padre me ayudarían.  Entonces de camino al baño me encontré con el nerd y se me ocurrió ceducirlo para que me ayudara en la práctica y en el exámen. El muy pendejo no caía ni aunque le ofrecí buen maso de dinero. Entonces lo besé, empecé a tocarle y se puso bien cachondo. Me alejó y volví atacar. Le bajé los pantalones y empecé hacer un oral, jadeaba casi como una mujer,  y se dejó llevar, me movía la cabeza a su antojo. Tiene una polla más grande que la de Germán, por Dios.  Es gruesa, las venas se notan a kilómetros,  me levanté y lo besé.. me iba y el muy pendejo me pegó a la pared; de espalda. Me subió la falda y se arrodilló.. me comió el culo y la vagina. Y que rico que lo hacía. Me metió dedos por ambos lados. Me corrí en su boca. Y luego así fe espalda me penetró. Me folló como a una puta. Me nalgueó, me haló de pelo y me sostenía de la cintura con fuerza. Se sentó en la tapa del baño y luego  yo subí.  Empecé a moverme sintiendo su enorme pene entrar en mi. Estábamos empezando a sudar. Y no parábamos. Yo me levanté y se corrió fuera.

—Y eso no es todo...

—¿Qué más pasó? —pregunta Renata mientras las demás me miran.

—El maestro de historia nos encontró.

—¿Y qué pasó? —pregunta Nicol sorprendida.

—Pos tuve que dejar que me follara y luego eso de convirtió en  un trío.. el nerd me tenía cargada y me besaba y el profe me fallaba por  culo y si que se siente rico, tener dos penes dentro y de paso  que te coman las tetas. Yo jadeaba y ellos se fundían dentro de mi sin compasión. El nerd besa delicioso y folla bien rico.

—¡Que envidia amiga! —dice Renata lamiéndose los labios.

—Hoy vendrá a casa, así que cuando llegue, ustedes se quedan aquí en la piscina —digo señalándolas con el dedo.

Ellas asienten.

Continuaráaaaaaaaaaa