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Pasó una semana desde que la labor, o castigo mejor dicho, como ángel del amor CupiSung, había empezado. Llevaba varias parejas formadas. Esto era más que sencillo, más fácil que estar escuchando y aconsejar a la gente, solo tenía que esperar el momento indicado para flecharlas.

O es lo que quería creer ya que tenía que combinar su vida escolar, amorosa y como ángel de amor al mismo tiempo. No solo eso, también tenía que ocuparse de sus obras. No podía dejar a sus fans esperando solo porque no podía organizarse.

-Quédate quieto... Por favor-. Rogaba mientras estaba apuntando hacia la persona que le indicaron.

Su vida era un caos.

-Muévete todo lo que quieras-. Jisung se rindió.

Agarró sus cosas y se fue a clases. Tal vez eso lo estrese más, pero ya no quería seguir intentando algo en lo que no era bueno. Era uno de esos días en que solo quería abandonar todo y dormir el resto de su vida.

Traerle felicidad a la vida de la gente traía infelicidad a la suya. ¿Por qué tenía que encargarse de eso? ¿Por qué tenía que ser un ángel del amor? Es más, ¿por qué tenía que ser él el flechado por Minho y no Minho de él? Odiaba esto.

Todas sus clases se acabaron y volvió a casa. Era viernes, así que no se tenía que preocupar por despertarse temprano por la mañana. Se cambió la ropa a una cómoda. Revisó su teléfono una última vez antes de irse a dormir, apenas eran las 6 de la tarde. Dejó su teléfono en su mesa de noche y se acostó de lado para conciliar el sueño. Cerró lentamente los ojos, por fin tendría descanso. Pero su celular sonó para notificarle que tenía un mensaje nuevo.

-¿Ahora qué?-. Gruñó molesto y agarró su celular. Era un mensaje de Minho.

Amor de mi vida ❤ :

¿Estás libre? Me preguntaba si quisieras ir al cine.

Sin haber abierto el mensaje, ya había contestado. Se paró inmediatamente para darse una ducha rápida y escoger su atuendo. Estaba contestando mientras lo hacía. La función era dentro de dos horas y se verían en el cine.

º º º

Mientras buscaba a Minho en la calle, Jisung pudo ver a la chica que flechó, solo faltaba el chico que no se quedaba quieto, eran como polos opuestos. No sabía si la chica saldría con él o con alguna amiga, pero estaba esperando al igual que él.

-Ah, aquí estás-. Jisung volteó cuando escuchó la voz de Minho.

-Gracias por invitarme.

-No es nada, es agradable estar contigo.

El mayor se sonrojó por sus palabras. Mientras hacía fila para los boletos empezaron a hablar de cómo habían estado estos días.

-Hoy fue un día muy estresante, nada me estaba saliendo bien. De hecho, llegué a casa solo para dormir.

-Entonces yo te...

-No te preocupes, me animaste mucho cuando recibí tu mensaje.

El de mejillas redondas hablaba de una forma sincera sin darse cuenta del coqueteo indirecto y el efecto que tenía en el menor.

-Entonces puedes pedir lo que quieras de la dulcería.

-Estoy bien, gracias-. Dijo con recato. Claro que quería aceptar la oferta,pero no quería que gastara en él.

Aún así compraron palomitas extra grandes, bebidas y algunos dulces antes de entrar a la sala.

La película era de terror. No le gustaban a Jisung, pero no había vuelta atrás. En la fila pudieron escoger otra pero no lo hicieron, él accedió a la elección del menor.

Solo pasaron 10 minutos de la película y ya no quería verla. Tal vez las películas de terror en la actualidad eran un cliché, pero siempre lograban asustarlo. Para empeorarlo Minho no se daba cuenta de lo asustado que estaba.

-Voy al baño-. Susurró al oído de Minho cuando el momento de tensión llegó. Aquel momento de suspenso que era anterior al susto que se daba.

Salió de la sala y dio un respiro profundo mientras se dirigía a los baños, pero pudo ver un corazón flotando entre la multitud. Era aquel chico que no se dejaba flechar, lo siguió para acabar con su trabajo de una vez.

Salió a la calle y se echó a correr a una dirección.

-No espera-. Jisung corrió detrás de él con cautela de no ser notado.

El chico paró. El ángel vio que la chica iba caminando.

-No me digas que la dejaste plantada...-. Murmuró Jisung para sí mismo.

Odiaba ese tipo de gente. Tenía a alguien rendido a sus pies y aún así no se dan cuenta de ello. Pero el chico seguía viendo como se alejaba.

Tomó la posición indicada para que la flecha atravesara en su pecho. Forzó su vista y disparó.

-¡ESPERA!-. El chico comenzó a correr hacia ella. Era la primera vez que el ángel agradecía que se moviera.

Desde lejos miraba como os dos hablaban. Se suponía que era una disculpa y confesión, se abrazaron al final. Era un flechazo de unión. Su trabajo había terminado.

Vio la hora, no era normal que alguien se tardara más de 20 minutos en el baño. Tenía que volver a la sala. Aunque se asustara de la película, estar con Minho era lo que contaba.

º º º

-¿Te gustó la película?

-Casi lloro.

-Te asustaste tanto que tuviste que ir al baño por casi media hora.

El menor rió por la cara de sufrimiento que hizo Jisung.

-No te rías-. Golpeó su brazo.

-La próxima tú decides la película-. Eso significaba que habría una segunda ocasión, eso lo dejó más contento.

Caminaban por la calle iluminada por las luces de los postes. Minho llevaba al mayor a su casa a cualquier ruido o sombra Jisung activaba su modo de defensa, sí que lo había aterrorizado. Platicaron sobre cosas absurdas, pero era mejor que hablar sobre otras cosas.

-Bueno, aquí vivo-. Se sentía triste porque ya no vería a Minho hasta después. El día que anhelaba que acabara se convirtió en uno que quería que no se acabara, así como todos los que estaba junto con su amor platónico.

Se quedaron en silencio por no saber qué decir.

-Bueno, fue divertido. Nos vemos, descansa-. El menor se despidió.

-Gracias por invitarme, envíame un mensaje cuando llegues a casa.

-Eso haré-. El contrario se puso en marcha.

Jisung se desplomó en la cama cuando la vio. Fue un gran día, bueno, más bien la mitad del día.

Sintió que algo caía en su cabeza, era una nueva carta para su próxima pareja. 

😇



❣CUPISUNG❣ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora