El periodo de exámenes había acabado. Hacía una semana que no veía a su novio, era sábado y se suponía que tendrían una cita, pero Minho la canceló en el último momento, justo cuando iba saliendo de su casa vio el mensaje de su novio y lo encontró su casera. Le pidió que cuidara a su hija ese día, aceptó porque le iba a descontar el precio de la mensualidad. Estaba triste por no ver a Minho, pero feliz por la oferta.
Lanzando otra pelota hacia el objetivo, Jisung cruzaba sus dedos mentalmente. Por poco le atinaba, pero falló nuevamente. La hija de su casera se quejó dramáticamente, se parecía bastante a ella cuando se quejaba cuando no le pagaban la renta. Colocó su mano en el hombro de la pequeña. La había llevado al parque de diversiones.
-¿Quieres intentar otra vez?-. El empleado preguntó alzando su ceja y tomando una pelota en su mano. El parque estaba lleno ese sábado, pero afortunadamente no había nadie atrás de ellos. Miró hacia abajo para ver a la hija de la casera. Nayeon estaba sonriendo y poniendo sus ojitos para que Jisung cediera.
-Por favor, por favor-. Le rogaba al mayor. Tenía una debilidad por los niños pequeños, eran muy lindos.
Suspiró y sacó otro billete, se lo entregó al hombre que estaba atrás del mostrador. Le dio tres pelotas, las tres oportunidades que tenía. No entendía cómo es que podía flechar personas pero no atinarle a un blanco. Movió su mano dramáticamente, respiró hondo. Estaba actuando como si fuera un profesional haciendo que Nayeon riera.
Falló el primer lanzamiento por mucho.
Necesitaba ganar ese juego para conseguir aquel juguete gigante que hacía chillar de la emoción a Nayeon. Gastaría mucho dinero si seguía así, era patética su habilidad para arrojar cosas.
Los hombros de la pequeña junto con los de Jisung cayeron cuando vieron la segunda pelota fallar.
El sujeto le sonrió a Jisung de manera burlona, a lo cual respondió con una cara de disgusto. Era obvio que no le daría un consejo para poder ganar el premio.
Tomó la tercera pelota con pocas esperanzas.
-¿Quieres ayuda?-. Una voz familiar preguntó detrás él.
Volteó a ver de quién se trataba. Era Minho.
-¿Para esto cancelaste nuestra cita?
-Tomaré eso como un sí.
La verdad es que Minho no tenía idea de lo que estaba haciendo, solo quería impresionar a su novio.
-¿Y qué estabas tratando de ganar?
-Aquel alíen verde-. Apuntó Jisung.
-¿No te gustan más los unicornios?
-No, quiero el alíen verde-. Nayeon hizo un puchero.
-Buena elección, ¿qué obtengo si lo gano por ustedes?-. Ladeó su cabeza hacia atrás, viendo a su novio y a la pequeña a través de sus pestañas.
-No lo sé, lo que quieras.
Minho lanzó la pelota y falló miserablemente enfrente de su dos espectadores. Esto provocó risa en los dos. Se sentía apenado, pero claro que no lo diría, trataba de sentir la poca dignidad que le quedaba.
Después del fracaso de los mayores Nayeon decidió hacerlo ella misma, qué podría perder con eso, lo único que podía perder era el dinero de su niñero. Le dieron las tres pelotas y al primer intento dio en el blanco, eso significaba que ganaba aquel peluche de alíen. No solo le dio al blanco, también le dio un golpe fuerte al orgullo de Minho y Jisung.
A pesar de ser un encuentro que ninguno de los dos esperaba, se convirtió en una cita con una invitada.
Después de unas horas los tres tenían hambre.Se sentaron en unas bancas para decidir qué comerían.
-Entonces... ¿Qué haces aquí?
-¿Tú qué haces aquí?
-Vine a cuidar a mi hermana pequeña, pero me dejó por sus amigas.
-Yo estoy cuidándola-. Apuntó a Nayeon con su pulgar mientras bebía de su soda.
-¡Quiero una hamburguesa!-. Exclamó la pequeña.
-Voy por ellas-. Jisung se paró de su lugar.
-Te acompaño-. Minho se dispuso a acompañarlo.
-Mejor cuida Nayeon, ya vuelvo.
Jisung estaba pagando por las hamburguesas y vio un papel en su cartera, era una carta, ahora tenía trabajo.
"No ahora por favor", pensó.
Pasó una hora y Jisung no llegaba, Minho empezaba a pensar que lo había abandonado con una pequeña y se convertiría en padre luchón. Aún era muy joven, no estaba listo para niños, apenas podía cuidar de sí mismo.
Vio a sus alrededores y llegó Jisung respirando con dificultad, se veía cansado, pero tenía las hamburguesas.
-Perdón-. Tomó una bocanada de aire. -Por la tardanza.
-Te tardaste-. Nayeon se quejó.
-Ya me disculpé, ahora come.
Minho notó que el mayor se veía desanimado, sobretodo porque le regaló su hamburguesa. Jisung amaba la comida, era seguro que algo le pasó, pero hablaría con él cuando la pequeña no estuviera presente.
º º º
Ambos se despidieron de Nayeon mientras la entregaban nuevamente con su mamá. Habían tenido un buen día juntos.
-Gracias por todo.
-No hay de que-. Jisung movía su mano.
-Ojalá pueda pasar más tiempo contigo-. Hizo un puchero.
-Algún día cuando tu mamá te deje a mi cuidado.
La casera agradeció a ambos y se fue con su hija.
-Lo siento- El menor se disculpó cuando perdieron de vista a las dos mujeres.
-¿De qué hablas?
-Cancelé nuestra cita.
-Pero pasé tiempo contigo, eso solo quiero y necesito-. Jisung le regaló una cálida sonrisa.
Minho se la devolvió. Confesar su amor a Jisung no fue mala idea. Fue una decisión correcta.
-¿No tienes hambre?
-Dios, pensé que nunca preguntarías eso.
Minho tomó su mano y esta inmediatamente empezó a sudar.
-Lo siento.
-No te preocupes, a mí también me suda la mano.
Ambos rieron y empezaron a caminar al restaurante más cercano. Minho concluyó que la tristeza de Jisung solo era hambre.
Pero lo que no sabía era que fue producto de sus aventuras como CupiSung.
😇
ESTÁS LEYENDO
❣CUPISUNG❣ Minsung
FanfictionJisung era un experto en el tema del amor, tanto así que se apodó a sí mismo "CupiSung" pero su vida amorosa, la cual era casi inexistente, le faltaba todo tipo de experiencia. ¿Cómo sería su vida si le dijeran que ahora es un ángel de amor como cas...