Rosa Pastel [SEHO]

7. Quédate

SeHun exhaló un suspiro de satisfacción, tras el delicioso aroma de JunMyeon en su almohada. Estiró la mano para atraerlo a su cuerpo, pero únicamente encontró las frías y vacías sábanas. Abrió los ojos, y mientras se incorporaba, lo buscó con la mirada.

—¿SuHo? —dijo. Silencio. —¿Conejito?— intentó. Pasándose una mano por la cara, bajó los pies al suelo y se acomodó sus calzoncillos.

Lo buscó por la casa más tiempo del que su orgullo pudiese salir ileso. JunMyeon se había largado sin decir una jodida palabra. Cuando un enorme pesar le retorció las entrañas, víctima de un extraño anhelo, se echó a reír. Él realmente quería despertar con el inocente camarero a su lado, no podía negar que deseaba tenerlo entre sus brazos mientras lo besaba por horas.

Obligándose a disipar el amargo pesar, se metió al cuarto de baño. Esperaba no volver a dedicarle pensamientos a ese pelirrosa. Mientras el agua corría por su cuerpo, trató en vano de arrancar de su mente a SuHo. Sexo sin compromiso había sido su lema desde siempre, porqué ahora le era tan difícil dejar ir al muchacho. Sacudió su cabeza. Él lo olvidaría punto final.

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JunMyeon intentaba no quedarse dormido, pero le era muy difícil, apenas podía mantener sus ojitos abiertos.

SeHun frunció el ceño al encontrarse sonriendo ampliamente con tan solo distinguirlo tras la ventanilla.

La campanilla sonó, anunciando su llegada. JunMyeon medio se congeló al ver a SeHun.

—¿Qué haces aquí?— preguntó JunMyeon cuando llegó al mostrador.

SeHun frunció el ceño y lo miró con lo que esperaba fuera una mirada malhumorada.

—Bienvenido a Coffee & Sweets, ¿puedo tomar su orden? —intentó JunMyeon sonriendo.

El ceño de SeHun se intensificó y JunMyeon se retorció ante su escrutinio. Bajando la mirada susurró:

—¿Por qué me miras así? ¿estás molesto?

SeHun lo tomó por la barbilla y alzó su carita para que lo mirase y murmuró, su pulgar acariciando una de sus mejillas.

—No estabas cuando me desperté...

JunMyeon pestañeó incrédulo, abrió la boca para decir algo pero luego la volvió a cerrar. Miró a SeHun con mayor intensidad, sus mejillas tornándose de un rojo brillante.

—Yo tenía que trabajar ya sabes... —murmuró JunMyeon incómodamente.

SeHun se sintió tonto de pronto. Era increíble que precisamente él se estuviera comportando de esta forma. Él era el primero en repudiar a sus conquistas cuando éstas se tornaban melosas, y ahora él estaba igual o peor.

—Será mejor que me marche...—agregó SeHun, alejando su mano de JunMyeon. Era claro que para JunMyeon él había quedado olvidado.

—¡No! —dijo JunMyeon agarrando su mano con las suyas, SeHun se soltó. —Está bien, lo entiendo— murmuró SeHun. Claro que lo entendía, después de todo él siempre hacía lo mismo.