Las siguientes semanas se convirtieron en una rutina. Una hermosa rutina que estaba amando.
Todos los sábados iba a casa de Mark a tomar mis clases de Inglés *y tal vez observarlo un poco de más *.
Ya no había nervios, ahora era más abierto y podía hablar con él sin tartamudear.
Y él... Él seguía siendo igual de perfecto, me tenía mucha paciencia *muchísima para ser sincero, por que el inglés no es mi fuerte * y me explicaba con tanta calma, que no podía evitar enamorarme de él cada día un poquito más.
Esa mañana me levante más temprano de lo normal, estaba tan ansioso por llegar a su casa, verlo sonreírme mientras alborota mi cabello, felicitándome por haber hecho bien mis ejercicios.
Desayune algo rápido y salí casi corriendo.
Mi corazón latía frenético, y es que, cómo evitarlo? Si estoy tan perdidamente enamorado de él.
Y antes de siquiera levantar la mano para tocar la puerta, salió Sana apresurada.
-Oh! Jinyoungnie, cómo estás? - saludo con su habitual sonrisa- pasa cariño, Mark sigue en la habitación, por qué no lo esperas en su estudio?- y sin dejar que yo al menos abriera la boca para contestar se fue dejandome parado a un lado de la puerta.
Entre a la casa cerrando la puerta tras de mi, subiendo las escaleras y caminando por ese pasillo que ahora conocía mejor.
Me detuve a mirar las habitaciones que, hasta ahora, no había tenido la oportunidad de observar bien.
Y de pronto sentí mi cuerpo calentarse como si mi sangre fuera lava, mi corazón paró de latir, mis manos comenzaron a sudar y mi respiración se volvió errática.
Mis ojos se abrieron hasta casi salirse y... No pude seguir viendolo. Salí corriendo directo al estudio con la mano en el pecho, tratando de recordar como respirar con normalidad.
Recargue mis manos en el escritorio y cerre mis ojos, reproduciendo en mi mente aquella imagen tan caliente que acababa de presenciar.
Mark saliendo del baño todo mojado por la reciente ducha y cubriendo su desnudes con una pequeña toalla que no dejaba nada a la imaginación, a mi imaginación...
Di un pequeño brinco en mi lugar y solte un grito para nada varonil cuando sentí unas manos tomando mi cintura con fuerza, tensandome. No me atreví a mirar. Cerre los ojos de nuevo y me relaje cuando sentí el calor que emanaba del cuerpo detrás de mi, y su respiración calida en mi nuca.
-Jinyoungnie- susurró ronco en mi oído, provocando que un pequeño jadeo saliera de mi boca -No sabía que eras tan travieso, acaso estabas espiando a tu hyung mientras se bañaba? - soltó divertido.
-N-no hyung... Yo-
-Shhh~ está bien pequeño- paseo sus manos por debajo de mi sueter- solo relajate- sentí su sonrisa en mi cuello y como recorría mi piel con sus grandes manos frías causandome un escalofrío.
Inconcientemente pegue mi espalda a su pecho caliente, recargando mi cabeza en su hombro y cerrando los ojos dejandome llevar por sus caricias.
Solte un gemido agudo cuando dos de sus dedos tomaron mi pezón y su otra mano viajo hasta mi pantalón, desabrochando el botón y metiéndola por debajo de mis calzoncillos hasta tomar mi erección.
-¿Te gusta Jinnie? - me pregunto en un tono tan grave y bajo que no hubiera podido escuchar sin estar así de cerca -¿Te gusta que tu hyung te toque de está manera? - comenzó a mover su mano, masturbándome de una manera tan deliciosamente lenta y como si eso fuera poco, repartió pequeños besos humedos en mi cuello haciendome jadear.
-S-si hyung... me gusta-ah! - gemi más fuerte, arqueando mi espalda. Podía sentir su erección frotándose descaradamente en mi trasero... y eso me estaba volviendo loco.
-Quieres más Jinnie?- preguntó dando una estocada por encima de la ropa.
-Mhg~ s-si más... hyung por fa-favor- sentía mi cuerpo tan caliente, y mi cabeza daba vueltas.
Sus manos dejaron de acariciarme para, en seguida, bajar mi pantalón junto con mi ropa interior tan rápido como fuera posible, dejandome desnudo de la cintura para abajo.
-Recargate en el escritorio- me ordeno y mis piernas temblaron ante la ansiedad de saber lo que venia. Puse mis dos manos encima del escritorio, inclinando mi cuerpo para atras, dejando a la vista mi trasero.
-Chupa- me dijo mostrándome 3 dedos, e inmediatamente los meti a mi boca, llenandolos de saliva.
Y creo que el verme lamiendo sus dedos lo excito pues soltaba gruñidos como un animal en celo.
Saco sus dedos de mi boca y los paseo por mi espalda hasta llegar a mi ano, que se contrajo al sentirlos fríos y húmedos.
-Eres tan lindo Jinyoungnie- siseo metiendo un dedo en mi interior.
-Ah! Hyung ~- gemi por el pequeño dolor e incomodidad que sentí.
-Tan lindo, dulce, e inocente... - comenzó a mover su dedo, de adentro hacia afuera- mi pequeño y travieso Jinyoungie- sentí que agregaba otro dedo, comenzando a repartir dulces besos en mi espalda.
No podía hacer otra cosa más que jadear y soltar pequeños gemidos, aferrandome al escritorio, tratando de no caer pues mis piernas temblaban.
No sé exactamente cuando deje de sentir aquel dolor, y pasar al placer.
Estaba tan perdido en sus caricias, tan ansioso de pedir más. Y al parecer pudo leer mi mente pues, en un instante ya tenía tres dedos saliendo y entrando.
Pegando su pecho a mi espalda, se acercó a mi oido sin dejar de mover sus dedos -Dime lo que quieres Jinnie- jadeo ronco. Gemi en protesta cuando ya no los sentí dentro.
-Fo-fóllame hyung... P-por favor- supliqué moviendo mi trasero en su erección.
Y gemi cuando la cabeza de su erección se paseo por mi ano, arquendo mi espalda, queriéndolo dentro de mi...
-¿Estás listo Jinnie?- susurro en mi oido...
