Capitulo 1

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Luchó por normalizar su respiración y pulso, sabe que mientras más nerviosa esté más "apetecible" parece para los hermanos. Ante el agarre cerró los ojos con fuerza sintiendo poco después un golpe contra el asiento y la puerta cerrándose bruscamente.
Abrir nuevamente los ojos le causó un escalofrío al caer en cuenta que estaba rodeada por seis pares de furiosos ojos, cada uno de ellos con una expresión fácil de leer... pero le costaba predecir sus acciones.

Kanato susurró con una sonrisa - "Nee... Teddy... Itzi-chan está siendo agresiva. ¿Deberíamos castigarla?"
Los ojos de Raito brillaron, de esa forma pervertida que sólo él tenía - "Bitch-chan~ esa actitud es nueva."
Ayato los apartó con un gruñido - "No vuelvas a alzarle la voz al grandioso yo!"

Paseó de nuevo la vista alrededor, evaluando cada posibilidad de escapar; pero por cada probabilidad que pensaba aparecían 3 inconvenientes que anulaban su escape. Musitó para sí misma y apartó la mano de subaru quién la sostenía de la muñeca.

- Mantengo mi posición - Dijo finalmente, recuperándose del arranque de adrenalina 
-¿Y qué te hace pensar en que puedes hacer algo en nuestra contra? hm~ - Raito canturreó casi victorioso -
- El hecho de que llevan una semana sin beber sangre. - Le devolvió la mirada egocéntrica al castaño - 

Afuera los pasos de estudiantes era lo único que impedía que la situación se tornara en un incómodo silencio; los trillizos apartaron la mirada como si no les hubiera afectado el comentario. Subaru refunfuñó cruzado de brazos y Reiji acomodó sus lentes indignado.
Él único que no parecía afectado, y aquel que la salvó de un posible ataque para "enmendar" esa situación fue Shu, quién menos perezoso de lo usual rompió el momento con el sonido de la puerta abriéndose nuevamente. En reacción involuntaria los Sakamaki restantes le siguieron.
Resopló con desdén, clavando la vista en la marca roja que tenía su muñeca, maldiciendo en voz baja a subaru y a su fuerza bruta.
-Reconoceré que eres lista - Aquel comentario le sacó de su mente - Pero te advierto que tu insolencia tiene consecuencias - Reiji, ya abajo de la limosina, le extendió la mano para ayudarle a bajar.
Saltó afuera, ignorando la solidaridad del pelinegro y jaló la sudadera que llevaba bajo la chaqueta de cachemir negro, acomodando del todo su uniforme.

- ¿Consecuencias como el hecho de que corrí el riesgo de ser mordida en ese momento para satisfacer el déficit de sangre que tienen? - Soltó odiosamente, consiguiendo una sonrisa de parte del pelinegro.
- Precisamente. - Acató Reiji 

Desde su primer día viviendo con estos personajes, su mejor relación había sido con el "cuatro ojos", la rivalidad que se tenían les permitía desafiarse constantemente con citas que sólo ellos entendían. Quizás ser los únicos intelectuales les ayudaba, ella con su actitud odiosa él con sus referencia de mayordomo.

- Te notifico, que esto no va a quedar así, de vuelta a casa te espera una severa clase de disciplina. 
- Te notifico, que notificarme no implica que vaya a asistir
- Insolente.
- Cuatro ojos.
- Hmpf.
- Bleh bleh bleh
(N/A: ¿Alguien vio hotel transilvania? ¿Entendieron la referencia, verdad? ¿Estoy sola en este mundo? ¿Si? Okay ;-; )

Recorrieron el extenso y elegante caminillo de piedras hasta la entrada del instituto, Shu extrañamente los esperaba recostado contra un pilar. Al ambos pasar a su lado musitó
"Sabes que eso no se va a quedar así" - No le prestó mucha atención inicialmente, pero cuando se giró para responderle ya no estaba.

- Por este hombre es que existe la palabra "cobarde" - Citó al pelinegro, tal y como él lo había dicho el día de su llegada.
- Admiro tu memoria - Declaró Reiji 

Las clases empezaron; se dedicó a garabatear en una hoja hasta finalizada la hora... No sabe cuándo cayó dormida sobre el escritorio, pero la falta de aire y la tos incesable la obligó a despertar desesperada, necesitada de su nebulizador.
Metió entonces la mano en el bolsillo de su sudadera, preocupándose al no encontrar el bulto que siempre estaba ahí; se levantó temerosa, intentando respirar entre la tos, y rebuscó en su mochila apresurada. Nada.
Lentamente la histeria se apoderó de ella, apartó los pupitres ahora vacíos, sólo estaba ella ¿Cómo pudo haber perdido semejante objetivo? Respirar era ahora imposible, recargándose en la pared del fondo del salón miró una última vez el piso del lugar, levantó la mirada hacia el techo, su pecho subía y bajaba violentamente, metió las manos en todos los bolsillos que tenía... Pero el resultado era el mismo... Nada.
Puteó mentalmente y cerró los ojos, cediendo a ahogarse por falta de aire, no es que tuviera fuerzas tampoco para hacer más.

"Sabías que no iba a quedarse así..."
Y todo se oscureció

Medianoche [Diabolik Lovers] [Reiji Sakamaki/Shu Sakamaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora