Capítulo 2

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No he podido pegar un ojo en toda la noche, aún tengo el recuerdo del grito que dio mi madre cuando el dolor se hizo presente, nunca le había oído gritar de esa forma, no a ella, después ver como debían sedarla para que pudiese descansar y luego como me sacaron de ahí diciendo que me llamarían para avisarme como continuaba ella. Y aquí estoy sin poder pegar un ojo, solamente deseando que amanezca pronto y sintiendo cada minuto como si fuesen eternas horas.
Después de unas horas cuando ya me siento demasiado cansada el sueño logra vencerme y me quedo dormida, pero no mucho después mi alarma suena estrepitosamente contra mis oídos, la apago y me levanto para iniciar un nuevo día, un tortuoso día.
Salgo en el coche y me dispongo a conducir un poco rápido para poder llegar al instituto, recojo a Hannah pero en esta ocasión solo me quedo en silencio, ella saluda y yo no le respondo, creo que tanto ella como Patty están molestas conmigo porque desde que mamá enfermo me he aislado un poco y ya no les cuento prácticamente nada de lo que pasa en mi vida y creo que eso les disgusta mucho, sin embargo, no, no pienso decir nada de mis emociones, no deseo que ellas me vean con lastima, lo último que deseo es la lastima del mundo.

Es suficiente con que durante toda la primaria se me haya mirado extraño o los padres de familia hubiesen sentido lástima de mi tan solo porque no tengo un padre que responda por mí, es suficiente la cara de lástima al enterarse que mi abuela había muerto, fue suficiente la cara de lástima de mis amigas cuando les dije que mi madre y yo no teníamos familia con la cual contar, sencillamente me cansé de que me miren con lástima. no la quiero y no quiero darle el gusto ni el derecho a nadie más de que me mire con lástima.

Cuando llego al instituto, parqueo el auto y salgo de él sin esperar que Hannah salga y camino a mi casillero ignorándola por completo, paso por el lado de Patty quien extrañamente se encuentra sola, llego a mi casillero y comienzo a sacar todo para la clase de literatura, una pérdida de tiempo según mi concepto, sin embargo, para eso debo ser muy aplicada. Logro escuchar a Jared junto a sus amigos a mi lado mientras todos se ríen, pero de la nada todos se callan.

—Hola Jared — escucho que una chica le saluda.

—Hola linda, ¿Cómo estás? — él le devuelve el saludo y puedo adivinar que le está enseñando una deslumbrante sonrisa.

—¿Leíste mi carta? — dice ella en una voz suave y delicada.

— Linda, que pena discúlpame, pero ayer estuve todo el día fuera de mi casa y no tuve tiempo de hacer nada de lo que tenía planeado, pero te prometo que no termina esta semana sin que yo haya leído la carta y que tú y yo compartamos acerca de ella — dice y escucho a la chica alejarse.

Cierro la puerta de mi casillero —Tu eres un desgraciado — digo comenzando a caminar.

—¡Brooks! No te había visto ¿Por qué soy un desgraciado? — dice y él comienza a caminar a mi lado.

— No se juega con las emociones de alguien Blackwell — le digo y continúo mi camino.

—¿Celosa mi querida Brooks? — cuestiona y me es inevitable reirme.

—¿De qué estaría celosa Blackwell? ¿Acaso perdiste la coherencia o qué? — le digo en un tono burlesco.

— De que alguien que no seas tú se esté llevando toda mi atención — dice y me mira con ojos saltones.

— No corazón, lo que pasa es que me da lástima de esa chica, creyéndose toda tu actuación barata de que te importa...

— No, no, no linda, no es una actuación, de verdad ella me importa, ¿Qué es una celebridad sin sus seguidores? — dice en un tono burlón.

— En serio eres un asco — digo y me giro en un pasillo opuesto al que él va.

Llego a mi salón y me siento a esperar mientras la maestra comienza su clase, tomo el libro que traigo y comienzo a leerlo mientras busco algo con lo cual poder entretenerme, la maestra comienza a darle su charla catedrática a todos los que están prestándole atención, pero yo sigo con la cara metida en el libro e ignoro de alguna u otra forma todo lo que la mujer se encuentra diciendo. Ella me hace un par de preguntas que mis compañeros no pudieron responder acerca de un libro que nos dejó para leer desde hace dos semanas, es otra mujer de la cual soy su favorita, pero ¿Qué se puede hacer cuando los maestros te aman?
Finaliza la clase y nuevamente ella me agradece por ser una persona finalmente juiciosa que siempre cumple con todas sus responsabilidades, le sonrió y salgo nuevamente del salón.

Give Me Faith © | Novela CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora