Give Me Faith © | Novela Cristiana

Capítulo 34

—¿Estás seguro? — le pregunto a mi padre quien sonríe y asiente con la cabeza. —Esto cuesta un montón de dinero — le digo y él asiente nuevamente efusivo.

—Tus caprichos son costosos y además he pasado toda tu vida ahorrando dinero para cuando te encontrara, ahora te tengo al frente así que voy a gastar mi dinero en ti, no tengo más hijos ni creo que vaya a tenerlos — dice y yo le enseño una sonrisa así que tomo las joyas que él está regalándome.

—Muchas gracias — le digo.

—A todas estas hija ¿Qué te pasó en la cara? Tienes un morado — dice y luego algo cambia en su expresión —¿Jared te golpeó? — me pregunta y yo me río por su conclusión, eso sí es imposible, Jared es incapaz de golpear a cualquier mujer.

—Por supuesto que no, fue una de sus amigas, le dije un par de cosas y se enfureció conmigo, así que me golpeó — digo tranquilamente.
Los golpes habían dejado de doler hace varios días, pero mi piel tiene algo que no permite que se vaya el moretón y odio eso, me parece muy cruel de mi piel no borrar la herida. Aunque me recuerda que esto me ayudó a manchar el nombre de Alilay a los ojos de Jared, ahora no le habla. Gané doble, porque no sólo hice que pecara la estúpida, también logré que Jared se alejara de ella.

Ahora tengo un nuevo objetivo y es Allen, sólo debo conseguir que me preste más atención y lograr que se meta a la cama con alguien. No quiero engañar a Jared.
Así que el plan es lograr que se enloquezca por mí, llevarlo a un lugar donde pueda darle alcohol hasta que se emborrache, una vez consiga esto cambiaré con alguna mujer haciendo que él se acueste con ella. Habrá fornicado, y se habrá emborrachado, lo grabaré y lo enviaré a sus padres para que le quiten su ministerio. Y entonces Dios sabrá que no debió meterse conmigo.

—Eres como tu mamá, tienes veneno en la lengua — me dice y yo arrugo la frente mirándolo.

—¿Cómo que mamá tenía veneno en la lengua? ¿Qué quieres decir? — le pregunto.

—¿Nunca viste a tu mamá molesta? — me pregunta y yo niego con la cabeza. Y es verdad, si ella se enojaba conmigo porque hice algo mal simplemente me enviaba a mí cuarto y ella se iba de la casa hasta tranquilizarse, nunca llegó a golpearme, no chancletas, no cinturón, simplemente Kattia a tu cuarto y piensa en lo que hiciste. Siempre le pedía perdón y ella olvidaba todo lo sucedido.

—¿Es que eras una santa o qué? — me pregunta y yo me río.

—Como crees, era muy mala en ciertas cosas y hacía molestar a mi mamá, pero ella me enviaba a mí cuarto y salía de casa hasta que se le pasaba — le cuento.

—Tenía que amarte mucho — dice y yo asiento con la cabeza.

—¿Cómo era ella cuando se enojaba? — le pregunto porque me ha generado curiosidad.

—Una víbora, créeme que esa mujer era agradable cuando te sonreía, pero no cuando se enojaba contigo, te decía lo primero que se le pudiera ocurrir sin importar lo mucho que eso te hiriera, de hecho estoy seguro que si la hacías enojar ella inmediatamente iba a buscar hacerte sentir dolor — dice y yo me río.

—¿En serio era así? — le pregunto.

—Y peor, la amábamos cuando estaba feliz, pero queríamos matarla cuando se enojaba, de hecho, cuando ellas resultaron embarazadas Nina no le hablaba a tu mamá porque Lilly se había molestado con Nina y le había gritado muchas cosas, esa era tu madre — dice y yo abro los ojos impresionada, no conocía esta parte de la historia, mi madre nunca fue así frente a mí.

—Sorprendente — digo y mi padre se ríe

—Era más bien doloroso, porque era una mujer de confiar así que le contabas tus peores cosas y en momentos de ira te las gritaba en la cara haciéndote sentir como lo peor del mundo — dice mi papá sonriendo con nostalgia.—La última vez que la vi yo estaba en China, había ido por vacaciones y la encontré en un centro comercial, tú debías tener diez años en ese momento. ¿Sabes qué me dijo? — me pregunta y yo le indico que me diga — Me gritó que ella no iba a permitir que un maldito hombre tan roto como lo estaba yo estuviera cerca de su hija — dice y mira al suelo.