Catorceava Pagina

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Fecha: 2/10/17 Hora: 22:00 hr

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Fecha: 2/10/17 Hora: 22:00 hr

Al fin sé quien soy y de dónde vengo, por primera vez en mi existencia puedo decir que me conozco, aunque muy dentro de mí desearía que las cosas no hubieran sido de este modo.

Hoy en la mañana mientras los cuidadores me regañaban, sí, al parecer ahora tengo dos personas que me cuidan después del incidente de anoche. Lo único que les pedí fue que me dejaran ir con Karen, necesitaba saber si era cierto lo que uno de ellos me había contado, no tuvieron más remedio que aceptar.

Llegamos a una puerta, esta era de un tamaño prominente tenía un letrero grande, se podía leer “personas peligrosas”, también se encontraba cerrada con candado, uno de mis cuidadores sacó unas llaves y procedió a abrirla, poco a poco nos fuimos adentrando a esa oscura parte del hospital. Exacto, mis cuidadores ya me contaron que estoy en un hospital psiquiátrico, como si fuera poco, tengo prohibido decirle a los demás donde estamos. Volviendo al tema de Karen, cuando por fin mis ojos la miraron una luz en mi interior se apagó, no podía creer que en este lugar tuvieron a las personas en tales condiciones, ella portaba una camisa que sujetaba sus dos brazos, al mismo tiempo estaba conectada a una especie de alarma que al mínimo ruido empezaba a sonar cual cotorro.

Era obvio que no podía hablar con ella en tales condiciones, así que pedí que la desataran y la dejaran sola, por lo menos hasta terminar el almuerzo, al principio uno de mis cuidadores se opuso, pero terminó accediendo, al final le prometí que sería la última vez que la vería.

Pasaron un par de horas sin que Karen dijera ninguna palabra, eso comenzaba a ser estresante.

—Solo hablare con mi hermano. —repetía una y mil veces, no sabía como hacerle entender que yo era su hermano, hasta que en uno de sus tantos ataques que tuvo posó sus manos en mis hombros y sus pupilas se iluminaron de asombro.

—Cesar eres tú. —comentó mientras empezaba a llorar, no lograba entender nada de ese momento, pero gracias a las muecas de mis cuidadores asentí a su llamado.

Después de eso platicamos por horas y horas, no podía creer que todo fuese real, la expresión de los médicos de Karen
-también descubrí que su verdadero nombre es Susan- era totalmente perpleja, pasó el tiempo y no tuve otro remedio que cortar la plática, a pesar de su tan elaborada explicación todo para mí era confuso.

Antes de irme Karen, bueno, Susan, me devolvió mis dibujos junto a un abrazo, lo admito, parecía una pequeña niña, pero no, solo era una de las tantas personalidades que tiene.

Karen está en ese lugar porque sufre un trastorno de personalidad múltiple, lo desarrollo como método de defensa por lo que sucedió hace unos años, tal parece, uno de sus tantos personajes es o fue mi hermana, ahora yo no puedo hacer nada por ella pese a que eso me llene de rabia y mucha impotencia, pero cada vez que intentan darle de alta una nueva personalidad aparece y destroza todo lo ya ha logrado.

Ahora debo cumplir mi promesa y no volver a buscarla, sinceramente no lo haré, lo tengo claro, cuando todo esto termine en el más mínimo descuido de mis cuidadores volveré por ella...

Secretos entre Paredes√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora