Está todo completamente a oscuras y siento un fuerte viento golpeándome el cuerpo, no veo nada, no puedo vislumbrar nada en la negrura absoluta, no sé qué está pasando. De repente, puedo observar unas luces, y al poco tiempo distingo que son farolas, otorgan un color azul frío, y cuando me doy cuenta, estoy en una carretera. El frío de la eterna noche recorre mi cuerpo mientras pedaleo una bicicleta roja. No sé a dónde me dirijo, pero lo que tengo claro es que no tengo el control de mi propio cuerpo. Alzo la vista y encuentro la luna, hermosa y al mismo tiempo perezosa, se eleva en el cielo y se coloca al lado de las estrellas, iluminando la carretera. "Qué bonita". Miro hacia el cielo estrellado y sonrío. El viento sopla y parece que los árboles susurran, parece que me están avisando, que pare, que no siga o encontraré mi perdición. Me estoy poniendo nervioso mientras mi cuerpo sigue pedaleando, y cuando bajo la mirada, observo que llevo un libro. La bicicleta se ha parado en seco, más bien, yo me he parado en seco. Había parado al lado de una biblioteca, un tanto extraña y aterradora. No había nada a los alrededores, solamente bosque, la carretera y el edificio lúgubre. Por fin tengo el control de mi cuerpo, puedo mover mis piernas y brazos. No me queda otra, me muero de frío y parece que hay una luz que proviene del edificio.Cuando entro observo una biblioteca gigantesca, nada que ver con la estructura que se veía afuera, hay lámparas de araña, las estanterías son enormes y se siente a gusto. No hay nadie, es muy extraño, pero pasaré la noche entre estos libros solitarios hasta que el sol aparezca. Me siento en una mesa, donde hay una vela encendida. Abro el libro y está completamente en blanco menos una hoja. Había una rosa dibujada y pintada... con sangre, tiene un texto corto, debajo de ella:
La última rosa tiene rojas las espinas. Un relato de sangre y de innumerables heridas. ¡Ten cuidado! Ya que podrías perder la vida.
El último de nosotros.Qué relato más extraño. Cuando cierro el libro, un sentimiento de angustia recorre mi cuerpo, me siento asustado. Pero lo que siento no es un miedo racional, es algo más fuerte. Tiro el libro y me dirijo corriendo a la salida de la biblioteca, todo esto me está dando mala espina y no lo aguanto más. Cuando poso las manos en los pomos de la puerta y tiro con todas mis fuerzas, un clima frío se alza en el edificio y las puertas no se abren. De pronto un rastro de sangre surge de la madera del suelo, pareciendo un camino hacia la desolación. De los nervios subo las manos y me siento al suelo, no puedo más, mis lágrimas están cayendo por mi rostro, no paro de llorar. Al sentarme me mancho la ropa con la sangre. Alzo la vista un poco y veo que el rastro se dirige a una de las salas de la biblioteca.
-Hola? Hay alguien? Por Favor ayúdame.-
Escucho una voz silenciosa, saliendo de la sala que se dirige el rastro de sangre, he parado de llorar al escucharla y quedarme perplejo, me levanto rápidamente mientras me mancho las manos con la sangre del suelo. No puedo creerlo, hay alguien. Me dirijo lo más rápido que puedo y cuando llego, solo hay una rosa roja en medio de una mesa llena de espinas. No puedo, me doy media vuelta y vuelvo a escuchar el ruido. El origen es la rosa, está hablando. La desesperación me recorcome todo el cuerpo, no sé qué está pasando. De pronto, me paralizo, observo las ramas de espinas dirigiéndose hacia mí, quieren atraparme. El relato es verdad, voy a morir por una rosa. Las espinas ya han llegado a mi pie, se han adherido. Una gota roja golpea en mi rostro y mis ojos se dirigen hacia el techo de la biblioteca, hay cadáveres despedazados y secos, como si le hubieran absorbido toda la sangre. Ante aquel infierno sobre mí, decido coger las espinas del pie y quitarlas de golpe, haciéndome innumerables heridas. Al absorber mi sangre, las espinas se han vuelto rojas. Decido escapar y dirigirme a la salida de nuevo, esta vez, he cogido el libro para romper el cristal. La rosa y sus espinas están persiguiéndome lentamente como si no pudiera escapar de aquí, y así es, no puedo, el cristal no se ha roto y el monstruo seguía acercándose. Voy a morir aquí, ahora, solo en esta biblioteca lúgubre. Las espinas han agarrado mis piernas y mis brazos, no puedo moverme. Me levantan a una altura considerable, como si estuviera flotando. Dentro de las espinas se asoma la rosa, brillando de un color rojo carmesí y de un movimiento, se introduce en mí con sus innumerables espinas mientras veo la luna ardiendo como si fuera a derrumbarse y llevándose con ella el amanecer.
Me despierto de un susto y tiro las sábanas al suelo, no me lo podía creer, era un sueño y el corazón me latía a mil por hora. Enciendo la luz de la mesita de noche y me tranquilizo un poco, me bajo de la cama para agarrar las sábanas y me vuelvo a meter, esta vez la luz de la mesita parpadea de una forma extraña, la oscuridad está presente, y cuando la luz se apagó dejó reinar la oscuridad en mi cuarto. Una luz que provenía de la luna llena iluminaba la mesita de noche. Al bajar la vista y mirar la mesita, se encontraba un pétalo de Rosa Carmesí.🥀
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La última Rosa 🥀
Gizem / GerilimEn este relato corto veremos a nuestro protagonista seguir un camino que le llevará a un lugar lúgubre con una rosa roja 🥀 . -La última rosa, tiene rojas las espinas. Un relato de sangre y de innumerables heridas. ¡Ten cuidado! Ya que podrías perde...