Parte 24

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La mañana siguiente, Taehyung llevaba alrededor de una hora despierto pero aún seguía acostado en su cama con el menor sobre su pecho.  Sentía su vejiga estrujar, pero por nada del mundo despertaría a Jungkook de su pacifico sueño.

Así que ahora estaba mirando hacia el techo, sus dedos subiendo y bajando por la espalda del joven esclavo, dejando caricias en su paso.

En cierto momento sintió como Jungkook se removió un poco sobre su pecho y Taehyung lo escuchó bostezar. Creyó que el joven esclavo se levantaría o se separaría, pero se quedó allí acostado y despierto.

Taehyung sintió que se enamoró un poquito más.

"¿Jungkook, estás despierto?" Susurró Taehyung a pesar de que sabía que ya el menor lo estaba.

El esclavo movió su cara para poder ver a los ojos de su dueño y provocó que sus rostros quedaran a centímetros de distancia.

Taehyung sintió sus labios picar de las ganas que tenia de devorarlo a besos.

"Sí, señor." Respondió Jungkook, sin dejarse inmutar por la cercanía.

"¿Ya te dije que tienes los ojos más bonitos?" susurró de nuevo Taehyung, sentía que si hablaba más duro rompería esa hermosa burbuja en la que estaban en ese momento.

La cara de Jungkook fue invadida por una inmensa sonrisa y soltó una pequeña risita.

"Sí Tae, me lo dices a cada rato." Murmuró Jungkook sonrojado; no se acostumbrada a llamar a su poseedor por su nombre.

"Bien. ¿Tienes hambre?" preguntó Taehyung y se arrepintió al instante porque provocó que Jungkook se sentara y separara de su cuerpo.

"Un poquito, señor." Respondió el menor y se levantó de la cama. "Iré a prepararle el desayuno."

"¡Espera!" exclamó Taehyung al ver a Jungkook caminar hacia la puerta. "¿Qué te parece si lo preparamos juntos?"

Al escucharlo, Jungkook arrugó su frente levemente y un pequeño puchero se formó en sus labios.

"Lo que usted desee, señor." Respondió Jungkook y Taehyung quiso golpearse al escucharlo responder con la clásica respuesta de esclavo.

"No." Dijo Taehyung y se levantó, caminando hacia Jungkook, quien ahora tenía los ojos abiertos como platos y debía admitir que estaba un poquito asustado. Confiaba en su nuevo poseedor, pero no podía negar que Taehyung podía ser tan dominante algunas veces que le provocaban ganas de caer de rodillas y quedar a su merced. "Quiero que me respondas con honestidad, ¿quieres que te ayude o prefieres que no lo haga?"

"E-Es que me gusta cocinarle, s-señor." Tartamudeó Jungkook mirando a su dueño directo a los ojos.

Taehyung soltó un suspiro pesado al escucharlo.

"Sabes que no estás en la obligación de hacer todo por mí, ¿cierto?" preguntó Taehyung y sintió su cuerpo relajar al ver como volvía la sonrisa al rostro del menor.

"Si, señor. Y lo hago porque quiero hacerlo."

"Bien." Respondió el mayor con una sonrisa y abrió sus brazos. "¿Me regalas un abrazo?"

En instante el menor estaba entre sus brazos y con su cara pegada al cuello del mayor.

"Ya te dije que no tienes que pedirlos. Mis abrazos son tuyos, Taehyung."

~

Taehyung se encontraba recostado a uno de los muebles de la cocina observando a Jungkook mientras preparaba unos huevos en la estufa.

El menor llevaba una camisa de dormir de Taehyung y le colgaba grande. A pesar de que las mejillas del joven esclavo no se notaban tan hundidas como cuando lo habían encontrado en el C.A.E, de igual manera era muy poco tiempo como para que Jungkook llegara a tener el peso adecuado.

Una sonrisa se asomó por los labios de Taehyung al imaginarse cómo se vería Jungkook cuando  lograra subir peso.

Un movimiento lo sacó de sus pensamientos y vio a Diana entrar por la puerta de la cocina.

"Buenos días, señor. Buenos días joven Jungkook." Dijo Diana y Taehyung respondió el buenos días con una sonrisa. Jungkook la miró sonriendo y asintió como respuesta. "¿Quiere café esta mañana, señor?"

"Oh, sí Diana grac—"

"¡Yo lo preparo!" interrumpió Jungkook a Taehyung y el mayor miró sobresaltado como prácticamente corrió hacia la máquina de hacer café.

"Pequeño, no tienes que hacerlo, Diana pude hacerlo." Dijo Taehyung y vio cómo el joven esclavo detuvo en seco sus movimientos. El mayor miró a Diana y la vio negar con su cabeza sutilmente con una sonrisa para luego caminar hacia Jungkook.

"A ver a ver, Jungkook." Dijo Diana mientras se acercaba al menor. "No vayas a creer que no te creemos capaz de hacerlo. ¿Recuerdas lo que hablamos el otro día?"

Jungkook no respondió, solo se quedó congelado con el frasco de café en polvo en sus manos.

"Ven." Dijo Taehyung y por fin Jungkook se movió, dejó el frasco sobre el mueble y caminó hasta su dueño con la mirada baja. Con el rabillo de su ojo, Taehyung pudo ver como Diana abandonó la cocina en silencio. "Mírame."

Jungkook alzó la mirada y Taehyung se sorprendió al verlo con los ojos inundados en lágrimas.

"¿Qué pasa, pequeño?'" murmuró Taehyung y tomó entre sus manos las mejillas del menor. "Creí que ya habíamos superado estas cosas."

"Es que yo quiero ser quien hace sus cosas."

"Pero a veces puedes aceptar la ayuda a Diana." Dijo Taehyung y vio como el menor arrugó levemente su frente.

"Usted es mi dueño. Ella ya tiene a la dama. Que ella se encargue de hacer las cosas de la dama y yo me encargaré de sus cosas."

"Pero no tienes que—"

"¡Yo sé que no tengo que hacerlo!" respondió Jungkook con frustración y Taehyung abrió sus ojos como platos. "Pero quiero hacerlo, Taehyung. Por primera vez me gusta hacer las cosas por alguien. Así que, por favor, déjame hacer las cosas."

"Eso fue muy insolente." Dijo Taehyung y soltó una carcajada al ver la expresión del menor. "Me encantó. No te atrevas a disculparte. De hecho, ahora quiero verte haciendo al menos un berrinche al día."

Un sonrojo subió por las mejillas del menor al escuchar la broma de su dueño y Taehyung rió aun más fuerte, jalando al esclavo para apretujarlo contra su pecho.

"Eres malditamente perfecto." Dijo Taehyung aun riendo y dejó un bullicioso y exagerado beso sobre la cabeza del menor. "Pero tengo hambre. Así que termina de cocinar por favor mientras yo hago el café. Ya espantaste a Diana."

Volvieron a sus labores y pronto entró la madre de Taehyung a la cocina, saludando a ambos con un beso en la mejilla. Sobra decir que Jungkook se sonrojó hasta las orejas por la acción de la dama.

"Tae, ya debes comprarle ropa a Jungkook."

Su madre lo dijo muy casual, pero a Taehyung se le revolvió el estómago con solo pensar en llevar a Jungkook fuera de su casa una vez más.

Llevarlo al C.A.E había sido una cosa, pero llevarlo a un centro comercial sería muy diferente.

De igual manera, Taehyung estaba de acuerdo así que asintió con la cabeza y sonrió.

Debian empezar a enfrentar el mundo en algún momento y protegería a Jungkook con su vida si fuera necesario.

Después de todo, ¿qué tan malo podría ser?

Libérame || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora