Capítulo 13

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Luicis se sentía atorado y atrapado en aquel traje, hoy sería el anuncio de su anunció con la hija de vizconde; se sentía desdichado, triste y con un horrible dolor en el corazón ver a Anabel desde lejos y no poder tocarla, no poder escribirle y abrazarla.

Se había detenido y no buscarla, ahora tenía un compromiso y ese pensamiento siempre era en que lo detenía, Alice. Aquella mujer con hermosos ojos verdes que lo veían con compasión y alegría.

-¿Sabes? Nunca esperé ver llegar este día- dijo su madre cuando se adentró en la habitación, había una mirada melancólica en su mirada pero al notar la preocupación en los ojos de sus hijos está se convirtió en tristeza, ella sabía cuanto Luicis quería a Anabel la pobre doncella que había hecho sonrojar, le había parecido encantadora-¿Por qué hay tristeza en tu mirada cariño?

Luicis suspiró y cogió la manos de su madre entre las suyas, se encogió de hombros y nego con su cabeza; siempre era muy perspicaz.

-Solo no espere nunca casarme tan pronto, pero el vizconde presiona y presiona-dijo pasando las manos por su cabello desesperadamente-. Y sinceramente me estoy empezando a enfurecer, además que haga el compromiso no significa que me casé mañana.

Jane suspiró y negó, aquello parecía más bien una carga para su hijo.

-No te preocupes, hijo. Veraz que esa joven te hará feliz.

(Imagen que su cabello es rubio, corazones) Guiñó, guiñó🤩

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(Imagen que su cabello es rubio, corazones)
Guiñó, guiñó🤩

Alice sonrió ya todo era oficial, dentro de algunos meses sería la esposa de Luicis, habia algo en ella que no reconocía ese sentimiento de querer ganar de no dejar que se quedaran con lo que tal vez el destino quería para ella, su madre siempre lo había hecho, dejándola a un lado en cada momento en navidades, en cumpleaños y solamente era feliz cuando su padre en secreto le regalaba libros, joyas y vestidos. Habian ido huyendo de Florencia, y su madre solo maldecía su nombre y agradecía que el primo lejano de su padre le heredará el título, nunca entendió aquello desde aquel entonces solo vivió de las sobras, solo comía bien cuando su padre estaba del resto, lo hacía en su cuarto con pequeña sobras solo Morgan sabía aquello la señora se encargaba que ninguna otra criada lo notara, solo dañaría su reputación.

Pero ahora sería libre, sabía que el matrimonio era un forma de ello. Era lo que más le anhelaba.

Sonrió ante la suave frisa de la noche, se había alejado por un momento necesitaba un momento a solas sin escuchar uno que otros susurros sobre la razón de su matrimonio. Vio dos figuras perderse en el pasillo y noto la figura de un hombre y solo un nombre paso por su mente, Luicis. Se acercó lentamente esperando el tiempo necesario para dar la cara y escuchando lo que parecía una pequeña discusión.

-¡Luicis, ¿No dices que me amas? Entonces hagámoslo, huyamos, casemonos-suplicó Anabel, Stefano le habia recomendado aquello, la idea de presionar-. A ella no le sucederá nada¡Vamos por Dios!

Luicis negó solatando las suaves manos de su amada.

-¿Tu crees que no lo he pensado? Lo he hecho, maldición- gritó alejándose de ella-. Pero di mi palabra y nunca haría algo tan bajo con eso, entiende Anabel. Eso es lo correcto.

-También me la diste a mi cuando me prometiste que nos casaríamos, y mis sentimientos ¿Donde quedan?- susurró con melancolía-, ya ni escribiendo cartas me las contestas, me estoy arriesgando al venir aquí Luicis. No entiendes cuanto te amo, esto podría dañar mi reputación.

Solto un gran suspiro y desordeno sus cabello pasando sus dedos por el desesperadamente.

-Lo sé, a mi también me duele- musito-, pero ambos no tenemos la culpa de lo sucedido. Ahora no puedo prometerte nada, pero... ¡Maldición! Cuando me miras así, podría darte hasta el mundo, mi lady.

Anabel supo que aquel instante que la debilidad de Luicis era su amor por ella, podía usar eso para lograr que se escapara con ella.

-Entonces vámonos lejos, Luicis-dijo aquello para acercarse y besar suavemente al hombre, aferrándose a sus hombros. Él enredó sus manos en el entrono de su cintura atrayendola así él.

Alice sintió sus mejillas enrojecerce y furiosa salio de su escondite.

-¿Piensas abandonarme?- preguntó no pudo evitar susurrar aquello con dolor y desagrado-. No esperaba tanto de ti, Anabel ¿Qué crees que pensarían si alguien los viera?

Luicis estaba en schok solto a Anabel, y vio el dolor en los ojos de Alice. Sintio su corazón dolor sabiendo que era la causa del dolor de la muchacha.

-Alice...

-Prometemelo, que no te irías no me dejaras sola-sollozo-, sabes lo que sería de mi, yo no pedí esto y sabes que intente hablar con mi padre, pero en cabeza dura no entra nada. Estoy siendo comprensiva contigo y así me pagas ¿Besandote con ella el día de nuestro compromiso? No me imaginaba que caerías tan bajo. Y Anabel si no quieres que empiece a sollar y entrar en esa sala... tú crees que tendrán piedad de ti ¿Lo has pensado? Porque yo no lo haré, y te digo algo aléjate de Stefano lo único que hace es usarte y suerte con ello-, el hombre se sorprendió ante la mención del hombre florentino¿Anabel tenía algo con él?-.¿Regresamos? Ya va a empezar el baile.

-Sí, claro- murmuró aturdido.

Ninguno de los tres se movió de su lugar.

-Pudes adelantarte querido - mascullo Alice, con el ceño fruncido y confuso se marcho-. Y te lo dijo Anabel, mejor aprende a jugar tus cartas sola, sabes los secretos de sociedad son muy interesantes. Y Londres, se alimenta de ellos. Ahora si me permites regreso a mi fiesta de compromiso.

Anabel se quedó estática y furiosa como se atrevía hablarle de aquella manera. Tendría que buscar otra forma de llegar a Luicis haber acudido a la fiesta habia sido muy arriesgado. Apesar del sabor amargo en su boca, sonrío, recordando lo que una vez Rosalia habia dicho la mejor manera de alterar a un hombre eran los celos, después de todo Alice tenía razón movería un pieza por ella misma.

Y todo Londres disfrutaría de ello. Traería Venecia a Londres, una menos que un baile de máscaras.

 Traería Venecia a Londres, una menos que un baile de máscaras

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Revista secretos de sociedad

Buenos días querido Londres. Nada menos Venecia en Londres, siento que esto será emocionante ¿Ya prepararon sus antifaces? Porque se los prometo esto no se lo podes perderse.

Que tengan un cálido día.

💚Espero les haya gustado.
💚No olviden votar, comentar y compartir.

💚Capítulo por el día del libro que fue ayer pero no pude terminarlo Espero les guste.

La Desición del Marqués ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora