Paso Uno... Expresar tu aprecio Parte I

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Dos años de aplastantes victorias, rescates dignos de condecorar, imparable ascenso en la lista de héroes y alegre ambiente de trabajo arruinados por la estúpida acomulasion de estrés, eso fue lo que el idiota psicólogo determinó en su primera sesión, y en ese momento estaba ahí, acostado en el sillón diván de cuero negro sofisticado, mirando al techo como si ese fuera el único punto al que podía mirar mientras una barata versión de Stephen Hawking estaba sentado en un sillón con el mismo diseño que el diván, esperando en silencio el momento que el héroe prodigio Bakugo Katsuki quisiera hablar.

-Bien señor Bakugo, estoy listo para escuchar - con voz calmada respondió el caballero, golpeando en la superficie de su tablero de anotaciones el botón de su pluma para sacar la puntilla.

-No entiendo ¿Qué más quieres escuchar de mi? - molestó masculló Bakugo.
- Lo que usted quiera hablarme.
- ¿Quiere saber de mí estupida vida actual? Bien, en primer lugar, tengo una maldita jefa conejo pateandome el trasero todos los días hasta sacarme de quicio, la maldita prensa de espectáculos y las estúpidas groupies día a día joden mi trabajo, mi estupido amigo quiere que sea su padrino en su futura boda, lo que significa tener que vestir un estupido traje sastre y además, gracias a la genialidad de mi estupido amigo, en esta semana, la bruja de mi madre insiste en que quiere malditos nietos y por último, en estos meses no he tenido sexo, porque no me siento satisfecho con mi vida sexual aunque las putas que contrato hacen todo lo que les pido ¿Contento con eso?
- Bien, aunque en parte, eso puede ser un gran factor para su estrés, ambos sabemos que eso no es el fondo del problema que pasó aquel día ¿Cierto?
- Pero ya te hablé de lo que pasó ese día y me diste la razón - levantando sus manos al aire, exclamó Bakugo.
- El hecho de que sea una buena excusa no significa que sea verdadera.
- ¿Qué mierda quieres decir con eso idiota? - molesto Bakugo se enderezó para lanzar su fulminante mirada
- Señor Bakugo, debo aclarar que si usted está aquí, es porque muchas personas lo aprecian, y desean que usted obtenga el éxito, incluyendo el gran héroe All Might, pero si no me dice el verdadero detonante de su estrés, le será más difícil mantenerse en el lugar que está actualmente.

Aunque detestaba darle la razón a alguien, lo cierto es que estaba a poco de quitarle el sexto lugar al idiota de Kamui, así que acostándose de nuevo en el diván, Bakugo se dejó caer liberando un profundo suspiro.

-Bien, ahora que ambos estamos en la misma página, responda ¿Qué fue lo que realmente paso aquel día que le hizo explotar?
- ¿En serio quiere que le cuente de nuevo la misma mierda?
- Solo hasta donde comenzó a sentirse irritado.
- No lo sé, como siempre, Uraraka y yo aplastamos a los villanos y limpiamos la mierda que dejaron los bastardos, pero antes de irnos, el idiota británico a quien por cierto, todo el tiempo se estuvo aferrando a Uraraka como maldita sanguijuela, tuvo que acercarse a ella para invitarla a una "cena de agradecimiento" - dejándose llevar por la emoción, furioso exclamó Bakugo enfatizando las últimas palabras en un tono amargo.
- ¿Con el idiota británico se refiere al millonario filántropo Clausen, al que por cierto, los sigue mencionando en sus discursos de ejemplo de heroísmo?
- Así es, ¿Sabe cuántas notificaciones le llegan a Uraraka a su correo del muy idiota británico?
- Bueno, debe admitir que la señorita Uraraka es una mujer hermosa y poderosa.
- Lo sé, pero todos los días la pobre tiene que lidiar con la mierda de todos los fans, y no conforme con eso, tiene que mantener su estúpida educación al bastardo, solo porque es un mal nacido millonario.
- ¿Ella te a dicho que se siente incómoda con eso?
- No necesita decírmelo, porque cada que llegan esos malditos mensajes hace su resoplido de molestia.
- Parece conocer muy bien a su compañera - inquisitivo comentó el hombre de gafas.
- Solo lo normal...
- ¿Y lo normal es?
- Ella detesta los fantasmas, la comida muy ácida o salada, amanecer flotando por el techo, que alguien lastime a su familia y amigos, cuando alguien hace llorar a los mocosos, los periodistas de la farándula y moda, gastar en cosas inecesarias su maldito sueldo y que la subestimen por ser tierna, ama salvar a las personas, las películas de acción, patear el trasero de los villanos, las noches de viernes cuando habla con el idiota de Deku y su novia americana, los regalos que le manda sus hermanos postizos, los Mochis, enviar su pago a sus padres y molestarme con mi dinero o las estúpidas groupies, puede que no haya tenido las mejores calificados en la maldita UA, pero ella siempre fue el sexto lugar en las materias de matemáticas, física y cuarto cuando nos dieron medicina básica e infraestructura, es una excelente estratega y ni se diga de su habilidad para el combate, pero aunque la cara redonda es muy inteligente y poderosa, esa idiota siempre ve lo bueno en todos los malditos secundarios, así que jamás distingue a un maldito mujeriego cuando lo tiene en frente.
- ¿Y usted si?
- ¿Qué hombre no sabe distinguirlos?
- ¿Y porque dice que su compañera no sabe distinguirlos?
- Porque incluso en este momento está enamorada de uno y ni siquiera sabe que es un maldito mujeriego.
- ¿El mujeriego es?
- Vendaval.
- Espere un momento, entonces, usted sabe que su compañera está enamorada del héroe Vendaval ¿Cierto?
- Así es.
- ¿Y ya le a dicho a su compañera el problema que tendría si saliera con el héroe Vendaval?
- No, aún no se lo e dicho - tras una charla ruidosa, Bakugo respondió mascullando.
- ¿Porque no se lo ha dicho?- frunciendo la ceja, preguntó el psicólogo.
- Porque obviamente no quiero que malinterprete las cosas - tras poner los ojos en blanco, irónico respondió Bakugo.
- ¿Y porque su compañera malinterpretaria las cosas?
- Diablos, porque es mi compañera de trabajo.
- ¿No se supone que su relación con ella es estrecha?
- Eso no significa que no haya jodidos límites, ambos lo sabemos, y no pienso perder lo que tengo por los estupidos mal entendidos.
-¿Qué tan estrecha es su relación con la señorita Uraraka?
- ¿Qué estúpida pregunta es esa?
- Tiene razón, la pregunta aquí es ¿Cuáles son sus verdaderos sentimientos hacia la señorita Uraraka?

Ante la pregunta, Bakugo se quedó en un absoluto silencio, mirando atentamente el techo... no es como si antes no se hubiera planteado la pregunta, tampoco es como que desconociera la respuesta, pero desde que lo descubrió, prometió jamás decirlo en voz alta, y no pensaba hablarlo por más que lo torturaran...

-Bueno, si no quiere decirlo en voz alta, puede expresarlo aquí- tras un prólogado silencio, dentro de la mente de Bakugo hablo el doctor desconcertando al chico.
- ¡Mierda! ¿Eres un estúpido telepata?- muy furioso por verse intimidado, exclamó Bakugo saltando del diván.
- En realidad mi quirk se llama Revelación del ser, tras una sería de preguntas puedo entrar en la mente de la persona y descubrir los sentimientos que lo afligen, la telepatía es una variante del quirk que me permite tratar con usted, pero a diferencia de los telepatas que pueden comunicarse y unificar una conversación con varios individuos a largas distancias, solo puedo hacerlo con mi paciente y si se mantiene cercas; en fin, volviendo a nuestra terapia, aunque ya sé el verdadero problema de su estrés, me gustaría asegurarle que nada de lo que usted no quiera expresar saldrá de esta habitación, pero hablar con alguien de un sentimiento que lleva años silenciando ayudará a su salud emocional...
- Eres un maldito villano hijo de...
- No se preocupe, me han dicho peores cosas, pero créame, quiero ayudar.
- ¿Y como sé que no usara esto en contra mía?
- Llevo veinticinco años atendiendo a los mejores héroes de Japón, incluyendo a All Might y a Endevor, conozco muchos secretos delicados y hasta ahora no he hablado.
- ¿Necesito decirlo en voz alta?- al verse acorralado preguntó internamente Bakugo a regañadientes.
- Por supuesto que no, no hasta que usted lo crea conveniente...
- Bien, sí, ese día exploté porque Uraraka estaba cayendo en las estúpidas artimañas del maldito británico, y sí, desde hace años estoy enamorado de ella, pero ¿Cómo puedo decirle que el idiota la estaba engatusando sin tener el riesgo de gritarle lo que siento?- soltando un resoplido de frustración, preguntó Bakugo en su mente.
- Para lograr ese resultado, primero debe hacer algo que posiblemente no le agrade.
- Si sabes que no me agradaría ¿Porque mierda tengo que hacerlo?
- Ama lo que tiene en este momento ¿Cierto?
- Así es- en su mente respondió sacudiendo su cabello.
- Bueno, aunque hace un momento le dije que no era necesario que hablará en voz alta lo que siente, por las escenas que veo de sus recuerdos, creo que es injusto que ella sea la única en mostrar su aprecio por usted.
- Pero si ya sabes que...
- Yo nunca dije que hablara de sus sentimientos como tal, pero al menos, su compañera merece saber que la aprecia.
- ¿Acaso eso ayudaria a mi maldito nivel de estrés?
-Creo que la mejor manera de saberlo es intentandolo...

Aunque no estaba seguro de hacer el acto, en ese momento Bakugou cerró sus ojos y en su interna oscuridad apareció el angelical rostro de Uraraka sonriendo tan alegremente como cuando arrestan a un villano, levantando su palma para chocar los cinco mientras su cabello ondea suavemente con la corriente del viento, mientras sus inchados labios esbozan una sonrisa adornado con un pequeño moretón en la esquina,el cual suplican ser besados... la pintura perfecta que día a día ven sus ojos.

-Es usted muy romántico señor Bakugo - tras un prolongado silencio, comentó el doctor en alto haciendo refunfuñar al héroe.
- Callate idiota, solo es nuestro ritual de festejo - masculló Bakugo, tras un fuerte suspiro.
- Bueno,creo que por hoy hemos hecho un gran avance, tras tres sesiones de absoluto silencio, al fin puedo darle un diagnóstico para controlar el estrés, el primer punto que usted debe tratar es abrirse a su compañera expresando el aprecio que le tiene, dependerá de usted que tan largo será el tiempo, pero entre más rápido lo trate habrá una mejora, como tratamiento adicional, tomara una pastilla de estas para antes de dormir, prohibido el café, al menos por una semana y sin duda procure retomar su vida sexual lo más pronto posible, al parecer el ejercicio del mismo le a sentado bien, pero si lleva meses que no se siente del todo satisfecho, creyendo que usted contrata servicios legales, pruebe con nuevas sexo servidoras o contacte a la empleada con quién mejor se haya sentido, por lo pronto eso sería todo por hoy, nos estaremos viendo la siguiente semana ¿De acuerdo?

Sin mucha reverencia, el héroe se levantó del sillón y tras agitar su mano en señal de despedida, salió de la habitación azotando la puerta.

-Jovenes, siempre se ahogan en un vaso con agua, pero en fin, como veo las cosas, apuesto que en un mes, volverá conmigo para decirme que es el hombre más feliz del mundo -tras un profundo suspiro, entre risas dijo el psicólogo, sacudiendo la cabeza.

La Perfecta Terapia (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora