Último Paso... El Inesperado Camino Al Éxito Parte IB

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No fue mucho lo que tardó en pedir la comida y traer unos electrolitros, pero al entrar de nueva cuenta y ver a Ochako profundamente dormida le preocupó un poco su estado, sin embargo esa preocupación se fue en cuanto vio que la chica había bebido abundante agua y que su temperatura había vuelto a la normalidad... Como era de esperar, su Ochako era alguien fuerte.

Aunque nunca se cansaría de verla dormida, en esos días había algo en ella que lo hacía querer abrazarla más de lo que ella lo provocaba, lo cual era loco ya que él reconocía su propio defecto de ser poco afectivo, así que en lo que traían la comida, el rubio se acostó, recargando su cabeza en el estómago de Ochako. En cuanto la cabeza de Bakugo se posó en el vientre, la poca tensión que tenia se fue rotundamente, sintiéndose en paz con el mundo, el silencio fue muy agradable, incluso le dio risa al sentir una leve vibración en el vientre de Ochako, como si una pequeño gatito ronroneara dentro de ella, y así, disfrutando de la presencia de Ochako, Bakugo se mantuvo acostado por un rato.

Tras dormir por lo que fue 40 minutos, Ochako se sorprendio al ver a Bakugo tranquilamente dormido con ella, usando su vientre como almohada, lo más enternecedor fue que sus brazos la rodeaban, cubriendola a ella y al bebé como un enorme escudo. En todos sus años de conocerlo, a Ochako jamás se le pasó por la mente ver a Bakugo en la figura de padre, con ese terrible temperamento y su pose de bomba sexy anunciaba a gritos soltero codiciado por siempre, sin embargo ahora que estaba asi, relajado, feliz de ser su escudo, por primera vez imagino a Bakugo siendo un padre, riéndose por lo protector y amoroso que parecía en esa pose, esperando la venida de su hijo, y vaya que su bebé sentía ese amoroso afecto, pues mientras dormía, por varios ratos sintió un pequeño vibrar en su vientre, como si dentro de ella hubiera una pequeña y traviesa lombris.

-¿Estas feliz bebé? - preguntó Ochako en voz baja a su hijo.
-Si, lo estoy, así que no te muevas- sin abrir los ojos, inesperadamente Bakugo respondió haciendo que Ochako se sobresaltara.
-¡Cielos Bakugo! Pensé que estabas dormido - enderezadose Ochako exclamó.
-Tus intestinos no me dejan dormir, es como si una pequeño gato estuviera dentro de ti- acorrucandose en el estómago de Ochako, respondió Bakugo sin siquiera abrir los ojos.
-¿mis intestinos? - nerviosa preguntó Ochako.
-Así es, pero el ruido es agradable.
-¿Te gusta el ruido?-tras posar su mano en el rebelde cabello del rubio preguntó Ochako.
-Si, es relajante.
-Bueno, aunque me gusta verte tan relajado, de una vez te advierto, el efecto terminará cuando llegue la comida- entre risas respondió Ochako.
-Es una pena escucharlo - tras abrir los ojos Bakugo miró hacia arriba encontrándose con el rostro de Ochako.
-¿Más que haberte llamado bebé? - preguntó Ochako riéndose ante la broma.
-Bueno, admito qué el escuchar que me llamaste bebé me sorprende...dime ¿Acaso ese es mi apodo secreto?-tras enderezarse desganado, preguntó Bakugo mirandola inquisitivo.

En realidad no te estaba hablando a ti, si no a nuestro bebé - pensó Uraraka cuando Bakugo le hizo la pregunta, sin embargo terminó respondiendo:

-Como te dije, no pensé que te gustara que te diera ese apodo.
-No me gusta... - respondió firme Bakugo pero cuando Ochako estaba a punto de disculparse, interrumpiendo agrego- sin embargo ahora que te escucho decirlo, creo que no suena tan mal.
-Bueno, entonces para no incomodarte con un apodo tan terrible, sólo te diré bebé cuando estemos solos ¿de acuerdo?
-De acuerdo.

Nuevamente llegando el silencio, un calido y agradable calor se poso en el vientre de Ochako, al bajar la vista, encontró con que Bakugo tenía su mano sobre su vientre, y eso casi le partía el corazón a Ochako.

Su corazón deseaba fervientemente tener una vida en familia con Bakugo...

Estaba tambaleándose en ese hilo de explotar y decir la verdad para terminar con este tortuoso sueño, cuando el servicio a habitación llamo a la puerta con la comida, salvandola de cometer un terrible error.

La Perfecta Terapia (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora