Paso Uno... Expresar tu aprecio Parte III

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La Perfecta Terapia III

Aunque la burbujeante personalidad de Uraraka haga pensar a todos que a ella le gusta hablar de sus problemas cuando algo le pasa, Bakugo sabe mejor que nadie que no es así, la realidad es que Uraraka detesta hablar en las primeras horas de algún colapso emocional, por lo que el rubio jamás la obligaría a dar explicaciones cuando esto ocurria, dejándola hacer con él lo que quisiera, aunque sólo fuera llorar en la comodidad de su pecho o el hombro, y esa noche no fue la excepción, tras varias horas llorando y balbuceando en el pecho del rubio, Uraraka se mantuvo en el sofá, tomando el chocolate caliente que su amigo le había preparado tras calmar su frenetico llanto, manteniendo su vista en la oscuridad de la pantalla.

-Supongo que te quedarás esta noche ¿Cierto? - sin intentar presionar en la herida, preguntó Bakugo mientras lavaba los últimos platos de la cena que obligo a Ochako tomar.

- ¿Puedo hacerlo?- tras voltear a verlo, preguntó Uraraka con voz apagada.

- Sabes que puedes quedarte las veces que quieras mejillas - de preferencia quédate para siempre pensó Bakugo tras dar su respuesta.

- Con esta noche bastará, gracias - tras esbozar una tímida sonrisa respondió Uraraka sin mover más músculos de su cuerpo.

- Bien, entonces deja saco mis cobijas para que te acustes en mi cama...

Aunque siempre quedaba la incomodidad de quitarle la cama de su amigo, recordando las batallas perdidas por el sillón, sin ánimos para reprochar, Uraraka asintió la cabeza, mientras mantenía su rostro cabizbajo... realmente estaba mal... No era la primera vez que Bakugo veía a Uraraka en mal estado, pero esto era más que malo, era deplorable, lo cual lo frustraba al no saber que más hacer para ayudarla.

Tras varios minutos de nostalgico silencio, Uraraka se movió de su fase de estatua, dejando caer su cabeza al respaldo del sillón, y tras cubrir con su antebrazo su rostro, la castaña dijo:

-Quiero tomar alcohol barato.

- ¿En serio?- al verla moverse, dibujando una altiva sonrisa preguntó Katsuki en el fondo de su habitación mientras bajaba las cobijas de su clóset.

- Si ¿Me acompañas?- tras levantar levemente el brazo para ver a su amigo por el rabillo del ojo, preguntó Uraraka.

- Pasó mejillas, mañana tengo trabajo...

- Sería mañana por la noche, no tendrías que preocuparte por la resaca del día siguiente.

- Siendo así - azotando las cobijas en el sillo, dijo Bakugo- está bien, pero ni loco estoy tomando mierda barata.

- A mi me gustaría pagar más, pero ya di el penúltimo pago a la deuda de mis padres...

- Nadie te pidió que me invitarás la bebida, además, te debo un vestido ¿Recuerdas?- acercando ligeramente el rostro para encarar a Uraraka, amenazó Bakugo.

- ¡Oh! Entonces, debe ser un vino caro ¿De acuerdo? - levantando levemente su rostro, preguntó Uraraka esbozando una ligera sonrisa..

- Será el triple del precio de tu maldito vestido melocotón mejillas- y vaya que lo haría, ya que alcohol significa que Uraraka se desahogaria y aliviaria el desastre de Inasa.

- Siendo así, está bien, acepto el intercambio - iluminandose un poco su apagado rostro respondio Ochako.

- Bien, si ya quedamos con esto, ahora vete a dormir, mañana tenemos trabajo y ni mierda pretendo hacer enojar a Mirko.

- Ok, ok ya me voy a dormir.

Y tras levantar las manos en señal de rendición, desganada, se levantó del sofá, caminando hacia la habitación de Bakugo.

La Perfecta Terapia (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora