La Perfecta Terapia (Kacchako)

Paso Uno... Expresar tu aprecio Parte IV

ADVERTENCIA
🔞LLEGO EL PRIMER LEMON🔞

¿Qué si Bakugo nunca se le hizo atractivo? Por supuesto que sí, ella admite que su compañero es una bomba sexy; voz grave y varonil, pupilas rojas que parecen derretir cuando te miran, rostro atractivo y mandíbula ancha, y un alto y vigoroso cuerpo que los dioses saben que es una maldita tentación... cielos ¿Como quiere el idiota no tener tantas groupies alrededor de él teniendo ese pecaminoso cuerpo?...

Inasa sabía lo complicado que era para ella entrenar con uno de los héroes más sexis de Japón, era una de las bromas con las que día a día tenía que lidiar luego de que Uraraka se quejara por el atrevimiento del rubio de andar sin playera por todo el gimnasio o en la habitación del hotel cuando estaban solos, y a pesar de que Inasa y Mina le habían dicho que disfrutara del show privado, Uraraka siempre descartaba la idea de hacerlo, ella tenía ética, ella era profesional, y él es su compañero de trabajo, eso significa PROHIBIDO... además, estaba conciente de todo lo que Bakugo piensa de ella, aunque no convivieron mucho, desde la preparatoria la ha apreciado y respetado, motivo por el cual no tuvo problemas en acceder al trabajo cuando Mirko lo presentó como su compañero, y vaya que ambos trabajan bien juntos, era con el único que podía desplazarse tan coordinadamente que incluso, en alguna ocasión Mirko dijo que entre ellos tenían una química de trabajo muy buena, lo que significa un dúo de oro, el Fénix entre los héroes, entonces, si las cosas con Bakugo van tan bien... ¿Cómo diablos fue que lo empujó a su departamento (notece bien, el sagrado departamento de Bakugo al que solo ella y Kirishima tienen acceso libre) para que pudiera satisfacer su maldita curiosidad de un verdadero pene en ella? Y por cierto ¿Desde cuándo comenzó a pensar en Bakugo de ese modo? ... Es cierto, hace un mes cuando escucho a Camie decir que hasta ahora, ninguno de sus amantes había superado a Bakugo en la cama, lo cual es un gran logro teniendo en cuenta los sexis novios que chica ha tenido.

En esta ocasión, no hubo posibilidad de saludar al portero y mucho menos a la gente de recepción, tan pronto entraron al elevador, ambos se atacaron en un beso bastante desenfrenado, con ligeros mordisqueos, bailes salvajes de lengua, suaves jadeos y entusiastas manoseos por todo el cuerpo, los cuales, estaban embriagando el elevador con el aroma de fresa, whisky y roles de canela, ni siquiera se habían despojado de su ropa y Uraraka ya se estaba quemando en sus manos.

Cielos ¿En que me estoy metiendo?

Por más que Uraraka intentaba separarse para traer de nueva cuenta la calma, como si su vida dependiera de sus labios, Bakugo nunca permitió que ella se apartará de él, perdiendo la batuta de la erótica orquesta y cuando menos se dió cuenta, ya estaban dentro del departamento, arrancándose las cazadoras; puede que su parte racional le gritara que se detuviera, pero ciertamente su cuerpo no estaba escuchando, y ante el ardiente y desconocido deseo que emanó de ella, aferrándose a la unión de sus labios, con sus brazos rodeo el ancho cuello de Bakugo profundizando el beso.

¿Qué haces Ochako? Debes apartarte y no aferrarte como sanguijuela, suéltalo si no quieres perjudicar tu amistad...

Luego de que su espalda chocará con la pared, Uraraka rodeó con sus piernas la cadera de Bakugo, dejando que el chico se enterrara en ella, otros minutos de desesperados besos y lentamente Bakugo meneó sus caderas, haciendo una tortuosa fricción contra su intimidad; conforme la fricción entre sus intimidades vestidas aumentaba, una pecaminosa humedad comenzó a manchar el encaje de su ropa interior, sintiéndose más necesitada conforme el bulto del rubio se iba ensanchando,y tras un quejido de ambos, Bakugo se separó de sus labios, comenzando un tortuoso camino por la mandíbula hasta el largo de la vena de su cuello, clavando levemente sus caninos en la delicada piel; estremecida por el calor de sus manos y la plácida sensación de los dientes en su piel, Uraraka saco pequeños jadeos sacando una lobezna sonrisa del feroz rubio.