Paso Cinco... Buscando La Felicidad De Quién Amas Parte I

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Aunque el día anterior Bakugo estaba seguro que podría enfrentar sólo a los padres de Uraraka, toda su confianza se fue apagando conforme se hiba acercaron a la puerta del bungalo, sus nervios lo estaban matando. 

¿Cómo lo ven realmente? 

¿Acaso me desprecian por lo del combate que tuve con ella en primer año? 

¿Cómo elimino la imagen de mujeriego que la madre de Uraraka piensa de mi? 

Todas estas preguntas poco a poco comenzaron a atormentar al rubio, haciendo que se rascara la cabellera. 

-Viejo, deja de frustrarte, todo saldrá bien - posando su mano en el hombro, dijo Kirishima. 
-Eso dices porque no son los padres de mapache - respondió refunfuñando. 
-No voy a negar que al igual que tu, estaba más que nervioso, sin embargo ellos me aceptaron porque vieron que mi amor hacia su hija es honesto… 
-Tsh! 
-Y es por eso que estoy seguro que ellos te aceptarán, porque al igual que yo, tu amas a Uraraka y ellos lo verán. 

Pero en ese momento la puerta de la casa de los Uraraka se abrió pareciendo una dama castaña, con la dulce apariencia de Uraraka, quien al ver de frente al rubio, sus ojos se abrieron no ocultando su sorpresa. 

-¿joven Bakugo? 
-Muy buenos días señora Uraraka, disculpe mi inesperada aparición - intentando ser educado respondió Bakugo haciendo una leve reverencia. 
-Bueno, no voy a negar que es inesperada pero… - nerviosa respondió la mujer recordándole a Bakugo a Ochako. 
-Querida, no olvides que… - una voz varonil que venía de la casa interrumpiendo la charla. 

Al asomarse, un hombre rubio de edad adulta, corpulento y de alegre sonrisa apareció, cambiando su alegre rostro por uno serio cuando este, vio a Bakugo frente a su esposa. 

-Así que, la fin has venido a dar la cara ¿cierto? - manteniendo su firme mirada respondió el hombre parándose frente a su esposa. 

-Cariño ¿que estas… - desconcertada preguntó la señora Uraraka. 

-El hecho de que te tenga respeto por ser aliado de mi hija, no significa que deje que ella sea una más de tus numerosas conquistas… 

-¿numerosas conquistas? - desconcertado, preguntó Kirishima ante las palabras del señor Uraraka. 

-Señor Uraraka, le pido disculpas si mi anterior vida le ha hecho pensar que no soy un hombre comprometido, pero créame señor, si e venido solo hasta aquí, es para mostrar cuán comprometido estoy con su hija - con una sorprendente voz serena, respondió Bakugo al caballero. 

-¡Wow viejo, ni una sola grosería! - exclamó Kirishima asombrado. 

-¡Daiki ¿que te sucede, no se supone que tu… ?! - exclamó la señora Uraraka frunciendo la ceja. 

-No me mal entiendas chico, pero si has venido aquí sin la intención de contraer una unión con mi hija, yo no puedo ver esto como… - interrumpiendo a su esposa, respondió el señor Uraraka a Bakugo. 

-¡Daiki! - le reprendió la señora Uraraka.

-¿Y quien dijo que yo no quiero una unión con ella? - interrumpió Bakugo sorprendiendo a todos. 

-¡Viejo! ¿Estas hablando en serio? - sorprendido preguntó Kirishima. 

-Así es Kirishima, esa a sido mi intención desde el principio y no pienso irme de aquí hasta que ellos me den su aprobación- poniendo su mano en el pecho del pelirrojo, respondió Bakugo, manteniendo su mirada firme al padre de Uraraka. 

Una momentanea tensión se hizo presente, al ver como ambos hombres no bajaban la guardia, ninguno quería ceder, pero cuando Bakugo estaba a punto de hablar, el rostro del señor Uraraka cambió totalmente, comenzado a reír como si nada hubiera pasado, ante esto, ambos héroes se miraron desconcertados por la acción. 

La Perfecta Terapia (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora