Paso tres...Poner bases sólidas Parte I

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Han pasado dos semana de que Bakugo y Uraraka comenzaron con la sexo terapia, aunque se supone habían establecido los días en que tendrían sexo, lo cierto es que ninguno lo cumplió y lo que se supone serían dos encuentros por semana se convirtió en cuatro, usando como excusa el estrés y baja autoestima, lo cual fue maravilloso, sobre todo para Bakugo, quien en esos días se le veía tan animado, orgulloso y sonriente, que incluso, los demás héroes comenzaron a preguntar por el psicólogo que lo estaba tratando, ante esto, llegó el día en que obligatoriamente Bakugo tuvo que asistir a la consulta y dar cuentas del porque el doctor estaba comenzado a recibir muchas llamadas.

-Muy buenas tardes señor Bakugo - con ese sereno y analítico rostro, saludo el hombre en cuanto Bakugo se acostó en el diván.
- No tiene nada de buenos - refunfuño Bakugo, mientras desesperado cruzo sus brazos.
- Parece que lleva prisa ¿Cierto?- al ver la desesperación, preguntó el hombre mientras nuevamente sacaba la pluma de su saco para hacer sus anotaciones.
- Bastante, así que terminemos con esta mierda - exclamó el rubio mientras seguía mirando con enojo al hombre de lentes.
- Bien, comencemos con las cuentas de su tratamiento.
- Tal como me dijo, hice la mierda de tomar la pastilla para dormir, no tome el café americano que tanto me gusta y hablé con mi compañera de mis jodidos afectos- contando con los dedos, el chico enumero.
- Sobre eso ¿Qué fue lo que sucedió? - mirando fijamente su tablero de hoja preguntó el caballero.
- Nada - cortante respondió.
-¿Seguro?
- Absolutamente nada.
- Señor Bakugo, ya que está ocultandome información, debo advertirle que pese a que me este mintiendo, mi quirk es capaz de sentir sus emociones, y en medio de su negación percibo mucha alegría y satisfacción, lo que significa que hubo un gran avance en el período de dos semanas.
- ¿Cómo? No, ni mierda pienso dejar que vea mis malditos recuerdos idiota, son míos, solo míos y de nadie más…

Ante la gran honestidad con que Bakugo respondió, el Quirk del psicólogo se activo, mostrándose en su mente una de las muchas escenas eróticas del rostro de Ochako en el punto más culminante de su éxtasis.

-¡Señor Bakugo!- exclamó muy sonrojado el hombre, sacudiendo su cabeza para intentar sacar las diversas imágenes.
-¡Mierda! ¿Lo está viendo? - muy sonrojado exclamó Bakugo, entrando en pánico.
- Usted fue tan honesto conmigo, que de inmediato, me dio acceso a su hipocampo, por favor piense en otra cosa que lo haga feliz, rápido.

En ese momento, la escena de la ardiente noche se convirtió en un hermoso amanecer, donde dentro de su habitación, Bakugo estaba abrazando a Uraraka mientras plácidamente dormía sobre su pecho.

-Eso es mucho mejor - exhaló el terapeuta de alivio cuando la escena cambio, sintiendo la enorme dicha que Bakugo tenía.
- ¡Bastardo idiota! - muy molesto, exclamó Bakugo empuñando su mano para contener su deseo por querer golpear al hombre 
-No debe preocuparse por eso señor Bakugo, para empezar soy asexual, así que no tengo afinidad a eso.
- Más le vale, porque en el momento que se le ocurra ir a buscarla yo- con el puño en alto lo amenazó Bakugo.
- Aunque no niego que la señorita Uraraka es muy hermosa, como le dije, soy asexual, para nada lo haría, y por lo visto, ella ya no está libre.
- ¿De que mierda hablas?
- Usted es más feliz cuando ella está de ese modo con usted ¿Cierto?- desviando la pregunta comentó el psicólogo.

Aunque Bakugo no respondio, en su mente se mostró los dulces gestos que últimamente Uraraka tenía para con él, y el pasivo semblante de ella cuando se quedaba dormida en sus brazos.

-Ok, aunque ya entendí que ahora tienen una mejor relación y por lo visto, eso lo tiene muy feliz, dígame señor Bakugo ¿Cómo lo logro?- curioso por el gran y repentino salto que había tenido, preguntó el caballero.

Ya que tenía acceso a todos sus recuerdos, en la mente de Bakugo se mostró el momento en que se emborracharon, la charla de la sexo terapia y el beso que tuvieron tras escaparse de la rubia despampanante, haciendo que el caballero frunciera el rostro con molestia.

La Perfecta Terapia (Kacchako)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora