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Jungkook; 21
Taehyung; 20

―Tae, osito, es hora de que vayamos al viaje.

―¡Oh sí! Ya casi estoy listo Kookie. ¿Cómo hiciste para convencer a mi padre?―pregunta confundido.

―Sólo hablé con el. Tú no te preocupes, te recogeré.

Colgaron la llamada.

Hace días que a Tae su padre no le pegaba o cometía ese tipo de actos hacia él, se le hizo extraño, éste sólo se mostraba distante.
Eso pasó desde que Jungkook se enteró lo que ocurría, pero no quiere llegar a conclusiones que no son, él no le haría nada a su padre, ¿o sí?

Tae se alistó por fin, esperando a que Kookie llegara. Le mandó un mensaje para avisarle que ya estaba listo.

―Taehyung, ¿puedo hablar contigo?

―Claro.

―Bien. ¿Qué es lo que te traes con ese muchacho?

―Es sólo mi amigo. ¿Por qué?

―Espero no te vayas para hacer tales aberraciones como las que hacen los homosexuales.

―Señor...

―Me escuchaste. No quiero un hijo maricón.

―Señor, yo haré con mi vida lo que quiera, ese no es asunto suyo.

―Claro que lo es, me perteneces, yo te creé.

―No le pertenezco, usted ha roto lazos conmigo familiarmente.

―Cállate.

―No lo haré. Espero le quede claro que mi vida es mía y usted no puede decidir lo que hago o no―estaba por irse pues escuchó a Jungkook pitar, cuando su padre lo tomó y le dio una bofetada.
Obviamente su masa muscular no era la misma de pequeño, algo así no lo sacaría volando.
También ya era una persona diferente como para seguir aguantando eso.
Salió corriendo para meterse al auto con Jungkook, olvidándose de su maleta, sólo quería irse de ahí.

Entró agitado, con su mejilla roja por el resiente golpe, un nudo en la garganta por las ganas de llorar del coraje.

―Osito, ¿qué ocurre? ¿qué te pasó? ¿fue él?

―Umm, sí. Kookie, olvidé mi maleta―dice sin poder evitar romper en llanto, nunca se desahogó bien por todo lo que le hizo su padre.

Jungkook al instante lo abrazó para calmarlo.

―Iré por ella, no te preocupes. Perdón osito.

―¿Por qué?

―Por lo que haré―se bajó del coche para adentrarse a la casa donde vivía Tae.
En ese momento Tae no pensó en lo que le dijo, sólo trataba de calmarse.

Jungkook tocó la puerta, cuando el padre de Tae la abrió el lo metió bruscamente y la cerró.

―Te dije que no le volvieras a hacer daño...¿no te quedó claro con la paliza que te dimos?

―¿Qué te dijo ese niño tonto?

―Ni te imaginas―lo tumbó al suelo y comenzó a golpearlo, lo suficiente para que no pudiera devolver los golpes. Y cómo no, si Jungkook era cinturón negro en karate y boxeaba como pasatiempo―. Te atreves a hacerlo llorar o lastimarlo tan sólo un poco y te mato. ¿me oíste?

―Si, no haré nada señor Jeon.

―Bien. Si no cumples ya sabes lo que te pasará―tomó la maleta y volvió al auto.

―¿Qué hiciste Kookie?―dijo el castañito limpiándose las lágrimas que le quedaban.

―Sólo volví por la maleta, no te preocupes, ese idiota no volverá a lastimarte―dijo acariciandole la cabeza, frotando su cabello.

―¡Kookie, no digas groserías! ¡Ya estoy bien! Porque estoy contigo...

―Eso me alegra.

―¿Llevaremos a Yeontan?

―Pero osito...

―Anda siii, tu perrito es muy lindo.

―Pero...

―Andaaa―dijo haciendo pucheros.

―Está bien, tu ganas, llevaremos a Yeontan. Tienes suerte que iremos en mi jet privado.

La familia de Jungkook es muy adinerada.

―Gracias Kookie.

Ambos se fueron por Tannie, para después ponerse en marcha al Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Después de tiempo de espera, por fin llegaron.

Jungkook había reservado todo, un penthouse con un elevador privado, una terraza al aire libre y un jacuzzi.
Habían dos habitaciones, pues no obligaría a Tae a dormir con el en la misma cama si no quería.

Llegaron al departamento y Tae quedó aún más sorprendio mientras llevaba a Tannie en sus brazos.

―Kookie, esto no era falta. Es muy costoso―dijo poniendo su cabeza en el hombro de éste.

―Sabes que me da igual, no es demasiado. A parte sabes que es lo que me gusta.

―Bueno, eso es verdad―dijo brindandole una sonrisa cálida mientras ponía a Tannie en el suelo.

―Si quieres ir poniéndote cómodo, puedes acomodar tu ropa, nos quedaremo unos días.

―Pero...¿y la uni?

―Hablé con ellos, no tendrás clases toda una semana, ni tu ni nadie.

―¿En serio?

―Sí.

―¿Tuviste que ver con eso?

―Noou―dice viendo hacia otro lado.

―Kookie, dime la verdad―dijo acercándose hasta poner su mano en el brazo del otro.

―Bueno. Tal vez, y sólo tal vez hice algunas llamadas, hablé con mi padre y él se encargó de todo, el dueño es su mejor amigo y no hubo problema.

―Kookie...―dice negando haciendo un gesto con su cabeza.

―No te enojes, porfaa.

―No estoy enojado, sólo no debiste hacer todo eso, no era necesario.

―Si lo era. Lo hago porque quiero, y te mereces un descanso―dice abrazandolo por detrás.



Is this a joke? KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora