Capitulo 35

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Tres años atrás...

— ¡Jimin, por favor ayúdame!

El grito había desgarrado por completo su garganta pero ya que más daba, podría tomar algo después pero ahora solo quería que su héroe, el amor de su vida llegara a salvarlo de las garras del pelirrojo. Más sin embargo el tiempo seguían pasando y no se escuchaba nada hasta que unos pasos comenzaron a sonar en el pasillo.

— Yesung, prepara el helicóptero de inmediato – un silencio se escuchó y Baekhyun no perdió el tiempo para seguir empujando mientras JungKook se quejaba — Sí, yo ya no tengo nada más que hacer aquí... No, eso se acabó Yesung, esa zorra tiene algo mucho mejor que hacer así que llama a alguien para que comience a reunir sus cosas, no quiero nada de esa zorra en mi casa

Y sin más, aquellos pasos comenzaron a sonar nuevamente hasta perderse en alguna parte de la casa.

— Lo vez cariño – Baekhyun empujo más duro y coloco una mano sobre el flácido pene de JungKook — Ya no le interesas a Jimin, se ha aburrido de ti y no quiere saber nada de ti

La cara de JungKook había terminado escondida sobre las sabanas arrugadas de la cama, su llanto silencioso no paraba provocando una gran humedad debajo de él, sus manos habían caído sin fuerza alguna y su cuerpo solo se dejó hacer.

Baekhyun siguió empujando una y otra vez, sus labios tocaron los mismos lugares donde Jimin había dejado su marca, después de todo él también se había rendido y prefirió complacerse a sí mismo ya que al parecer el pene de JungKook jamás iba a reaccionar a su toque.

Los empujes fueron duros y rápidos hasta que una gran satisfacción comenzó a invadir todo el cuerpo de Baekhyun, gracias al exquisito orgasmo que había llegado.

Segundos después el hombre cayó exhausto al lado del cuerpo sin vida de JungKook.

— Cariño ¿por qué no vienes a vivir a Dubái conmigo?




















Actualidad...

El cuerpo de JungKook comenzó a reaccionar, de un solo empuje logró quitarse el cuerpo duro de Jimin. En un par de movimientos rápidos se había levantado de la cama hasta que pudo llegar a pasos apresurados a la puerta de la habitación.

— No vuelvas a tocarme

— JungKook – Jimin estaba muy sorprendido, no podía creer lo rápido y ágil que se había vuelto –

— Te odio Jimin, te odio

Sin más, JungKook salió corriendo de la habitación, sus ojos estaban tan nublados que no se dio cuenta que había alguien a unos cuantos metros de él. Cuando su cuerpo se impactó contra un pecho más duro que el de él, su escape se detuvo, tampoco tuvo la necesidad de ver de quien era y es que aquél aroma ya lo conocía.

— Wonho...

— ¿Qué te paso?

— Sácame de aquí... Por favor



3 horas después...

La suave briza hacia que el calor se evaporara solo unos instantes, el olor a sal y el sonido de las olas hacían que su cuerpo se sintiera relajado.

JungKook después de encontrase a Wonho, este se lo había llevado hasta el mar.

Al llegar JungKook le había contado todo mientras Wonho le abrazaba y le daba leves caricias sobre su espalda, después de eso se mantuvieron acostados bajo una gran sombrilla que habían comprado.

Por supuesto que el celular de JungKook media hora después comenzó a sonar como loco, claro que él no estaba listo para responder así que Wonho se hizo cargo y mantuvo tranquilo a Baekhyun.

Después de eso JungKook se metió al mar, estaba disfrutando del sol y la suave brisa salada por todo su cuerpo.

Y mientras él disfrutaba, Jimin se encontraba en su despacho bebiendo montones de vaso de alcohol hasta que su mente comenzó a nublarse con imágenes del precioso pelinegro.

No podía negar que la aparición de aquel precioso ser había puesto su vida de cabeza, se suponía que se había desecho de él, se suponía que aquel precioso ser debió continuar con su vida en el extranjero, estudiando y haciendo el bien como el bello angelito que era. Más nunca pensó que se había marchado junto a Baekhyun y se había convertido en el ser más candente que había visto en toda su vida.

Jimin suspiro y se dejó caer en su gran silla de piel negra mientras veía a través de la venta el gran mar azul, su mente estaba hecho un revoltijo y no quería que nadie le molestara.

— ¿Jimin?

Pero la voz de Dylan se había escuchado en la habitación y su cuerpo se tensó.

— Déjame solo

— ¿Qué es lo que te sucede? Has estado raro estos últimos días

— No me sucede nada

— ¿Es por JungKook?

El corazón de Jimin comenzó a latir de manera desenfrenada con solo escuchar aquel nombre, como le gustaría que en esos momentos su mejor amigo estuviera ahí para ayudarle con este dilema. Pero el muchacho se encontraba lejos debido al trabajo, era la primera vez que se separaban de esta manera y justo ahora ya se estaba lamentado el haberle dicho que se fuera, que todo estaría bien.

— No

— Jimin... – Dylan había comenzado a caminar hasta quedar frente de la vista de Jimin — Cariño – el cuerpo delgado comenzó a subirse sobre el regazo de Jimin — Desde que llegó ese hombre no me has tocado ¿estás seguro que no tiene nada que ver con lo que te sucede?

— Dylan solo atiende a los invitados, déjame solo

— Cariño

— Has lo que te he dicho

— Pero Jimin

— ¡Qué te largues! – Jimin empujo el cuerpo de Dylan hasta que este cayó sobre su trasero en el frío piso, cuando lo vio con los ojos brillosos no pudo evitar el recordar aquel día donde termino por follarse tan duro a JungKook sobre su escritorio — Mierda... – susurro al cerrar sus ojos — Solo sal de aquí y no me molestes, hoy no estoy disponible para nadie

Sin decir nada Dylan se dispuso a salir de la habitación con las mejillas empapadas, no podía creer que su querido amor le había hablado de esa manera, hace mucho tiempo que Jimin no le hablaba de esa manera y eso le hacía sentirse muy mal.

Antes de ir atender a los hombres de la piscina subió a su habitación para arreglar su maquillaje, por desgracia cuando se vio en el espejo con una gran sonrisa dibujada en su rostro su llanto comenzó a césar sin parar y es que no podía con eso.

El verse en el espejo no le hacía sentirse bonito y no cuando una foto reciente de JungKook se encontraba colgada en la esquina de su espejo... Si, tal vez sin querer Dylan había sacado una fotografía de él sin que se diera cuenta y la había imprimido y colocado en su espejo para buscar cómo es que aquel hombre podía verse tan bien cuando él había hecho de todo lo que tenía en sus manos para ser más bonito que aquel niño, pero al pensar en la manera que Jimin se había comportado estos últimos días sabía que no lo había logrado. 

My Bad Boy... JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora