***TERCER VENDAJE***

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POV Seohyun

Qué es amar, sino un sentimiento vano, un momento de debilidad en la ímpetu de la vida, un instante de atosigamiento para el alma, que por desgracia ahora me corrompía y me atosigaba, pues creyendo haber ganado la partida baje la guardia sin imaginar que en realidad esta apenas empezaba y para mi desgracia me sentía desvalida pues parecía una lucha contra la misma persona por quien sentía aquel sentimiento tan vano.

Aquel bastardo debía darse prisa o enloquecería al no saber la respuesta de mi amado, claro estaba que en cuanto lo viera llegar tendría que correr a meterme en la cama y decir que mi estado era tan delicado como había mandando avisar.

Sin embargo el mozo llego solo, pedí que viniera inmediatamente a mi presencia.

-Donde esta- le pregunte cuando entro en mi alcoba.

- El señor no vendrá- contesto.

-Cómo que no vendrá, le dijiste lo que acordamos.

-Sí pero no quiso.

-Con quien estaba-cuestione, lo imaginaba pero quería saber los detalles.

-No te va a gustar oírlo- contesto aquel malnacido que se había convertido en un buen aliado, pero que últimamente me molestaba más que una piedra en el zapato.

-No me tutees idiota y dime que viste- le urgí.

-Cuando lo encontré llevaba en brazos a su esposa.

-Que dices- dije furiosa, mis ojos casi querías chisparse al oír aquella noticia.

-Que andaba muy cariñoso con su esposa.

-Argggg- grite, tirando un florero para tratar de controlar mi furia, sabía que no era bueno dejarlo ir, la princesita no perdería tiempo y seguro que en ese momento estaban juntos, me valía un cacahuate que fuera su esposa, el tenía que mirarme solo a mí y olvidarse de ella.

-Lárgate- ordene furiosa.

-Si no quieres estar sola, puedo acompañarte- dijo aquel asqueroso abrazándome por detrás.

-Quítate- dije empujándolo- te he dicho que te largues, quiero estar sola.

-Como gustes, si cambias de opinión sabes dónde encontrarme.

-Fuera.

Ya se iba cuando una idea algo retorcida regreso a mi mente - Espera.

-Tendrás que rogar que este contigo- dijo ese idiota.

- no requiero tus servicios esta noche, así que ni te emociones, pero mañana a primera hora, iras a ver a mi padre y le pedirás que venga.

- Hasta donde se no quiere verte.

-Dile que tengo un "negocio" que proponerle, esa palabra mueve su mundo, vendrá.

-De acuerdo, aunque recuerda que mis servicios no son gratis -

-Espero que con esto sean al menos leales- conteste aventándole un brazalete de oro con pedrería en plata.

Prácticamente me comí los dedos de las manos imaginando lo que podían estar haciendo ese par, no había pegado el ojos en toda la noche cuando el sol ilumino mi recamara.

CICATRICES QUE MATANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora