Life Is Strange ♡ Cryle

❀FOUR❀

      Craig despertó en plena noche totalmente descorcentado. Poco a poco recordó todo lo que había ocurrido ese día. Miró la hora en su móvil: las 12:37 AM. Suspiró al ver todos los mensajes y llamadas perdidas de su madre. Se merecía un mejor hijo, porque este jamás la perdonaría por salir con un policía ex-soldado.
   Salió del coche y puso la linterna de su móvil. Tenía que encontrar a Kyle, algo le decía que todavía estaba por allí, tenía una fuerte corazonada.

   Empezó a andar por las vías del tren, quitando la linterna cuando sus ojos se acostumbraron a la tenue luz lunar. Una parte le decía que volviera a casa, que lo que estaba haciendo era inútil y estúpido, pero la otra le gritaba que lo buscara y que lo encontrara. Miró otra vez la hora desesperado, solo habían pasado tres minutos, el tiempo pasaba demsiado lento. Aún así, no se iba a rendir.
   Al final se desvió de las vías del tren y siguió la carretera, y ahí fue cuando lo encontró. Kyle estaba de espaldas en un pequeño hueco es mitad del bosque, todo repleto de árboles y arbustos. Fue hacia él con una calidez en su pecho que hacia años que no sentía. Lo había encontrado.

   —Has venido —dijo Kyle con un hilo de voz rota, clavándose en Craig con fuego. Había estado llorando, y mucho—. Me alegro.

   —¿Estás seguro? No me diste la misma impresión esta tarde.

   —Craig... necesito hablarte de algo pero no sé cómo.

   —Está bien, no tienes que contarme nada que no quieras.

   Kyke se giró por fin hacia Craig. Limpió las lágrimas que quedaban por su rostro y lo miró. Casi le cortó la respiración. No estaba triste, estaba enfadado, tenía los ojos bañados en un mar de ira e impotencia.

   —¿Recuerdas a ese hombre que hemos visto con otra chica en los binoculares, debajo de un árbol?

   —¿Los que se estaban liando? —preguntó confuso.

   —Era mi padre —dijo con dificultad—. Y te puedo asegurar que esa no era mi madre.

   —Oh... —comentó sorprendido. ¿Qué se supone que deberías decir en una situación como esa?

   Kyle empezó a andar nervioso y su respiración estaba agitada.

   —¿Sabes lo peor? Que me lo imaginaba, lo sabía. Sabía que nos estaba ocultando algo, y pensé que con ese mensaje en su móvil de un número desconocido lo pillaría. Joder.

   Soltó un grito ahogado por sus dientes.

   —Lo quiero, Craig. Lo quiero mucho, pero no quiero volver a verle la puta cara.

   —Cuando mi padre murió estaba cabreado con él. Por dejarme. Siempre quería gritar cuando pensaba en él y a la vez todo-

   —¿Seguía siendo igual? —terminó su frase.

   Craig asintió.

   —Lo sé.

   Hubo un gran momento de silencio, ninguno de los dos estaba preparado para seguir la conversación.

   —Lo siento, Kyle, n-no sé qué decir...

   —Ni yo —intentó soltar una pequeña sonrisa, pero tan solo se quedó en una mueca. Después, Kyle metió la mano en su mochila y sacó la foto de su padre y él—. He llevado esta foto conmigo años. Es estúpido. Tiene mucho significado porque aquel día cuando fuimos a hacer senderismo estaba lloviendo demasiado fuerte y resbalé y me rompí el brazo. Empecé a gritar mientras caía por la rampa de la montaña, pero mi padre fue rápido al salvarme. Recuerdo lo bien que me sentía, lo seguro que me sentía, pero ahora... qué coño importa. Nadie es quién dice ser.