Make Love

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Creado por Melydia [Más de 6.500 palabras]

Resumen; Kara y Lena discuten hasta que crean el amor. [Explícito, no leer en público]


Kara sobrevuela la ciudad a poca velocidad sintiendo como la brisa fría acaricia su rostro. Es lo único que le hace sentir bien después de que Lena le gritara que la quería bien lejos.

Han pasado días y días y Kara sigue el mismo trayecto por el cielo; no tan cerca de la empresa de Lena, pero tampoco tan lejos. No podía evitarlo, estaba enamorada de ella y si su vida corriese riesgo, ella sería la primera en intervenir, aunque ya no fueran amigas.

Poco después de medianoche llegó una información al intercomunicador de Kara sobre Lena; le pasaba algo. No tardó treinta segundos en llegar a su ático y se paró al ver a Lena con el ceño fruncido, en el suelo y con un tacón en la mano.

—¿Qué demonios haces aquí? —se levanta acariciando su culo. Kara la examina confusa; no hay daños. O ella escuchó mal o simplemente Alex no había terminado su frase. La segunda opción estaba en lo correcto.

Kara, deberías dejarme terminar la frase antes de irte sin más. Quería decir que a Lena le pasaba algo, pero Brainy calculó la escala de dolor y simplemente ha sido como una caída al piso —explica Alex casi riéndose, adivinando las intenciones de su hermana. Kara suelta un suspiro pesado haciendo apagar el aparato.

—Yo-yo... hum... bueno-bueno, yo... —Kara tartamudea rascándose el cuello mientras mira hacia los lados y Lena chasquea los dedos exigiendo una explicación—. Pensé que estabas en problemas.

—Pues ya ves que no —Lena agita la mano para indicarle la salida—, así que márchate.

—Lena...

Kara intenta buscar palabras. Hacía semanas que no miraba a los ojos verdes de la morena. Sin embargo, Lena la fulmina con la mirada cruzándose de brazos, reprimiendo el impulso de tirarle el tacón a la cara. Kara traga saliva y, sin embargo, se acerca segura a ella. ¿Desde cuándo Supergirl tiene miedo? Lena frunce el ceño y levanta la mano para frenarle. Sin embargo, Kara está demasiado cerca.

—Quiero que hablemos —suelta al fin con la voz quebrada. Casi estaba segura de que no podía hablar con coherencia cuando inspira el aroma a sudor de Lena. Puede que haya estado en el gimnasio y no haya tenido tiempo a ducharse debido al trabajo. Acabaría de llegar agotada tropezando, es la única explicación que le da a su tacón roto. No estaba lejos de acertar.

—No hay nada de qué hablar. ¿Quieres que confíe en cada palabra que me vayas a soltar después de mentirme durante cuatro años? —gruñe, apuntando con su dedo sobre el emblema de su pecho mientras su otra mano aprieta su zapato.

—Ni si quiera me has dejado que te explique porque hice-.

—¡Porque no hay nada que explicar! —grita enfadada, intentando no ser vulnerable por la cara de cachorro de Kara. Odiaba eso y sabía que si le dejaba hablar estaría perdida, embalsada y embobada de las explicaciones de la heroína, probablemente llorando de angustia. Lena no quería eso. Tenía que ser fuerte, tenía que ser orgullosa—. Lo único que sé es que mi hermano me escupió el único secreto que todo el mundo sabe menos yo. ¡Era tu mejor amiga, Jesús! Estoy harta de que por ser una Luthor-.

—No vayas por ahí, Lena —Kara interrumpe los gritos—, porque no fue por un apellido. Eso no define la persona que eres, te lo dije antes y te lo repito.

—Si lo hiciste para protegerme sabes que ya tengo un punto de mira sobre mi cabeza y espalda.

—No te diré que esa no fue una de las razones —discute Kara haciendo que Lena se enfadara más.

—Vaya, que sorpresa —dice con mucha ironía. Sus dedos presionan fuertemente en el puente de su nariz para calmarse, para pensar en lo que decir, para ganar esta guerra—. Y si no lo pensaste tú —dice después de un tiempo en silencio—, seguramente que otra razón es porque los demás te manejaban y te presionaban para no decírmelo porque era una Luthor, ¿me equivoco? —desafió Lena, cada vez enseñando más las uñas y furia e ira de los ojos.

Así es cuando Lena y Kara comienzan a discutir. Incluso le tira el tacón al pecho. Lo odiaba. Odiaba escuchar cada palabra pronunciada por la pelinegra porque todo lo que especulaba le dolía a Kara porque hacía pensar que la rubia no había sido buena amiga con ella. Lena dice una frase y Kara le rebate cada palabra que puede. La discusión arde, el fuego se extiende y Kara teme que no pueda apagarse. Lena ni si quiera hace el esfuerzo por apagarlo. Lena levanta los brazos, enfadada, como si quisiera expresar el dolor a través de cada movimiento. Kara cada vez se ahoga con cada respuesta que le da, sintiendo que no suena tan convincente como el anterior.

—Y seguro que tampoco me lo has dicho porque nunca he estado a la altura de tu amistad, porque-.

Aunque Kara tiene el poder del oído, las palabras de Lena dejan de llegar. "A la altura de tu amistad". Mira sus ojos llenos de dolor con una mezcla de fuego y Kara siente que no se controla. Su mano se extiende, parece que involuntariamente, que no piensa lo que hace, pero realmente lo hace. Kara coge el cuello de Lena y Lena deja de hablar, aturdida por los movimientos de la heroína. Kara siente que su corazón va a explotar, pero no puede mentir más. Tiene que llegar a Lena, sea como sea. Tiene que hacer ver que lo único que teme en este mundo es que sepa su secreto y le hagan daño por ello. Que su familia le haga daño, que la traicionen solo para llegar a Supergirl.

Así que invade su boca. Escucha como el corazón de Lena se detiene y luego bombea fuertemente. Besa sus labios con lentitud, acaricia su nuca e intenta presionar su cuerpo contra el suyo. Parece ser correspondida, pero nota como una mano impacta contra su rostro. No le duele. Ni si quiera lo nota. Pero hace que separe su cuerpo y ve como Lena tiene una expresión inefable y siente que ahora mismo si Lena tuviese kryptonita la usaría contra ella sin dudarlo.

Sin embargo, cuando Kara abre la boca para disculparse, Lena invade su boca nuevamente. No solo la besa. Abre su boca y su lengua conquista la suya. Hay una batalla interna. Más rápido. Más feroz. Más salvaje. Hay jadeos y gemidos silenciosos. Rodea sus brazos sobre el cuello de la chica de acero. Parece que Lena lo da todo vaciándose por dentro, explicando con gestos lo que no puede hacer con palabras. Kara lo acepta. Obviamente que lo hace. Lo ha esperado durante cuatro años.

—Te odio... —murmura entre sus bocas, apenas inaudible, pero no pasa desapercibida por la kryptoniana.

Sin embargo, aunque no sean las palabras que busca, se excita tanto que quiere que Lena sea suya. Lena lo siente, así que se monta encima de ella y rodea sus piernas en las caderas de la rubia. Sabe que la va a sujetar sin esfuerzo alguno.

—Cama... —murmura Lena mordiendo y clavando sus colmillos en los labios inferiores de la rubia con la esperanza que le deje marca, aunque sabe que eso no sucederá. Kara asiente con la cabeza.

Todavía está procesando lo que está pasando. Está besando quien era su mejor amiga, esa con la que no se hablaba durante un tiempo y le estuvo gritando hace unos segundos por su mentira de su doble identidad. Está besando a la chica que siempre quiso en su vida, de quién se enamoró a primera vista. Y está besando y siendo correspondida. No sólo la estaba besando, Lena le había exigido "cama".

Se estaba poniendo nerviosa. Nunca había compartido cama con ella y menos en esa situación. Pensó en que estaba alucinando, en que estaba soñando o en qué Lena estaba siendo controlada por alguien. Pero sus sentidos se distorsionan cuando escucha un:

—Fóllame.

Kara intenta separarse de ella simplemente para saber si está realmente segura de haber escuchado esa palabra, pero Lena solo mira un segundo y ataca a su cuello. Reparte besos húmedos y los colmillos van escalando desde su cuello hasta su lóbulo.

—Fóllame.

No sé lo piensa dos veces cuando está inclinando a Lena sobre la cama. Ella se quita la capa con rapidez para estar más cómoda, dejando que caiga por su espalda y se pone a horcajadas sobre Lena. La pelinegra le mira con ojos oscuros y llenos de deseo. Sin perder un segundo más, Lena le coge del cuello del traje para atraerla y comienza nuevamente a besar a Supergirl. Con más ganas, como si fuera un trabajo para ganar dinero.

Con manos temblorosas, Kara le desabrocha los botones de la camisa mientras deja rastros de besos. Lena le ayuda con la falda y Kara se queda embobada con su cuerpazo. Sabía que tenía un cuerpo bonito, pero verla con un sostén de encaje y tanga negro era más que ser la octava maravilla del mundo. Kara no puede no besar ese cuerpo.

Arrastra un poco a Lena dejando sus caderas al filo de la cama mientras Kara se arrodilla contra el suelo. Mira a Lena, nota su respiración acelerada y huele a sexo. Mucho sexo. Besa sus muslos con delicadeza y Lena suelta pequeños suspiros haciendo que Kara sonría, pero Lena le exige más dureza. Repite esa palabra obscena haciendo que los sentidos de Kara se pierdan. Aparta la poca tela que cubre sus labios bajos y ayuda a Lena a poner sus piernas sobre sus hombros para que no estén sueltas, para que esté más cómoda.

Huele mucho a sexo. Huele a puras hormonas y deseos lujuriosos. Lena casi obliga a Kara que hiciese algo, pero Kara ya estaba plantando su lengua sobre su clítoris. Gentil y delicada. Como si Lena estuviera hecha de porcelana. Kara comienza a lamer con lentitud su clítoris y apretar poco a poco contra su lengua. Lena jadea y suelta pequeños gemidos que se reprimían en su garganta.

Kara acelera el ritmo y las piernas de Lena abrazan sus hombros y espalda, apretando y que Kara se hundiera más en ella. Lena jadea más fuerte cuando Kara aprieta más su pequeño músculo contra ella. Kara abre los ojos para contemplar como Lena arquea y muerde su mano. Reprime una risa al ver cuan excitada está Lena y sus manos se aprietan contra sus muslos. Nota como su clítoris se hincha y las caderas se mueven con ritmo lento. Una mano acaricia su cuero cabelludo.

—Puedes hacer lo que quieras —musita Kara contra su monte de venus—, soy indestructible, ¿recuerdas?

Lena no responde con palabras. Lo hace cogiendo con más fuerza su cabello y apretando a la rubia contra si clítoris. Kara asiente mentalmente como respuesta, agarrando más fuerte a los muslos de Lena con sus manos y hundiendo más fuerte su lengua contra su clítoris. Lena cada vez se mueve más rápido de arriba hacia abajo. Y segundos después estalla en un orgasmo arrancado de su garganta. Kara frena y besa su muslo para levantarse, pero nota como Lena está llorando.

—¿Lena? —pregunta cautelosa, acercándose a ella y ve como se levanta y se sienta, tapándose con las sábanas como puede.

—Márchate —exige enfadada con lágrimas recorriendo por su rostro, ahora mismo no puede mirar a Kara.

—Pero Lena... —Kara casi se ahoga del cambio tan repentino de actitud. Sabía que esto no lo solucionaría, pero tenía la esperanza de que Lena le hablaría un poco: al menos que le explicara lo que acababa de pasar, pero Lena nuevamente grita:

—¡Que te vayas!

Lena se tapa el rostro porque no puede contener las lágrimas, caen por su rostro. Tampoco quiere que Kara le vea así; vulnerable y a la vez confundida (como también lo siente la heroína). Kara no quiere presionar y quiere intentar comprenderlo, aunque en realidad no lo consigue. Sin embargo, hace caso a sus palabras porque lo último que quiere hacer es enfadar a Lena y si irse era la oportunidad de hablar de lo sucedido en un futuro se iría sin rechistar. Así que coge su capa, mira nuevamente a Lena que sigue llorando en silencio, le dice que lo siente nuevamente y se marcha volando.

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Supercorp [Shots Traducidos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora