3. RKO (Randall "Randy" Keith Orton)

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Ya que aún estaba cansada por la lucha de ayer y un inquietante insomnio durante la madrugada, apenas había terminado de desayunar con Chris, volví a dormir un poco más, pero no había pasado mucho tiempo, (o por lo menos así lo senti,) para que un toquido nuevo me despertara. Con el alma por los suelos, me levanté a abrir, apenas lo hice, ví a Randy del otro lado, me sonreía animadamente.

—Mal momento, buenas noches —dije y empecé a cerrar la puerta, pero él puso la mano como interferencia.

—Quedamos que hoy íbamos a salir y conocernos más.

—Randy, estoy cansada, ayer no pude dormir muy bien.

—Deberias decirle a Reings que deje de visitarte durante la noche —repuso, lo mire con duda.

—¿Estuviste espiando?

—Oi ruidos en el pasillo, iba a asomarme, pero reconocí las voces, sus voces —especifico, lo mire y me crucé de brazos.

—¿Terminaste?

—Rachel, Rachel... esto comenzó desde que te encontré en el corredor en tu primer día, ¿o me equivoco? —pregunto y se recargo en el marco de la puerta, de una manera muy galante.

—¿Que quieres de mí?

—Te vas a divertir —prometio dando un paso dentro, pero yo le puse una mano en el pecho.

—Un paso más y grito —le advertí.

—No lo harías —repuso y avanzó, apenas abrí mi boca, subió una mano y me la cubrió completamente—. Rachel, tranquila, no pienso abusar de ti y si gritas, todos pensaran que es por eso, te voy a soltar, ¿okey?

Asentí, poco a poco, bajo su mano. Volví a abrí mi boca, pero ya no para gritar, sino para hablar decentemente, sin embargo, ya que él pensó lo primero, volvió a silenciarme, solo que esta vez ocupo sus labios, debía de admitir que besaba bien, demasiado bien.

—Para, para —lo corte mientras lo empujaba, él se alejó apenas un poco.

—Vamos, Rachel, pasaremos un buen rato juntos —dijo y se volvió a acercar, sin embargo, esta vez le dejé ir una patada en la entrepierna.

Apenas se doblegó por el dolor, lo empuje fuera de mi habitación y cerré con el pestillo.

Estaba agitada, tal vez mi reacción había sido un poco extrema, pero él se la había ganado a pulso. Con la respiración agitada, me recargue contra la puerta y espere, una serie de maldiciones se suscitaron del otro lado, incluso escuché un fuerte golpe en la pared, después nada. Debía de admitir que tenía miedo de mirar del otro lado, mágicamente, mi cansancio se había ido y una descarga de adrenalina lo había reemplazado.

—¿Que hice? —me pregunté a mi misma mientras me dejaba caer contra la puerta.

Debía de admitir que tenía miedo de salir, estuve casi una hora recargada contra la puerta, temerosa de si quiera abrir una rendija, por lo que, cuando volvieron a tocar, casi doy un grito digno de una película de terror.

—Rachel, uno, dos, tres por ti —dijo la voz de Becky, me levanté de golpe y abrí un poco la puerta.

—¿Estás sola? —le pregunté, ella me miró divertida.

—No, vengo con Fantasma uno y dos, disculpalos, no hablan mucho —respondió, fruncí los labios.

—¿Hay alguien más en el pasillo?

—¿Que hiciste? —inquirio, sin embargo, en vez de responder, la tomé del brazo e introduje en mi habitación—. Supongo que no fue algo bueno, habla.

Lucha a mi lado (Jeff Hardy o Roman Reings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora