•MIEDO A AMARTE• Lee Taeyong (En corrección)

Capítulo 5: Cachorros

*Taeyong*
No había podido dormir en la noche, había tenido otra pesadilla, desde que era pequeño las he tenido, solo que ahora son menos constantes.
-Taeyong te levantaste temprano- dijo mi hermano entrando a la cocina
- Sí, ya no tenía sueño-
-Otra pesadilla ¿verdad?-

Seon sabía que tenía pesadillas, agradecía que el nunca las tuviera, aunque me era difícil comprender como es que no las tenía, después de lo que vivió.

Unos de los peores recuerdos que tengo, fue cuando Seon tenía 15 había llegado tarde a casa porque quería pasar más tiempo con sus amigos, yo iba a esperarlo para abrirle la puerta de forma que nuestro padre no se diera cuenta. Pero eso no paso, él ya se había dado cuenta de que Seon no estaba, fue tanto su coraje que lo golpeó y aunque mi madre gritaba que lo dejara en paz, él la ignoró, yo quise enfrentar a mi padre porque estaba enojado, Seon también se reveló para defenderme y que mi padre no me golpeara, pero eso empeoró la situación, él agarró un pedazo de vidrio, se lo aventó a Seon, Seon pudo esquivarlo, pero aún así el vidrio corto parte de su cuello, haciendo que se desangrara, como recuerdo Seon aún tiene esa cicatriz en su cuello.

- Nos vemos al rato- dije al terminar mi comida
-¿Hoy entrenas?-
-No, hoy no-
-Entonces te veo en el taller-
Le di una palmada como despedida, mi hermano dejo muchas cosas para darme una vida, mejor, por esa razón intento ser buen estudiante, se lo debo, y en un futuro quiero pagárselo.

Llegué caminando a donde estaban los cachorros, comprobé que estuvieran los dos, vi que ya casi se acababa su comida y no tenían agua, corrí a una tienda cerca de allí, les compré un pequeño envase para su agua y más comida.

Cuando regrese pude a dos personas con los cachorros, me acerque procurando que no me escucharán, me sorprendió ver quienes eran. Era Sulli, estaba agachada junto Jun, ambos estaban entretenidos con los cachorros.

-Lastima que no puedo llevármelos, mi padre no me deja tener otro perro- escuché la voz de Sulli
-Yo podría adoptar uno- sugirió su amigo
-¡¿Enserio?!-
-Sí, le hará compañía a Balto y no creo que mis padres esten en desacuerdo-
Sulli estaba feliz con la idea
-Pero no podemos dejar al otro, será mejor que te lo lleves hasta que encontremos a alguien que lo adopte-
-No es mala idea-
Después de otros minutos ambos se fueron .
Sulli les había dado más comida y agua, ahora sabía quien era la persona que los cuidaba.

*Kim Sulli*

Hoy amanecí con un dolor fuerte en el estómago y al pasar el tiempo empeoraba, eso me pasa por cenar pesado. No es mala idea volarme la clase, sin embargo, hoy había trabajo en clase y esos cuentan mucho.

-¿Segura que estás bien?-
-Si, necesito entrar a esta clase, no me fue tan bien el año pasado, no puedo faltar-
-De acuerdo, no te sobreexijas-
Jun se despidió y yo me dirigí a mi clase.
Entre al salón rápidamente, me di cuenta de que Trouble aun no llegaba, tenía las esperanzas de que no llegara, sería muy vergonzoso que me viera en esta condición y como si lo hubiera invocado, entro al salón, cuando me vio solo sonrió, yo lo ignoré, no me creería eso del niño bueno.
Me costó demasiado concentrarme en el trabajo grupal, tuve que doblar esfuerzo para lograr acabarlo, cuando terminamos todos regresamos a nuestros lugares.

Empecé a sentir uno que otro escalofrío, el dolor casi se volvía insoportable, faltaban solo unos minutos para que la clase terminará, ya ni sabía lo que el profesor decía, solo me concentraba en ver mi celular, esperando a que acabará la clase, no pude evitar que uno que otro quejido se me escapara.
-¿Estás bien?- ¡¡Claro que no estoy bien Taeyong cabeza de huevo!!!, literalmente quería gritarselo, pero ya no me quedaban muchas fuerzas.

Sin previo aviso, Taeyong agarró mi mochila.
-No te ves bien, debes ir a la enfermería-
-¡A ti que te importa, nadie pidió tu ayuda!- la chicharra sonó, le arrebate mi mochila y como pude me levanté, camine hacia la puerta con cada paso que daba tenía menos fuerza, lo último que recuerdo es que todo se nublo, el golpe nunca llegó, sentí que alguien me sostuvo antes de caer completamente