Capítulo siete.

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La cafetería antigua del instituto. Un lugar tranquilo, cálido y vacío. A Enid le encantaba sentarse aquí a leer. Tomando una pequeña taza de café y, en ocasiones, un pequeño tentempié de las máquinas que rellenaban diariamente, a pesar de no ir nadie, siempre estaban llenas y sin productos caducados. Como ya sabes por nuestra última conversación antes de salir de vacaciones, no estás obligada a asistir a todas tus clases, solo a dos para ser exactos. Pero, debido a la incorporación del nuevo alumno, deberás asistir al centro para acompañarlo a todas sus clases. Mientras esté estudiando, si no tienes ninguna clase tuya, podrás hacer lo que quieras dentro del centro. Fueron las palabras exactas del director más joven, de por si a la joven le parecía extraño que no la dejaran asistir a todas sus clases, y el hecho de que la obliguen a venir al centro para hacer nada la desconcentró aún más.
—No entiendo porqué actúan tan raro últimamente. — La joven se estiró en la silla y, colocando los brazos tras su cabeza, se quedó observando a través de la ventana de la cafetería, pensando en las cosas extrañas que han estado pasando estos días.
“ —¿Entonces qué es aquel edificio abandonado?— Preguntó Sirion nuevamente.
Enid no contestó, ya estaba cansada. El edificio es, según la guía que le ofreció Amón, el último lugar a enseñar cuando se enseña el centro.”
Su asiento le ofrecía una vista perfecta del edificio antiguo, el clima y la temperatura del verano aún se hacía notar en el ambiente y la tranquilidad estaba presente. Enid se sumergió en un mundo de relajación acompañado por el canto de los pájaros, su uniforme a cuadros color azul no le resultaba tan incómodo como de costumbre. Y así, sin darse cuenta, se quedó dormida, mientras que las pesadillas esperaban este momento para invadir la tranquilidad.
Y allí estaba él, Sirion, sonriendo con esa sonrisa tan peculiar.

Cuando Enid despertó, se encontraba en una habitación completamente roja, sentada en el frío suelo, en completo silencio. Habría quién podría decir que el silencio absoluto no existe, pero esas personas no se han encontrado en esta habitación.
La joven muchacha comenzó a sentirse incómoda entre tanto y nada a la vez. Las preguntas comenzaron a invadir su mente. Levantó la vista y allí se encontraba aquella mujer, nuevamente, extendiendo su mano para llevar a Enid a lo más profundo y oscuro de todo. Para llevarla, a su muerte.

A pesar de saber que se trataba de una pesadilla, la joven sentía un gran miedo recorrer su cuerpo.
“Esto me pasa por terminar un libro de ciencia ficción en menos de una hora.” Pensó mientras suspiraba. No había pasado mucho tiempo dormida, a penas quince minutos, pero a ella le pareció una eternidad.
El ambiente seguía tranquilo. Enid volvió a mirar por la ventana. Observando todo lo que ocurría a su alrededor. No pasó mucho tiempo hasta que noto algo que no estaba allí antes: un pequeño libro de portada clara, con un pequeño y muy poco notorio cielo sobre el cual volaban pájaros de colores. El título se encontraba en la esquina inferior derecha en letras azules, simple pero expresivo Aire. Debajo se encontraba escrita una frase “La historia de un corazón”. Cualquier persona normal se habría preguntado de donde salió aquel libro, pero lo único que pasó por la mente de Enid era descubrir el mundo que albergaba dicho libro.
Lo tomó entre sus mandos y lo examinó, olía a libro nuevo, no tenía autor ni un resumen en la parte trasera como suelen tener la mayoría de libros. Lo abrió por la primera página, no había introducción, ni índice, tampoco había dedicatoria, solo una palabra que se daba a entender como el título del capítulo: “BRISA”.
        
El ruido de la sirena le inundó los oídos. Era la hora de irse a clase. Dudó. El libro no era suyo, pero algo le decía que debía llevárselo y así lo hizo, ya que, no estaría en dicho lugar si no para que alguien lo leyera.

Ismael esperaba con impaciencia que llegue la hora para ir a por su pequeña hermana. Se aburría estando solo en la casa y más cuando terminaba de hacer las tareas, no tenía nada que hacer y eso le hacía recordar, y él odiaba recordar. “El recordar es el peor enemigo y el mejor amigo de la depresión y la desesperación.” era lo que siempre le decía a su hermana, pero ella, al contrario de lo que él decía, le agradaba estar sola con sus recuerdos.
Mientras se encontraba mirando aquella foto, la única, que tenía con su hermana, no pudo evitar recordar su pequeña conversación. Sabía que su hermana no estaba loca, él también notó el cambio del color de los ojos de su visitante, pero no quería preocupar a Enid. Sabía que ya tenía mucho por lo que estresarse en el instituto como para cargarla más.
Dejó la foto en su lugar y su vista se dirigió al pequeño calendario de sobremesa que se encontraba junto a la foto.


18 de septiembre de 3031.


Atmosphere [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora