X

334 57 7
                                    

Ni siquiera sabía cómo esa mujer lo encontró, aquel café no era un habitual de Erik. Lo había visto una noche de lluvia, en la que la calle que siempre tomaba para regresar del trabajo a su casa, se había inundado. Obligado a tomar un desvío, vio ese pequeño bar y le llamó la atención que los mozos usaran camisa y moño. Una tontería a la hora de elegir un lugar en el que ibas a consumir alimentos, sin embargo, Erik se había quedado con esa imagen y tardó un tiempo en ir allí sin sentirse internamente un poco tonto. Sin embargo, el espresso mocchiato que acababan de dejar en su mesa era delicioso y el mozo, era lo suficientemente apuesto como para convencerle de que se quedase allí por un buen tiempo. Su madre lo mataría si se enteraba que estaba ignorando la kashrut.

Esbozó una pequeña sonrisa ante el pensamiento, justo cuando la mujer se sentó frente a él sorprendiéndole.

-Erik Lehnsherr

-¿Quién carajos eres? - preguntó, frunciendo el ceño disgustado.

-No es necesario estar a la defensiva, dulce. Mi nombre es Emma Frost y estoy aquí, porque tú y yo tenemos un objetivo en común.

-No la conozco. No creo tener nada en común con usted- respondió y se incorporó de su asiento, dispuesto a marcharse. Esa mujer le daba mala espina y solo bastaron unos segundos de estar frente a ella. Además, había arruinado por completo sus deseos de disfrutar un buen café.

-Sebastián Shaw es nuestro asunto en común.

La mirada que Erik le dio a la mujer, le indicó que tenía toda su atención.

-Sé lo que te ha hecho- continuó ella - Y venía a proponerte que le hicieras pagar de una vez.

-¿Cuál es tu interés en ello?

-Arruinó mi carrera. Tú y yo tenemos los mismos intereses, dulce. Te lo he dicho.

-Mira, no te conozco y, a decir verdad, no me generas confianza.

-¿Sabías que abusaba de ese bonito que tienes en la casa de tu madre?

Erik apretó los puños con fuerza. ¿Cómo sabía esa mujer que Charles estaba en su casa? Y lo peor ¿Cómo sabía su nombre?

-Lo he visto. Siempre es de la misma forma, lo violenta psicológicamente... Aunque, estoy segura que en cuanto al sexo no se queda atrás. Es la primera pareja que el muchacho tiene y viniendo de un hogar donde la violencia física y psíquica, a causa de su condición sexual, es pan de cada día, lo naturaliza todo.

Los dientes de Erik chirriaron de manera desagradable ante las palabras de esa mujer, quien le devolvía una mirada entre divertida y astuta.

-Ahora sí, parece que tengo toda tu atención. El plan que he pensado, no es demasiado complicado, simplemente se trata de devolverle a Shaw una cucharada de su propia medicina. Si se descubre que es él quien se ha estado robando los proyectos de sus subalternos, su reputación caerá y ese niño bonito se servirá a ti en bandeja de plata.

-¿No puedes hacerlo sola? - preguntó casi en un gruñido.

-¡Oh, lindo! Si pudiera hacerlo sola, no estaría aquí... Créeme. No es difícil para una mujer deshacerse de las cámaras y captar la atención de dos guardias de seguridad... El problema es que no puedo estar en todas partes.

-Y... ¿Si los desmayas?

-La primera en la lista de sospechas seré yo y todo se volverá menos verídico. En cambio, si ellos están en mi compañía, deberán guardar silencio para no ser acusados de negligencia- Ella se puso de pie y le tendió una tarjeta. -Piénsalo, dulce... Esta puede ser la oportunidad que estabas esperando.

ApathieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora