3 -Jetlag puto.

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No sé cómo hicimos para meter dos valijas por cada uno en cada taxi. Mamá iba con Betty y yo con papá. O sea que cada auto llevaba 4 valijas, más dos bolsos adicionales en el taxi de mamá, y un bolso adicional más la guitarra en su funda en el taxi de papá y mío.

Yo creo que los taxistas nos re putearon pero bue.

Llegando al aeropuerto, pagamos el taxi y esperamos unos minutos por mamá y Betty que se tardaron. Cuando al fin pudimos dejar las valijas para que se la llevaran y conseguimos los pasajes hasta Ezeiza todo parecía menos complicado de lo que pensaba que sería.

Pero de Ezeiza a Sydney fue un infierno. Detector de metales, aduana, pasaporte express, creo que mi mamá iba a dejar sorda a mi papá por tanto que le gritaba sus quejas.

Decidimos que nuestros compañeros de viaje serían los mismos que los del taxi. En realidad lo decidí yo porque no me iba a fumar en un vuelo de más de ocho horas seguro ni a mi hermana, ni a mi mamá.

 El agua que vendían en el avión estaba como unos cien pesos fácil (bue re exagerada la mina), pero igual mi papá me compró un par de botellas. Tomé mucha agua y eso hizo que me levantara al baño unas 5 veces. Después de una hora de estar mirando para afuera por la ventana del avión decidí tratar de dormirme aunque había un gordo que roncaba a dos pesos adelante de nosotros y no te dejaba ni hablar con la persona que estaba sentada al lado tuyo. 

-Encima que este gordo no se pone un silenciador en el naso, falta que se tire pedos y estamos completos -susurré.

-No está tan mal, ¿no, hija? -mi papá se dió vuelta para mirar a Betty y a mamá que estaban atrás de nosotros, pero también estaban durmiendo.

-No papá, es un vuelo 5 estrellas, te lo aseguro -levanté mi dedo pulgar mientras decía eso con sarcasmo y después puse los ojos en blanco.

[perdimos la cuenta del tiempo, pero seguro unas ocho horas después]

-¿Cuánto falta? -le pregunté como veinte veces ya a mi papá que trataba de dormirse también.

-No sé, Brooke. Dormite y no jodas -dijo con la voz cansada.

-No sé ni por dónde estoy volando y este gordo no deja de roncar, además "evitar el jetlag" no salió tan bien como wikipedia lo explicaba y me está doliendo la cabeza y el estómago -me quejaba en susurros.

[después de una eternidad Brooke logró dormirse pero 5 minutos más tarde aterrizaron en Sydney]

-Brooke, Brooke, ya llegamos... -me decía mi papá con un tono de voz bajo.

-¿A dónde? Dejame dormir cinco más -dije con los ojos cerrados y me dí vuelta hacia el otro lado.

-Brooke, estamos en Australia, nos tenemos que bajar, dale, despertate -me agarró del hombro y me sacudía despacio.

-¿Australlia? No me acuerdo de nada -volví a ponerme de frente a mi papá y bostecé. 

-El jetlag, hija, el jetlag. Además te dormiste hace poquito -me agarró de abajo de los brazos y me ayudó a pararme.

Y de un momento a otro, ¡boom! estaba en un taxi con mi papá llendo a la casa de mi abuela, ya en Australia.

-Me duele la cabezaaaaaaa -me quejé todavía medio dormida-. No me acuerdo de mucho, ¿cómo llegamos al taxi? -le pregunté a mi papá.

-No importa hija, lo importante es que ya llegamos y vamos a poder dormir en una cama como personas normales sin jetlag, ni dolores, ni mareos, ni falta de memoria y agh. No sé para qué sigo hablando si a mí también me duele la cabeza.

Y ahora de nuevo, ¡BOOM! pero ahora más impactante.

-Brooke, it's 3 in the afternoon, you have to eat something. {Brooke, son las 3 de la tarde, tenés que comer algo}. -dijo una voz familiar despertándome de mis bellos sueños♥ ah.

Abrí los ojos y me encontré con mi abuela, sí, la que ví por última vez en el '98.

-Grandma! {Abuela!} -le grité con emoción.

-Oh, my little baby. Come on, wake up. Someone is waiting for you in the kitchen. {Oh, mi pequeña bebé. Vamos, levántate. Alguien te espera en la cocina} -me sonrió y me levanté corriendo hacia el baño.

Me lavé la cara, los dientes y me acomodé un poco el pelo. Con la misma ropa de ayer, descalza y con un poco de frío, bajé corriendo las escaleras. Me apuré a llegar a la cocina y lo ví, de espaldas con una larga campera.

-Michael! {Michael! lmao} -grité y él se asustó, dándose la vuelta.

Tenía un gran flequillo rubio que cubría toda su cara y un chupetín en la boca. Sus ojos verdes me miraron sorprendidos. Salté hacia él y enredé mis piernas como un koala a su cintura y lo abracé muy muy muy fuerte.

-Te extrañé mucho, flaca -me dijo con una voz bastante... ¿aguda? No importa.

Le dí muchos besos en la mejilla y mientras mi mamá nos hacía la merienda, con Michael nos pusimos al día. Mi papá se sumó a la charla al notar que el gordo también podía hablar en español. 

Lo abracé muchas veces mientras hablábamos por dos razones, una: tenía frío y su campera era lo suficientemente grande, y cabíamos los dos, y dos: se sentía muy bien poder pellizcar a mi gordito y escucharlo reír. 

-Papá, ¿trajiste los cubiertos para hacer asado? -le pregunté. 

-Sí, obvio que los traje -me contestó.

-Michael, ésta noche te quedas a comer en casa -le sonreí y él me devolvió la sonrisa seguida de un abrazo. Después me hizo cosquillas, lo que me pareció tierno pero a la vez tenía ganas de pegarle una patada en los huevos para que me deje tranquila. Y después me volvió a abrazar♥

✺ 5 Seconds of Argentina ✺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora