• 4 : Entre miradas ocultas •

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Dos lobos se hallaban en medio de un bosque nevado, pero a diferencia de los anteriores encuentros, esta vez estaban demasiado cerca, tanto así como para poder hablar y escucharse entre ellos.

- Porque no puedo llegar a ti - empezó el lobo blanco.

- No lo se - respondió triste.

- Pero eres mi alfa ¿no es cierto?

- Lo soy

- ¿Cuándo podremos estar juntos?

- Tampoco lo se, pero creo que estamos cerca - habló con sinceridad, aún cuando no podía demostrarlo.

- Quiero encontrarte alfa - suplicó dolido.

- Y yo a ti mi omega

- Quiero ser tuyo

- Yo también, quiero estar a tu lado otra vez...

- Odio no poder tocarte

- No tanto como yo

- Búscame alfa...

- Siempre lo hago.

Jimin abrió los ojos instintivamente, también se había sentado desprendiéndose de las sabanas que lo cubrían, miró el reloj de su despertador - 02:00 a.m. - visualizó en él, era de madrugada y hacía un poco de frío. Se había despertado por la súbita impresión que su lobo había provocado en su sueño. Era la primera vez que hablaba con él. Jimin estaba seguro que el espíritu de su lobo era el que se estaba comunicando y pudo sentir en carne viva los sentimientos que se transmitían los lobos en aquella conversación. El solo se sentía un observador dentro del cuerpo de un lobo.

Por primera vez había hablado con el lobo alfa y sus esperanzas habían aumentado de manera significante, tal vez no todo estaba perdido y el lobo negro en verdad existía y no solo era un simple sueño suyo. Trató de calmarse pero ya era tarde, su cabeza estaba maquinando por las posibilidades de que su pareja destinada no se hallara tan lejos como pensaba. Después de todo su lobo negro también lo buscaba al igual que él.

Pero sus esperanzas se vieron perjudicadas, cuando recordó el porque siempre pensó que encontrarlo sería casi un milagro en su vida.

Por mas que Jimin quisiera hallar a su alfa, su condición se lo impedía, nunca podría olerlo en la vida real, jamás sentiría ese aroma tan provocador que saboreaba en sus sueños. Sentirse miserable era poco para él, se sentía inútil, un fracaso como omega, ni siquiera podía oler su propio aroma. A veces dudaba de que era uno, pero sabía que lo era. Se presentó uno y en ese tiempo podía sentir los aromas de los demás lobos, de sus familiares y amigos. Pero con los días había disminuido tanto hasta quedar nulo y el arona natural que caracterizaba a los alfas y omegas jamás lo volvió a sentir.

Fue a muchos doctores y recibió  miles de tratamientos, pero nada funcionaba. Los doctores aseguraban que era un omega de lo contrario no tendría el aroma de uno. Jimin tenía aquella fragancia a moras dulces y flores silvestres tan especial y encantador para cualquier alfa. Lo malo era que todos podían darse cuenta de que era un omega y sentir su aroma pero el no podía hacer lo mismo y eso era lo que mas lo frustraba y enojaba de sobremanera.

El doctor había indicado que lo que el pequeño tenía, era una anomalía muy poco convencional y que no había sucedido nunca en los lobos tan jóvenes como el y menos antes de presentarse por completo. Tratamientos para sus sentidos del olfato no habían faltado, pero todo parecía en vano, nada funcionaba y al final optaron por resignarse. Porque el problema no era su sentido del olfato, sino su incapacidad de sentir los aromas naturales de cualquier otro lobo incluido el mismo.

AROMA [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora