3

1.8K 66 36
                                    

Solo faltaban  unas cuantas horas para que el reloj marcara las 12 de la noche y así Andreu cumpliera 15 años, se encontraba en su habitación con la luz apagada recostado en su cama pensando y extrañando a su madre.

La puerta se abrió bruscamente y  la luz se encendió, era Margaret que estaba borracha, su caminata la delataba y destilaba un olor muy fuerte a licor barato.

-       Hola querido – dijo ella acercándose donde él.

-       Hola Margaret, mi padre no se encuentra conmigo -  mencionó Andreu.

Puso el dedo sobre la boca para que no emitiera sonido alguno, su olor era nauseabundo provocando que su estómago se revolviera y quisiera vomitar.

-       No busco a tu padre, te busco a ti.

Lentamente beso el cuello de Andreu.

-       ¿Qué haces? – grito Andreu dándole un empujón

Intentó levantarse pero lo sostuvo por el cuello apretándolo cada vez con más fuerza. 

-       Estate quieto, que no quiero lastimarte – expresó Margaret sonriendo de una forma extraña.

- ¡Déjame!, ¡no me hagas nada! – suplicaba él.

-       Te voy hacer mucho y tú no vas hacer nada – dijo ella.

-       Déjame en paz le voy a decir a mi padre.

-       Tú no vas a decir nada – le dijo con un grito apretando un poco más su cuello.

De su cartera sacó unas corbatas, amarró sus extremidades a la cama para evitar que se moviera, luego lo amordazo con un pañuelo para evitar que gritara.

-       Vas a ser solo mío – expresó besándolo en la mejilla.

Con una navaja corto su camisa mientras lentamente besaba su pecho.

-       Llevo mucho rato deseándote – volvió a indicar ella.

Andreu se movía intentando soltarse, pero se dio cuenta que sus esfuerzos no tendrían resultados, pensó que era un cobarde por no escapar de su casa con su madre, Margaret termino de cortar su pantalón creando una pequeña cortadura en su pierna izquierda, procedió a bajarle la ropa interior para a continuación también cortársela sin piedad.

-       Estás perfecto, mejor de lo que yo me imaginaba, no sabes cómo los vas a disfrutar – insinuaba Margaret mordiendo sus labios.

Con su mano derecha comenzó a tocarle el pene para que se ponga erecto, se levantó de la cama, comenzó a bailar sensualmente mientras se despojaba de su ropa.

- ¿Te  gusta mi amor? – expresó sonriendo.

Comenzó a practicarle sexo oral, después de 5 minutos le colocó un condón con su boca y se subió encima de él, ella gritaba de placer, el de alguna manera sentía lo mismo, pero no lo disfrutaba como ella; Andreu fijo la mirada en aquella lámpara vieja que colgaba sobre el tejado, su mente la traslado a otro lugar, un lugar donde era feliz con su madre lejos de su padre, su celular sonó su acompañante lo arrojo contra la pared por el ruido que creaba, los pedazos se esparcieron por toda la habitación mientras sentía como las uñas de Margaret se incrustaban sobre su pecho, pasaron 45 minutos hasta que Andreu logró acabar.

-       Eres espectacular para la cama bebé – mencionó mientras lo desataba.

Andreu no dijo nada, se mantuvo acostado, ella se vistió, de su cartera saco 100 dólares y los colocó en la pequeña mesa a lado de la cama.

PROSTITUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora