—¿Annie? ¿Qué pasa contigo?— me preguntó, casi gritando.
No pude articular palabra. Me puse a pensar en lo tonta que había sido. Probablemente a partir de ahora estaré muerta.
—¡Dile que se vaya y métete a la casa!—me gritó. Le pedí a Eduardo que por favor se retirara y me fui directo a la casa. Sí que estoy en problemas.
Al entrar a la casa, mi padre empezó a regañarme, me vio darle un beso. No se va a acabar el mundo porque bese a un chico. Él tiene que entender eso. Tiene que entender que tengo que ser feliz. Él me hace feliz.
Pero no lo entiende.
11:35 pm.
Ha terminado su sermón. Oficialmente castigada hasta los noventa. Y me ha pedido que termine a Eduardo. Y eso haré. ¿Por qué no simplemente lo acepta y ya? Ya no tengo tres años. Y yo quiero estar con él. Si tan sólo lo conociera... Es tan lindo, es un buen chico. Si le diera la oportunidad de demostrarle que es alguien bueno para mí...buff.
Me despierto. Miré el reloj. 5:37 am. Es viernes por la mañana, no tengo clases. Tomé el teléfono y me dirigí al WhatsApp. Eduardo si tiene clases, así que seguro está dormido aún. Me alegra que no esté en línea. Así no veré sus protestas y sus ruegos.
Empecé a escribir.
‹Hola, Eduardo, buenos días. Como sabrás, lo que pasó ayer me ha traído problemas. Estoy muy castigada, tengo prohibido hablarte. Y me han pedido que terminara contigo, y lo voy a hacer. Ya no puedo seguir con esto. Te amo, Eduardo. Eres alguien muy especial para mí. No te olvido, sólo me alejo de ti porque es lo mejor para ambos. Quiero que seas feliz, y lo sabes. Te lo mereces. Eres el chico más lindo que he conocido y eso no va a cambiar. Gracias por todo. Sólo te pido que me entiendas y que te des cuenta de que nuestra relación nos trae problemas. No me busques más. Te amo...›
Lágrimas caían de mis ojos. Es que lo amo. Y no lo quiero perder. Pero tengo que...
Oprimí la tecla de enviar y apagué el Wifi. No quiero saber que me contesta...
Y me volví a dormir. Quizá así se me olvide esta pesadilla. Esta pesadilla que desafortunadamente, ha dejado de ser un sueño.
Desperté de nuevo. 8:36 am. Me muero de ganas de abrir el WhatsApp y decirle que no. Que lo olvide todo. Que quiero estar con él a pesar de todo y todos los problemas. Decirle que lo amo y que pasaremos por esto juntos. Quiero decirle tantas cosas...
Pero no lo hago. En realidad que lo quiero, no como se quieren hoy en día. Yo lo quiero hoy, mañana, diario, a cualquier hora. Yo le pienso en la mañana, el almuerzo, la comida, la tarde, la cena, la noche, incluso él está hasta en mis sueños. No me lo puedo sacar de la cabeza, y ahora lo quieren alejar de mí. Desde luego, no será fácil.
Me quedé observando la pantalla del teléfono, lo bloqueé, pero aún lo tenía en la mano. Estaba pensando cómo lo tomaría él. La primera vez que lo quise terminar fue hasta donde yo estaba, llorando, gritando, suplicándome que no lo hiciera, que él me amaba. Hace cosas muy lindas por mí...
Vibró el teléfono. Un WhatsApp.
Era de Eduardo.

ESTÁS LEYENDO
Insomnios sin ti.
Mystery / ThrillerLa vida te da muchos golpes. Caes al suelo, y aunque estés exhausto, vuelves al ring, por más. Incluso aunque no quieras. Y quizá no regresas por ti. Quizá hay alguien que siempre que caes cura tus heridas y te dice que no te rindas, que seas fuerte...