No Sin Ella

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Mi Gianna llegó tan pronto como se fue, dejando de nuevo a la Gianna humana que en este momento me odia bastante por cumplir mis diecisiete años.

No me voy a ir... Jamás te dejaría sola, aún cuando no me veas... yo siempre voy a estar contigo -la tome de las mejillas obligándola a mirarme-

No me hagas promesas que no vas a cumplir, Charlotte -sollozo- no pienso ser parte de tu fiesta... Lo lamento, sé que estoy siendo egoísta, pero no puedo -se soltó de mi agarre y salió corriendo-

Quise ir detrás de ella, pero mejor me quedé ahí sabiendo que tratar de convencerla será inútil... Yo sé la verdad sobre nuestro futuro, pero es algo que ella jamás va a entender sino hasta que lo viva en carne propia... Que tenga la certeza de que nuestro amor no tiene fecha de vencimiento y que vamos a estar juntas incluso cuando los siglos sigan pasando.

Después de un rato de quedarme en ese lugar viendo el sitio por dónde se fue Gianna decidí ir a hacer lo que se me encargó, así que con la compañía de mi soledad fui por el vestido para la fiesta, un vestido enorme en color rojo con unos bonitos bordados dorados y un ajustado corset que casi no me deja respirar, la verdad es un vestido bastante bonito pero mis ganas de usarlo son nulas... No quiero comprometerme, y apesar de que sé que esto no es permanente, no puedo evitar sentirme torturada por la idea de una vida sin Gianna... Una vida humana donde me case con el hombre que mis padres elijan y me hagan ser una esposa trofeo, callada siguiendo los pasos de mi esposo sin tener mi propia voz... Siendo una sombra con el corazón destrozado por qué ella no estará el final de mi camino... Y este pensamiento en cierta forma me hace agradecerle a Tessa por todo lo que hizo, por qué de alguna forma eso me ha llevado a Gianna otra vez y me evitó tener una vida horrible, por qué mi vida no sería nada feliz... No sin ella.

Estoy de vuelta, madre -dije al verla en el salón de mi casa dándo los últimos toques a la decoración-

Justo a tiempo -me sonrió- arriba te están esperando para ayudarte a que te veas perfecta para esta noche...

De acuerdo -apenas sonreí-

Sin más me dirigí a mi habitación para comenzar a arreglar mi aspecto, pero antes de poder terminar de subir las escaleras me tuve que detener pues de pronto me sentí mareada, mi respiración empezó a ser errática y mi visión se nublo... En un segundo me desplomé sobre las escaleras, escuché a alguien llamarme pero no pude responder por qué entonces todo se torno obscuro.

Abrí los ojos y me encontraba en lugar desconocido para mí, es una habitación muy obscura y lúgubre a decir verdad... Pero llamaron mi atención las cuatro personas que me rodeaban, tres mujeres a las que no conozco... Ellas se pierden en la obscuridad de la habitación y esos hace no pueda divisar bien sus rasgos, pero no importa por qué mi atención se la robó la única persona que desprendía una bellísima luz... Mi Gianna.

¿Cuál es tu nombre, mortal? -cuestiono una de las sombras-

Charlotte... -susurre un poco asustada-

¿Sabés quien es ella? -señalo a la castaña que desprendía luz y mantenía los ojos cerrados-

Si... -me acerque un poco a Gianna- es el amor de mi eternidad...

¿Cuál es tu propósito aquí? -susurro-

Tengo que recordar mi vida... -pase mi mano por la mejilla de la castaña y una sonrisa pareció pintarse en sus labios- por mi... y por ella

¿Cuando regresarás? -siguió preguntando-

No lo sé... -una lágrima bajo por mi mejilla- pero te quiero conmigo, amor mío... Desearía que supieras que nuestro amor es real y que va a superar incluso a la muerte -bese efímeramente los labios de Gianna- tenemos promesas que cumplir... Debes venir a mi... Tenemos que hacer esto juntas... La vida tiene que saldar esta deuda con nosotras

Ella te ama -susurro la sombra-

De pronto la luz de Gianna de apagó, todo se sumió en la obscuridad y cuando pude ver algo de luz fue por qué estaba de regreso en mi vida humana, las empleadas me atendían revisando que estuviera bien mientras mi madre atribuía mi desmayo a mi nerviosismo por la fiesta. Yo en ningún momento me atreví a decir algo, por qué mi mente se encontraba muy lejos... Se encontraba con Gianna, juro que podía sentir que ella también pensaba en mi tanto como yo en ella y eso solo hizo que mi mente se enfocará aún más en ella. Deje que me arreglaran para la fiesta y cuando menos lo pensé ya estaba rodeada de mucha gente que me sonreía de forma falsa mientras yo desfilaba por todo el lugar del brazo de mi padre y con mi madre detrás de nosotros; la familia Jensen no tardo mucho en hacerse presente, me saludaron y me felicitaron por mi cumpleaños.

Señorita Abott -dijo Nicholas Jensen mientras tomaba mi mano para besar el dorso- luce preciosa está noche

Gracias, señor Jensen -respondí con frialdad-

¿Me concedería una pieza? -me tendió su mano-

Si, claro -dije ligeramente irritada-

Le di mi mano, el tiro de ella hasta plantarnos en el centro de la pista; la gente que ya se encontraba bailando se detuvo y se apartó formando un círculo con nosotros dos al centro, me sentí diminuta y frustrada al saber que hacen esto por qué todos saben que el es mi esposo designado. El chico castaño puso una de sus manos en mi cintura, yo puse una de las mías en su hombro y finalmente unimos las sobrantes, empezamos a bailar al ritmo de la hermosa pieza que designaron para nosotros y me permití perderme en mis pensamientos para alejarme de mi realidad, todos mis pensamientos tenían como tema principal a Gianna... y como si mi mente la hubiera invocado, ella aprecio de entre la multitud, me regaló una sonrisa triste y yo me rompí al ver la tormenta en sus ojos... Me prometí que cuando volviera a mi mundo real, me encargaría de jamás volver a poner esa tristeza en su mirada.

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