Murmullos

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- ¿Segura que se agarra así? - pregunté confundida ante mi pésimo pulso - He visto muchos vídeos, y en ninguno parecía que fuese difícil. 

- ¡Teressa! Sólo obedece y todo será más fácil - dijo Margareth irritada tratando de no perder los estribos y ahorcarme.

- ¿Por qué tienes que gritarme? - pregunté ofendida colocando mi mirada triste, mientras Margareth suspiraba resignada.

             Era la segunda vez que intentaba enseñarme cómo me debía maquillar, pero mi pulso era tan horrible que siempre terminaba haciendo un desastre. Tomé la brocha de cejas nuevamente entre mis dedos y comencé a moverla como si fuera un lápiz entre los vellitos de mi ceja, concentrándome arduamente al principio, para después arruinarlo cuando me empezó a temblar la mano. 

- ¡Aaagh! ¡Mamá! - grité frustrada mientras ella me veía seriamente - ¡No me estás ayudando!

- ¡Es la sexta vez que te digo cómo hacerlo! Hasta te diseñe la otra ceja yo misma, dos veces - dijo Margareth secamente mientras yo me veía en el espejo.

- Que bien que estaremos juntas muchos años, porque esto no lo puedo hacer por mi cuenta - dije derrotada tomando una toalla húmeda con crema desmaquillante, para quitarme el desastre que había hecho en mi ceja izquierda - Ahora que lo pienso, creo que me está saliendo mal porque me diseñaste la derecha. Tal vez si me hubieras dejado la ceja derecha a mí, se me haría más fácil, así que lo mejor ser...

- ¡No te diseñaré de nuevo otra ceja! - dijo Margareth irritada con su celular entre las manos, mientras yo me volvía a entristecer - Tessa.

- ¿Por qué me gritas? - pregunté ofendida - Sabes que soy sensible. 

- Discúlpame, cariño - dijo Margareth tiernamente colocándose de pie y acercándose a mí para abrazarme.

- Enséñame a maquillarme - dije viendo como Margareth me abrazaba por la espalda, meciéndome levemente mientras yo veía nuestros reflejos en el espejo.

- Otro día ¿Sí? - dijo ella sin dejar de mecerme - Mejor veamos una película, y así celebramos que aprobaste todas tus evaluaciones. 

- No sé si las aprobé - dije y en seguida Margareth se detuvo - Te dije que estudié y que, a mi parecer, todo lo respondí bien; pero al final la decisión no es mía.

- Si estudiaste, claro que saldrás bien - dijo Margareth amorosamente depositándome un beso en la coronilla de la cabeza.

- ¿Y si no? - pregunté dudosa mientras ella colocaba los ojos en blanco.

- ¡Teressa, claro que aprobarás! - dijo ella seriamente viéndome a los ojos por el espejo.

- ¿Pero si no es así? - pregunté nuevamente y ella alzó las cejas.

- Te castigaré y...

- ¡Mamá! - dije alargando la palabra mientras la veía con reproche.  

- Sabes como son las cosas, Tessa - dijo Margareth tomando mi rostro con su mano y girándolo a la derecha, haciendo que la mirara justo frente a mí. 

- ¿Y no podemos negociar? - pregunté sonriendo al instante.

- No - dijo Margareth firmemente y se alejó de mí.

- ¡Ni siquiera escuchaste lo que tenía para ofertar! - dije levantándome de mi asiento, viendo como Margareth se acostaba en la cama y encendía el televisor. 

- Porque no me interesa. No cambiaré mis normas y costumbres a tu antojo, jovencita - dijo Margareth seriamente mientras yo me ofendía.

- Eres muy grosera - dije indignada volviendo frente al espejo y sentándome en la silla. 

Mommy's momentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora